Nubarrones en la bienvenida a la Uni¨®n Europea
Una huelga contra los planes de austeridad recibe en Bruselas a los jefes de Estado y de Gobierno de la CE
No es nada seguro que el Gobierno de B¨¦lgica consiga clausurar esta tarde el Consejo Europeo extraordinario, convocado para celebrar y preparar la entrada en vigor, el pr¨®ximo lunes, del tratado de Maastricht sobre la Uni¨®n Europea, sin que la semilla del conflicto familiar vuelva a germinar. La presidencia semestral del Consejo, asegurada ahora por el Gobierno de Jean-Luc Dehaene, ha hecho todo por eliminar las querellas y dedicar la cumbre por completo a proporcionar un mensaje positivo y esperanzado a los ciudadanos. Pero deber¨¢ sortear una dif¨ªcil jornada de protesta sindical contra sus planes de austeridad, que puede paralizar la capital comunitaria, y no ha conseguido neutralizar la nutrida lista de litigios abiertos entre los Doce.
Los nubarrones que se ciernen esta ma?ana sobre Bruselas parecen constituir todo un s¨ªmbolo de la situaci¨®n en que se encuentra Europa, dividida entre la necesidad de austeridad y de ajuste de su Estado de bienestar y la preservaci¨®n de la cohesi¨®n y la paz sociales. Poco despu¨¦s de que empiece la cumbre arrancar¨¢ una manifestaci¨®n convocada por el sindicato socialista FGTB (Federaci¨®n General del Trabajo de B¨¦lgica) en contra del plan de austeridad del Gobierno de Jean-Luc Dehaene. Sus afiliados en los servicios p¨²blicos ir¨¢n a la huelga, que afectar¨¢ al metro trenes, aviones, autobuses, correo y tel¨¦fono.Lo peor que le puede suceder a un Gobierno que preside la Comunidad es tener una huelga de este tipo el d¨ªa en que celebra la reuni¨®n cumbre con los jefes de Gobierno y de Estado. Ayer por la tarde se desconoc¨ªa si habr¨ªa un almuerzo de los m¨¢ximos di rigentes en la abad¨ªa de Val Duchesse, una joya arquitect¨®nica situada en mitad de un gran parque, a la que puede ser dif¨ªcil llegar si se produce, como todos prev¨¦n, un enorme atasco durante toda la jornada.
Las divisiones que pueden resurgir a pesar de los esfuerzos belgas son m¨²ltiples. Para empezar, sobre la propia convocatoria de la cumbre, descalificada por el Reino Unido, que considera innecesaria la celebraci¨®n de la entrada en vigor de un Tratado que sigue produciendo urticaria incluso entre quienes lo han aprobado en la C¨¢mara de los Comunes. Prueba de los temores que suscitan los sarpullidos euroesc¨¦pticos es que el debate sobre el nombre de la cosa -Comunidad Europea como hasta ahora o Uni¨®n Europea como dice el Tratado- ha sido escamoteado, ante el temor a desencadenar una in¨²til tormenta sem¨¢ntica.
Sin personalidad jur¨ªdica
La Comisi¨®n Europea ha aclarado que la Uni¨®n Europea no tiene personalidad jur¨ªdica, y que los acuerdos y textos internacionales seguir¨¢n estando bajo la responsabilidad de la CE o de los Doce Estados en su conjunto. Pero al final habr¨¢ silencio ante esta cuesti¨®n y no se presentar¨¢ el dictamen jur¨ªdico solicitado.
Los conflictos pueden surgir tambi¨¦n desde la presidencia de la Comisi¨®n. Jacques Delors sigue profundamente molesto por la ausencia de respuestas pr¨¢cticas ante el crecimiento del paro y considera que la cumbre deber¨ªa ofrecer m¨¢s y mayores medidas concretas, con cifras de inversiones en mano, para cambiar el signo de recesi¨®n. Buena parte de los Doce le responde con la lecci¨®n sobre los costes laborales, las cargas sociales y las rigidices del mercado de trabajo.
La iniciativa franco-alemana, expresada en la carta conjunta del presidente franc¨¦s, Fran?ois Miterrand, y el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en la Comisi¨®n Europea. La idea de que los ministros o secretarios de Estado para Europa controlen m¨¢s estrechamente a la Comisi¨®n, propuesta por Kohl y Mitterrand, es considerada por Delors como un nuevo intento de recortar sus poderes y como una mala nota impuesta por Mitterrand y por Kohl por la forma en que la Comisi¨®n ha gestionado el acuerdo agr¨ªcola de Blair House.
La presidencia belga se ha esforzado tambi¨¦n en evitar que surja en la cumbre la querella sobre la reforma de las instituciones y ha obtenido una primera victoria con la retirada posicional de Espa?a, el pa¨ªs hasta ahora m¨¢s combativo en la pelea entre los grandes y los peque?os. No est¨¢ claro que alg¨²n primer ministro descontrolado d¨¦ el pu?etazo sobre la mesa y abra este mel¨®n envenenado que es la reforma institucional.
Espa?a hab¨ªa encabezado en un primer momento la exigencia de paralizar la ampliaci¨®n de la CE mientras no se reformaran las instituciones, para evitar que las votaciones queden en manos de pa¨ªses con escaso peso demogr¨¢fico. En un segundo movimiento, ya en los proleg¨®menos de la cumbre, Madrid ha decidido suavizar el perfil de sus posiciones para no aparecer de nuevo como el malo de la pel¨ªcula en provecho tal vez de otros pa¨ªses interesados en la reforma.
[Javier Solana, ministro de Exteriores, afirm¨® ayer que la reforma institucional de la Comunidad deber¨ªa abordarse antes de fin de a?o, "quiz¨¢ en la cumbre del 11 de diciembre", pero no en la que se celebra hoy en Bruselas. "Tenemos tiempo para madurar y reflexionar estos temas, que no tienen la urgencia que algunos han visto", dijo Solana en Madrid, informa Miguel Gonz¨¢lez.]
Sorteados los conflictos, los planes que hay para hoy son arrancar de los Doce una gran y solemne declaraci¨®n en la que se reafirmen en todo: incluidas las fechas de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria y las de la ampliaci¨®n. La celebraci¨®n de Maastricht consistir¨¢ en decir que hay que aplicar el Tratado de la Uni¨®n Europea entero, de modo r¨¢pido y puntualmente.
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