30 a?os sin Edith Piaf
La legendaria figura de la M?me renace en su aniversario con la publicaci¨®n de diversas antolog¨ªas de su obra
Hace 30 a?os que muri¨® Edith Piaf, pero la mayor leyenda de la canci¨®n francesa, la gran dram¨¢tica que fundi¨® vida y obra en un todo, permanece en el recuerdo. Considerada como uno de los grandes mitos de la m¨²sica popular europea, todos los pa¨ªses recuperan sus canciones en antolog¨ªas discogr¨¢fIcas, integrales, libros biogr¨¢ficos y v¨ªdeos. Desde 1936 a 1963, su voz fue registrada en 293 grabaciones, hoy reeditadas en diversas recopilaciones que demuestran la vitalidad de una artista que recogi¨® como nadie el esp¨ªritu de la calle durante los 47 a?os de una vida de novela."El 19 de diciembre de 1915, en las escaleras de esta casa y en la m¨¢s absoluta miseria, naci¨® Edith Piaf, cuya voz trastorn¨® al mundo". La placa situada en el portal del n¨²mero 72 de la calle Belleville, en Par¨ªs, se?ala el punto de partida de una de las artistas m¨¢s carism¨¢ticas del siglo, cuya voz se apag¨® el 11 de octubre de 1963, agotada por el amor y el desamor; por el alcohol y las drogas. Desde su nacimiento casi en la calle, con el capote de un gendarme como abrigo, hasta su entierro 47 a?os despu¨¦s, con 40.000 personas despidi¨¦ndola, la vida de Edith Piaf fue una novela que engrandeci¨® el mito en cada cap¨ªtulo.
Hija de un acr¨®bata callejero de 34 a?os y de una cantante de caf¨¦ de 18, Edith Giovanna Gassion tom¨® su primer nombre en recuerdo de Edith Clavell, una joven esp¨ªa inglesa que hab¨ªa sido fusilada siete d¨ªas antes. No tard¨® en ser abandonada al cuidado de Emina Sa¨ªd ben Mohammed, su abuela materna y cantante de cafet¨ªn. De Emma, la bella Aicha, escuch¨® la Piaf los primeros melisrrias que despu¨¦s incorpor¨® a su estilo, tomados de aquellos cantos kabyles de sus antepasados norteafricanos. Tras su muerte, Edith Piaf pas¨® al cuidado de su abuela paterna, que regentaba un burdel en Normand¨ªa, antes de volver, por fin, a la tutela del saltimbanqui y vivir de ciudad en ciudad, de calle en calle, pasando el plato para recoger las monedas que su padre ganaba con las piruetas. Una infancia muy dura. La adolescencia no lo fue menos.
En 1930 la encontramos de nuevo en la calle, cantando a d¨²o junto a Simone Bertaut, su hermanastra. En 1932, unida a Ytit Louis, un macarra de la Plaza de las Lilas, y embarazada. A los 18 a?os, tuvo su ¨²nica hija, Marcelle, que falleci¨® dos a?os m¨¢s tarde a causa de una meningitis en el hospital de Tenon. De nuevo la tragedia; de nuevo la leyenda de una Piaf a la que le faltan diez francos para pagar el entierro de su hija y se prostituye por ese precio. "Me dio el dinero sin pedir nada a cambio. Un verdadero gentleman", declarar¨ªa la artista a?os m¨¢s tarde. Era el a?o 1935, cuando Louis Lepl¨¦e, figura de las noches parisinas, la descubre cantando en la calle durante el oto?o y la hace debutar en las sesiones de tarde del Gerny's. En esta boite, Edith se llam¨® Plaf, alcanz¨® cierto renombre y consigui¨® el contrato para su primera grabaci¨®n: Les M¨®mes de la cloche. "C'est nous les m¨®mes de la cloche / clochards qui s'en vont, sans un rond en poche" ("Somos los chavales mendigos / vagabundos que se van sin un c¨¦ntimo en el bolsillo"). Era el invierno de 1935. Hab¨ªa nacido la M?me Piaf.
Poco dur¨® la alegr¨ªa. En la primavera de 1936, su pigmali¨®n es asesinado y la Plaf se ve involucrada en el banco de la infamia popular. Su paso por las prestigiosas salas Bobino y L'Europ¨¦en es ef¨ªmero. Par¨ªs le da la espalda y debe regresar a los caf¨¦s de Niza, de Brest, incluso de peque?as ciudades de B¨¦lgica, a la espera de un nuevo mentor. Lo encontro ese mismo ano en elacordeonista Raymond Asso, con el que vivi¨® una relaci¨®n sentimental y profesional que dur¨® hasta 1939, cuando el m¨²sico fue llamado a filas. Vuelta a empezar. Detr¨¢s hab¨ªan quedado canciones como Monl¨¦gionnaire, regresos triunfales al Bobino y L'Europ¨¦en, ¨¦xitos en el ABC, incluso Laccord¨¦oniste, su primer gran cl¨¢sico.
Pero Edith Piaf ya es patrimonio franc¨¦s. En 1940 representa El bello indiferente, de Jean Cocteau, en el Bobino; en el 43 canta para los prisioneros de guerray ayuda a la evasi¨®n espiritual y f¨ªsica; en 1944 toma el Moulin Rouge, con Yves Montand como telonero... Y llegan canciones como Les trois cloches y La vie en rose; actuaciones en el Versailles de Nueva York ante Orson Welles, Judy Garland, Henry Fonda, Bette Davis y Barbara Stanwyck; su ambigua relaci¨®n con Marlene Dietrich. Y tambi¨¦n el boxeador Marcel Cerdan, su gran amor. En 1948, por primera vez Edith Piaf no est¨¢ enamorada de un m¨²sico, pero de nuevo la tragedia llega cuando Cerdan muere un ano m¨¢s tarde en accidente de aviaci¨®n. La Piaf se refugia en el alcohol y en las drogas. Resucita el esp¨ªritu de la M¨®me cuando canta en 1950 en la sala Pleyel Hymne ¨¢ l'amour, una composici¨®n suya dedicada a la memoria de Cerdan. Edith Plaf hab¨ªa llegado al coraz¨®n. Despu¨¦s, m¨¢s cl¨¢sicos como Bravo pour le clown, La goualante du pauvre Jean, Sous le ciel de Paris, La foule o Mon man¨¦ge a moi, mientras colecciona amantes, entre ellos el actor Edde Constantine, los ciclistas Andre Pousse y Toto G¨¦rardin, el compositor Jacques Pills -que se convirti¨® en su marido-, Georges Moustaki, el pintor Douglas Davies o el compositor Charles Dumont. En la cima, cosecha ovaciones de siete minutos en el Carnegie Hall, de Nueva York, engrandece el mito en 1959 con Milord, una canci¨®n de Georges Moustaki, y lo eleva al infinito en 1960 con una canci¨®n de Charles Dumont, Non, je ne regrette rien: "No lamento nada / Comienzo de cero".
Era su canto del cisne. Edith Piaf, todav¨ªa convaleciente de una operaci¨®n urgente de pancreatitis, sufre graves problemas hep¨¢ticos e intestinales. Con su quebrada salud, balbucea en el escenario, se equivoca, cae desmayada. La larga amistad con el alcohol, la morfina y las pastillas pasa factura.
Su enorme fortaleza la permite sacar fuerzas de flaqueza para actuar en 1961 durante cuatro meses en el Olympla de Par¨ªs. Su voz ya se ha quebrado cuando, un a?o m¨¢s tarde, vampiriza a Tli¨¦o Sarapo, que le da fuerzas para seguir adelante. Se casan durante el oto?o y, ahora convertida en Pigmali¨®n, le lanza al disco en 1962 durante el viaje de novios, cantando segundas voces en A quoi ?a sert l'amour, como un a?o antes lo hab¨ªa hecho con Charles Dumont en Les amants. La Piaf se apaga con generosidad.
Sus ¨²ltimas actuaciones en el Olympla y el Bobino la agotan definitivamente. En la primavera de 1963, su ¨²ltimo amor se la lleva a la costa, a Plascasier, cerca de Niza. Cuando fallece el 11 de octubre de 19631' Th¨¦o Sarapo, en la clandestinidad de la noche, introduce el cuerpo yacente de Edith Piaf en su coche y lo conduce hasta Par¨ªs. Es inhumada el 14 de octubre en el cementerio de Nre Lachalse. La m¨²sica popular dec¨ªa hasta siempre a su M?me.
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