La Feria de Francfort se inaugura con un mensaje de optimismo frente a la 'era del fax',
La presencia de expositores espa?oles en el encuentro editorial desciende de 196 a 162
Con unas palabras de optimismo, a pesar del fantasma de la crisis econ¨®mica general, Peter Weidhaas, director de la Feria del Libro de Francf?rt, inaugur¨® ayer este gigantesco encuentro editorial que, a pesar de la amenaza de la llamada era del fax, cumple este a?o su 45a edici¨®n sin s¨ªntomas visibles de decadencia. Las literaturas de Flandes y de Holanda, representadas por el escritor holand¨¦s Harry Mulisch en el discurso de apertura, son en esta ocasi¨®n el tema central de una feria que agrupa representaciones de 8.403 editores de 95 pa¨ªses.
Francfort, como siempre, es una excelente ocasi¨®n para comprobar qui¨¦nes suben y bajan en el mundo de la edici¨®n global. Entre los primeros se sit¨²an los poderosos editores en lengua inglesa, con una presencia de 859 expositores brit¨¢nicos (23 m¨¢s que el a?o pasado) y de 299 estadounidenses (26 m¨¢s que en 1992). Suben tambi¨¦n los chinos, con un espectacular incremento de 95 expositores, mientras bajan los pa¨ªses mediterr¨¢neos, Espa?a, Francia e Italia. En el caso espa?ol, en concreto, se ha pasado de 196 editores a 162. La crisis editorial, a pesar de los mensajes de optimismo, parece ser un hecho.
Weidhaas calific¨® ayer de especial esta nueva edici¨®n de la feria. Para apoyar sus palabras, subray¨® la apertura de Francfort a los productos y actividades electr¨®nicas, que cuentan este a?o con un recinto especial. Un total de 170 expositores de 14 pa¨ªses se reunir¨¢n en este apartado para intercambiar datos y derechos sobre la electr¨®nica del libro, un nuevo fen¨®meno editorial que se est¨¢ abriendo paso con fuerza y que est¨¢ imponiendo un vocabulario propio (cd-roms, cd-is, cd-tvs, disquets y bancos de datos online) que no conecta en absoluto con los viejos editores.
Es la primera vez que Francfort apuesta por los libros sin p¨¢ginas, un tema tildado de futurista hace tan s¨®lo unos a?os, pero que se va imponiendo. 'Francfort crece y se abre a un futuro que para el sector ya ha comenzado", resumi¨® el director de la feria.
Un ¨¢rea ling¨¹¨ªstica
La presencia de Flandes y Holanda como tema central de la feria -por primera vez se dedica a un ¨¢rea ling¨¹¨ªstica y no a un pa¨ªs- no parece despertar demasiada expectaci¨®n. Los autores m¨¢s solicitados son algunos que ya han sido traducidos en Espa?a, como Cees Nooteboom, Harry Mulisch, Hugo Claus, Hella S. Haasse y Magriet de Moor.
El ¨¢rea ling¨¹¨ªstica del neerland¨¦s se abre, adem¨¢s de a Holanda y Flandes, a lugares ex¨®ticos, como Surinam y las Antillas Holandesas, hacia donde parecen mirar los editores en busca de una escritura mestiza de impacto, como la que ha desembarcado en las letras brit¨¢nicas.
En cualquier caso, los neerlandeses han desembarcado con fuerza en la feria. Habr¨¢ un total de 232 actos en los seis d¨ªas que dura el evento y se ha procurado mezclar las lecturas con la m¨²sica y otras manifestaciones art¨ªsticas. Como caracter¨ªstica que los diferencia de anteriores ediciones, los neerlandeses han decidido sacar a la calle algunos de los actos, a la espera de una mayor participaci¨®n popular.
Como dato curioso, las publicaciones oficiales del llamado tema central han querido insistir en que la cultura neerlandesa abarca un amplio espectro de personajes. Hablan, por tanto, no s¨®lo de los escritores, sino de Mata Hari, Mondrian, Van Gogh e incluso Johan Cruyff y Marco van Basten. La cultura, como puede verse, llega cada vez m¨¢s lejos.
El centro Este-Oeste, que ya funcion¨® el a?o pasado, es otra de las apuestas de la feria, en su deseo de fomentar las relaciones entre dos mundos editoriales muy contrapuestos. Weidhaas justific¨® as¨ª la apertura de este centro: "La Feria del Libro satisface con ello una vez m¨¢s la demanda expresa de todos los visitantes que, a pesar de alguna reprimenda comercial, nos siguen formulando; a saber, que los actos de la Feria del Libro debieran dar tambi¨¦n una orientaci¨®n intelectual".
Y es que la feria -355.440 libros expuestos y 246.000 visitantes- corre el peligro de perderse en las macrocifras editoriales y olvidar el compromiso del libro con el mundo. Es por ello, sin duda, que Peter Weidhaas, un zorro viejo que lleva 20 a?os al mando de la feria, quiso terminar ayer su discurso con una apreciaci¨®n personal.
"La Feria del Libro de 1993 tiene lugar en un a?o de conflictividad sin parang¨®n en el mundo", dijo Weidhaas. "Mientras que la evoluci¨®n t¨¦cnica de la comunicaci¨®n y de la industria de los medios de comunicaci¨®n nos abre ya la visi¨®n de una nueva era de la historia de la humanidad, nos encontramos rodeados de las pruebas de la barbarie real".
Cit¨® Weidhaas la "limpieza ¨¦tnica", y a?adi¨®: "Otra vez se queman libros, otra vez se queman personas". Y, para reafirmar el compromiso de la feria, dijo: "Esta feria no es el exquisito caf¨¦ literario de una isla del bienestar, tal y como burlones y cr¨ªticos insin¨²an en ocasiones. Es, en su libertad, una manifestaci¨®n de todo aquello que integra nuestra cultura democr¨¢tica".
Babelia
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