La Administraci¨®n debe 1.017 millones a Ulibarri

La Administraci¨®n central debe 1.017 millones de pesetas a Ulibarri-Piqsa, la ¨²nica refiner¨ªa espa?ola que se dedicaba a la regeneraci¨®n de aceites usados para su nueva comercializaci¨®n, seg¨²n Rafael Rivera, asesor legal de la sociedad. Para la direcci¨®n de la empresa, es ¨¦sta la causa de todas las dificultades por las que est¨¢ atravesando la f¨¢brica, que se encuentra en suspensi¨®n de pagos desde septiembre de 1991.

Agust¨ªn Pinel, abogado de Arvelis, la sociedad que compr¨® Ulibarri el pasado 27 de mayo, afirma que el actual responsable de la sociedad, Salvador L¨¢zaro, tiene intenci¨®n de reflotar la empresa. La viabilidad del proyecto, sin embargo, pasa necesariamente por que se pueda llegar a cobrar las multimillonarios deudas que mantiene el Estado con Ulibarri. La partida m¨¢s importante del dinero reclamado a la Administraci¨®n, 555 millones de pesetas, se corresponde a las cantidades no satisfechas de las subvenciones de los a?os 1989, 1990 y 1991. En estos a?os ya se cobraron del Ministerio de Obras P¨²blicas y Transportes (MOPT) 1.024 millones de pesetas. Rivero, sin embargo, asegura que las cantidades percibidas no corresponden al total correspondiente al aceite reciclado.Ulibarri tambi¨¦n va a reclamar 151 millones de pesetas correspondientes a 1992, a?o en que no se recibi¨® ninguna subvenci¨®n debido a ciertas irregularidades en el pago de las cuotas de la Seguridad Social. "Es la pescadilla que se muerde la cola", afirma Rivero. "Desde que Ulibarri formaba parte del monopolio petrol¨ªfero de Campsa", explica, "siempre ha funcionado a base de subvenciones". Cuando Obras P¨²blicas no abon¨® todo el dinero que les correspond¨ªa empezaron los problemas econ¨®micos, seg¨²n Rivero. Este hecho impidi¨® a la empresa estar al corriente de todos sus pagos, por lo que no pudieron seguir cobrando las subvenciones.

Los 462 millones adeudados restantes, reclamados al Ministerio, de Hacienda, corresponden a los pagos del impuesto especial sobre el petr¨®leo de los ¨²ltimos a?os. Ulibarri considera que con esta tasa, obligatoria para poder optar a las subvenciones, Hacienda incurre en una "duplicidad del cobro de impuestos, pues la tasa ya ha sido devengada por las empresas que produjeron el aceite durante el primer refino".