El reencuentro Madrid-Par¨ªs
Balladur mantendr¨¢ hoy su primera entrevista de trabajo con Gonz¨¢lez
Javier Solana no resisti¨® la tentaci¨®n. Sentado frente a su hom¨®logo franc¨¦s, el neogaullista Alain Jupp¨¦, le pregunt¨® con envidia, pensando acaso en su propio pa¨ªs, c¨®mo el Gobierno de Francia pod¨ªa tomar duras medidas de ajuste econ¨®mico y mantener al mismo tiempo cotas tan altas de popularidad. Jupp¨¦ esgrim¨® varias razones, pero recalc¨® sobre todo una: ?douard Balladur, primer ministro desde abril, que hoy llega a Madrid y del que buena parte de la opini¨®n p¨²blica desea que sea en 1995 el sucesor del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand.. Aquella conversaci¨®n distendida, el 8 de septiembre, en el madrile?o palacio de Viana, entre los ministros de Asuntos Exteriores de Espa?a y de Francia fue, en realidad, el punto de partida del relanzamiento de las relaciones bilaterales despu¨¦s de un largo par¨¦ntesis poselectoral que empez¨® hace cinco meses, tras la llegada al poder en Par¨ªs, en marzo, de neogaullistas y centristas.
En Albi (sur de Francia), en el oto?o de 1992, los ministros socialistas espa?oles se despidieron bajo la lluvia de sus correligionarios franceses. Era la ¨²ltima cumbre entre Gobiernos europeos del mismo signo pol¨ªtico. Conclu¨ªan as¨ª 11 a?os de cordial convivencia -interrumpidos mientras el neogaullista Jacques Chirac fue primer ministro de Mitterrand- durante los cuales se hab¨ªan superado los malentendidos para fraguar una alianza en numerosos foros, empezando por la CE. "Francia era, y en gran medida sigue siendo", comenta un alto cargo de la Administraci¨®n espa?ola, "el pa¨ªs m¨¢s afin a nuestra visi¨®n de Europa y del mundo".
Incluso entre responsables pol¨ªticos de ambos lados de los Pirineos se hab¨ªan entablado amistades. Mitterrand nunca ha llegado, sin embargo, a ser amigo del presidente Felipe Gonz¨¢lez, pero s¨ª dej¨® pronto de mirar por encima del hombro a ese jovenzuelo (le lleva un cuarto de siglo) para manifestarle su aprecio. La v¨ªspera de las elecciones generales del 6 de junio le llam¨® una vez m¨¢s por tel¨¦fono para darle ¨¢nimos y recordarle la importancia que tendr¨ªa para los socialistas del Viejo Continente una victoria del PSOE.
Quiz¨¢, entre todos los ministros de Par¨ªs y de Madrid, fueron los de Asuntos Exteriores los que establecieron entonces la relaci¨®n m¨¢s estrecha. Aunque se ve¨ªan con frecuencia en los Consejos de Ministros de la CE, el franc¨¦s Roland Dumas, que habla un espa?ol correcto, volaba a veces hasta Madrid para cenar a solas con su colega Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Sentados en una mesa del restaurante Zalaca¨ªn rehac¨ªan el mundo. Su confianza era tal que Dumas, gran seductor, lleg¨® a presentar algunas de sus conquistas femeninas a un Fern¨¢ndez Ord¨®?ez at¨®nito.
Dumas fue tambi¨¦n el ¨²nico de los hom¨®logos comunitarios de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez; que, en junio de 1992, se present¨® en la colonia madrile?a de Puerta de Hierro para interesarse por su salud. Poco antes, Paco, como le llamaba Dumas, hab¨ªa renunciado a su cartera por motivos de salud y muri¨® en agosto.
Excepto a Mitterrand, cuyo mandato vence en 1995, el torbellino electoral arras¨® en marzo a todos los dem¨¢s socialistas franceses. Los vencedores del centro-derecha no mostraron excesivas prisas por mantener contactos con un Gobierno socialista espa?ol que tambi¨¦n se iba a someter al reto de las urnas. Supon¨ªan que no saldr¨ªa demasiado bien librado.
Si se except¨²a un breve encuentro entre Gonz¨¢lez y Balladur, al margen de la cumbre europea de junio en Copenhague, ha habido que esperar a la rentr¨¦e para que la relaci¨®n hispano-francesa se reactive.
Desde el final del verano va de nuevo a todo tren. Temeroso de quedar aislado en la CE en su empe?o por lograr reajustes del acuerdo de Blair House, entre Estados Unidos y los Doce, sobre la reducci¨®n de subvenciones a la agricultura, el centro-derecha franc¨¦s se ha vuelto hacia su aliado espa?ol.' Y ¨¦ste le ha respondido.
Primero vino Jupp¨¦ a Madrid; despu¨¦s, el ministro de Agricultura, Jean Puech, hizo un viaje semisecreto, y hoy, lunes, Balladur efectuar¨¢ su primera visita de trabajo. Dentro de 10 d¨ªas, el 7 de octubre, el rey don Juan Carlos ser¨¢ el primer orador desde hace 44 a?os en pronunciar un discurso ante el pleno de la Asamblea Nacional francesa. El Monarca, que tambi¨¦n ser¨¢ recibido por Mitterrand y Balladur, ha sido, curiosamente, invitado por Philippe S¨¦guin, presidente de la C¨¢mara baja y, probablemente, el m¨¢s nacionalista de los neogaullistas, hasta el punto de ser un rotundo adversario del Tratado de Maastricht.
En noviembre se reanudar¨¢n, en los alrededores de Madrid, las cumbres anuales al m¨¢s alto nivel. Solana confirm¨®, adem¨¢s, el mi¨¦rcoles en el Congreso que se reactivar¨¢n los seminarios ministeriales a los que desde 1992 asisten los embajadores de ambos pa¨ªses en una misma ¨¢rea geogr¨¢fica del mundo. S¨®lo con Portugal tiene Espa?a un mecanismo de reuniones institucionales tan intenso, pero, a diferencia de Francia, no se cumple a rajatabla. En frecuencia de reuniones de alto nivel s¨®lo el t¨¢ndem franco-alem¨¢n supera en Europa al d¨²o hispano-franc¨¦s.
Los hombres en el poder en Par¨ªs y su ideolog¨ªa han cambiado, pero sus intereses siguen siendo en gran medida coincidentes con los espa?oles. De ah¨ª que, por encima de las opciones pol¨ªticas, Balladur y Gonz¨¢lez se dispongan a trabajar juntos. Les ser¨¢ tanto m¨¢s f¨¢cil aunar esfuerzos cuanto que sus enfoques sobre la integraci¨®n comunitaria son muy parecidos, tanto en lo concerniente a la reconstrucci¨®n del Sistema Monetario Europeo como a la necesidad de llevar a cabo una reforma institucional antes de la ampliaci¨®n de la CE a nuevos Estados miembros, que podr¨ªan mermar la influencia de los grandes.
La visita de un Balladur al que alguno de sus ministroj llama ya "presidente" brinda tambi¨¦n la oportunidad de empezar a cobrar el apoyo matizado que la diplomacia espa?ola proporcion¨® a Francia en su batalla por modificar Blair House. Ahora se trata de que las frutas y hortalizas mediterr¨¢neas salgan beneficiadas por la reforma pendiente de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC), una reivindicaci¨®n asumida por el propio Jupp¨¦ en su intervenci¨®n en el Consejo de Ministros de la Comunidad del 20 de septiembre. Dos veces se hizo eco de esta petici¨®n espa?ola.
Asuntos Exteriores pretende adem¨¢s recabar el firme respaldo de Francia para que la pr¨®xima cumbre de jefes de Gobierno comunitarios otorgue a Madrid la sede de la futura Agencia de Medio Ambiente o a Barcelon¨¢ la de la Agencia de Medicamentos.
Primer socio, primer cliente
Aunque Alemania se acerca, Francia sigue siendo el primer socio econ¨®mico de Espa?a. Los intercambios comerciales entre ambos pa¨ªses alcanzaron el a?o pasado los 2,955 billones de pesetas y arrojaron una balanza ligeramente deficitaria para Espa?a, con una tasa de cobertura del 82,41%, aunque en el primer trimestre de este a?o ha mejorado en un 5%.Concretamente, Francia es el segundo proveedor de Espa?a en el ranking mundial, mientras que es su primer cliente. No deja de ser parad¨®jico que el primer cap¨ªtulo de exportaci¨®n espa?ola al vecino transpirenaico sean los coches, que, en buena medida, son fabricados en la Pen¨ªnsula por empresas francesas.
En numerosos sectores de la econom¨ªa, como el agroal¨ªmentario o la distribuci¨®n, Francia es tambi¨¦n el primer inversor extranjero en el territorio espa?ol. Despu¨¦s de alcanzar en 1990 el r¨¦cord de 447.000 millones de pesetas, las inversiones francesas en Espa?a han ido, sin embargo, decreciendo paulatinamente, hasta situarse el a?o pasado en 262.000 millones.
Aunque son todav¨ªa cinco veces inferiores a las francesas en Espa?a, las inversiones espa?olas al norte de los Pirineos han dejado de ser desde?ables y, sobre todo, muestran una tendencia al alza. En 1992 se situaron en 46.000 millones de pesetas, lo que representa el 8,5% del dinero colocado en Francia por empresas extranjeras.
Existen numerosos planes y proyectos de cooperaci¨®n industrial, energ¨¦tica o de infraestructuras, entre los que destaca la construcci¨®n de una l¨ªnea de alta velocidad ferroviaria que una Par¨ªs y Montpellier con Barcelona.
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