El fiscal acusa a dos polic¨ªas de Barcelona de imprudencia por la muerte de un detenido

El Ministerio Fiscal ha acusado a los polic¨ªas Jos¨¦ Borja Pi?a y Jos¨¦ Sarri¨¢ Mayo, adscritos a la macrocomisar¨ªa de La Verneda, en Barcelona, de un delito de imprudencia con resultado de muerte en la persona del joven Felipe Cordero, de 24 a?os, cuando estaba detenido en las citadas dependencias policiales. Los hechos sucedieron el 14 de junio de 1990 cuando Felipe Cordero, toxic¨®mano, se encontraba en los calabozos de La Verneda acusado de robar una moleta. Una vez all¨ª, el joven, ocic afectado por el s¨ªndrome de abstinencia, empez¨® a gritar y a insultar a los dos agentes que custodiaban las celdas, seg¨²n narra el fiscal en sus conclusiones provisionales, a las que tuvo acceso la Cadena Ser. Ante el estado de excitaci¨®n que demostraba Cordero, los dos polic¨ªas, encargados esa noche de la custodia de los calabozos, decidieron trasladarlo de la celda n¨²mero 22 a la 25, que ten¨ªa m¨¦jores condiciones de insonorizaci¨®n. Durante el traslado, se produjo un forcejeo entre el joven y los agentes, quienes le sujertaron violentamente por el cuello con el objetivo de introducirlo en la celda. El fiscal considera que esta compresi¨®n en el cuello, combinada con la presencia de estupefacientes y sustancias depresoras en el sistema nervioso en la sangre del detenido, le ocasionaron una axfisia mec¨¢nica que le provoc¨® la muerte. Los agentes se enteraron de que el joven hab¨ªa fallecido cuando fueron a despertarle cinco horas despu¨¦s de ocurridos los hechos. El escrito de acusaci¨®n p¨²blica solicita que el Estado sea declarado responsable civil subsidiario. Testigo La familia de Felipe Cordero, que act¨²a como acusaci¨®n particular, sostiene que los polic¨ªas cometieron un delito de homicidio. Para apoyar, su tesis recuerdan que Felipe apareci¨® colgado de su celda, como si alguien hubiera querido dar una apariencia de suicidio a su muerte. La Audiencia de Barcelona orden¨® al juez instructor que se siguiera la instrucci¨®n contra los dos agentes por delito de homicidio. La Audiencia basaba su decisi¨®n en las declaraciones de una testigo, detenida tambi¨¦n aquella noche, que aseguraba haber visto c¨®mo uno de los agentes golpeaba a Felipe, a quien orden¨® que fuera al lavabo para que se limpiara la nariz. El juez instructor neg¨® meses antes el procesamiento de los dos polic¨ªas al considerar que no exist¨ªan suficientes indicios racionales para imputarles ese delito y se inclin¨® por el de imprudencia temeraria. El juez orden¨®'meses despu¨¦s la prisi¨®n, con fianza de un mill¨®n de pesetas, para los dos agentes. Ahora, sin embargo, el fiscal ha optado por calificar los hechos como imprudencia temeraria, castigada con seis a?os de prisi¨®n frente a los 12 a?os con que se castiga el delito de homicidio.