Supervivientes, de Alcal¨¢ 20 desbaratan parte de las versiones de los procesados
Algunos de aquellos j¨®venes que en 1983 mataban sus ratos de ocio moviendo el esqueleto (o, simplemente, escuchando m¨²sica) en las discotecas madrile?as, al aire musical que impon¨ªa La juventud baila, describieron ayer ante el tribunal -10 a?os despu¨¦s- los pat¨¦ticos momentos en que se vieron envueltos cuando las llamas y el letal humo convirtieron Alcal¨¢ 20 en un infierno. De camino, adem¨¢s, desbarataron parte de las versiones ya facilitadas por los procesados.
Diez de los supervivientes de aquella indeleble tragedia, de los 14 que hab¨ªan sido citados, prestaron declaraci¨®n ayer ante el tribunal de la Audiencia de Madrid que juzga el incendio de Alcal¨¢ 20. Con matices, coincidieron en casi todo, salvo en el punto concreto de las cortinas en que se origin¨® el incendio. Casi todos explicaron que el apag¨®n de luz que sobrevino minutos despu¨¦s de declararse el incendio fue absoluto. "All¨ª no se ve¨ªa nada, nada, nada...", enfatiz¨® la superviviente Ana Mar¨ªa Ruiz de Alarc¨®n, que hoy tiene 35 a?os. Su relato sobre la tragedia acaecida en Alcal¨¢ 20 el 17 de diciembre de 1983 result¨® especialmente dram¨¢tico. Era viernes y muchos j¨®venes "abarrotaron" el local, sin que nadie lo impidiese, para disfrutar del primer d¨ªa de vacaciones lectivas.Ruiz de Alarc¨®n cont¨® al tribunal que sobre las cinco de la madrugada observ¨® en la parte izquierda del escenario de la discoteca "una especie de chispitas, como bengalas". Y poco despu¨¦s, "llamas que sal¨ªan de las cortinas".
Justo detr¨¢s de las cortinas se localizaba uno de los cuadros de la instalaci¨®n el¨¦ctrica del local. Coincide su testimonio con un informe pericial que apunta que el origen del fuego pudo deberse a un cortocircuito ocurrido en ese cuadro.
Al ver las llamas, Ana Mar¨ªa quiso salir de la discoteca, pero vio un gran revuelo de gente, a la altura del guardarropas, que taponaba la salida. Prefiri¨® esperar para ver si se despejaba. Sin embargo, instantes despu¨¦s, "la luz se fue entera". A oscuras, utiliz¨® su "memoria gr¨¢fica" para llegar hasta las escaleras de salida. Todo sucedi¨® muy r¨¢pido a partir de ah¨ª: consigui¨® agarrarse a la barandilla y empez¨® a subir como pudo, en medio de fuertes empujones de la masa "hist¨¦rica", que tambi¨¦n se apresuraba a escapar del denso y oscuro humo que emanaba el material decorativo. "Creo que no llegu¨¦ a tocar las escaleras; me llevaban en volandas, por encima de cuerpos [de gente desplomada sobre los pelda?os por el humo]", explic¨®, sobrecogida. "Hubo momentos en que el humo me ahogaba. Pens¨¦ que nunca podr¨ªa salir de all¨ª, que no lo contaba".
No precis¨® esta testigo cu¨¢nto tiempo transcurri¨® entre la aparici¨®n de las llamas y el apag¨®n de luz. Este dato es importante porque los dos ¨²nicos due?os de Alcal¨¢ 20 que hab¨ªa aquella noche en el local han declarado al tribunal que desde que surgieron las primeras llamas hasta que se fue la luz transcurri¨® un rato."
Aforo completo"
Un dato tristemente revelador del ambiente que hab¨ªa aquel d¨ªa en Alcal¨¢ 20 es el n¨²mero de entradas que se vendieron: 1.600, el triple del aforo permitido, seg¨²n el fiscal.
Varios de los testigos echaron por tierra la versi¨®n de que el aforo del local siempre se respet¨®. Los socios de Alcal¨¢ 20 sostienen que la capacidad de c lentes permitida era de 750 personas, y no de 500 como asegura el fiscal. Pedro Rasc¨®n, uno de los due?os de la discoteca, ha declarado que nunca se lleg¨® a rebasar esa cifra. En el momento en que se vend¨ªa la entrada n¨²mero 750 se colocaba el cartel de aforo completo. A partir de ah¨ª, s¨®lo se permit¨ªa entrar a igual n¨²mero de gente que sal¨ªa. Francisco L¨®pez, de unos 38 a?os, otro de los supervivientes, entr¨® con otras 13 personas aquella noche en la discoteca. Recuerda que vio el cartel de aforo completo, pero eso no fue ¨®bice para que el portero les franquease la entrada.
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