Amigos y familiares velan en Cinecitt¨¤ los restos mortales de Federico Fellini
Gulietta Masina, gravemente enferma, no pudo despedir a su esposo en el hospital
Los restos mortales del director italiano Federico Fellini, fallecido el pasado domingo, fueron trasladados ayer por la tarde al estudio n¨²mero 5 de Cinecitt¨¤, el recinto donde el propio cineasta dijo que, para ¨¦l, "comenzaba y terminaba todo" y en el que, desde las nueve de la ma?ana hasta las doce de la noche de hoy, su cad¨¢ver permanecer¨¢ expuesto al p¨²blico en un ata¨²d cerrado. Su viuda, Giulietta Masina, hizo colocar un reclinatorio porque ten¨ªa previsto participar en el velatorio, a pesar de su estado. El entierro del cineasta ha sido aplazado para la tarde del jueves en su ciudad natal de R¨ªmini.
La viuda del director, aquejada de una enfermedad grave que se ha recrudecido con las tensiones de los ¨²ltimos tiempos, no pudo, sin embargo, despedirse ayer de Fellini en el hospital Umberto l. "Est¨¢ en la cama", explic¨® su hermana Manolina, "y sigue hablando de Federico como si a¨²n viviera".De hecho, nadie, ni siquiera las personalidades de la pol¨ªtica o la cultura que lo han intentado, ha podido ver en el hospital el cad¨¢ver del cineasta fallecido. Tampoco ser¨¢ mostrado hoy en el estudio cinco. Giuletta Masina, que ayer se opuso a que a su esposo le fuera practicada una autopsia in¨²til, ha querido que el mundo recuerde a un Fellini vivo y sonriente.
"Todos los encuentros, las relaciones, las amistades, las esperanzas, los viajes, comienzan y terminan para m¨ª en los teatros de Cinecitt¨¤. Todo lo que existe fuera de sus muros es un enorme dep¨®sito que visitar, que esquilmar y transportar ¨¢vidamente al interior de Cinecitt¨¤", dijo una vez Fellini.
Era l¨®gico, por ello, que el escenario de su adi¨®s definitivo fuera ese laboratorio de sus sue?os, y en concreto el estudio cinco, el mayor de Europa con sus 3.200 metros cuadrados, en el que Fellini rod¨® pel¨ªculas como Amarcord, Satiricon, Roma, La ciudad de las mujeres, E La nave va o La entrevista.
El tel¨®n de fondo de la capilla ser¨¢ precisamente un enorme cielo azul sembrado de cirros blancos, que fue el decorado final de la ¨²ltima pel¨ªcula citada, rodada en 1987, cuando el propio Fellini aparec¨ªa en pantalla y gritaba por el meg¨¢fono: "?Y ahora, qu¨¦ ser¨¢ de Cinecitt¨¤?".
Tonino delli Colli, director de fotograf¨ªa de muchas pel¨ªculas de Fellini, cuidaba ayer por la tarde la iluminaci¨®n y la decoraci¨®n del recinto, siguiendo instrucciones de la viuda del director. ?sta hubiera querido que, a un lado de la escena, se viera un gran retrato de espaldas del. marido fallecido. Pero la idea fue abandonada porque, en la pr¨¢ctica, no daba resultado. Giulietta Masina s¨ª impuso, en cambio, que a los lados del f¨¦retro no hubiera m¨¢s que dos coronas de flores: la suya y la de su cu?ada, Magdalena Fellini. La actriz ha pedido a los amigos, familiares y autoridades que env¨ªen a una residencia bolo?esa para actores jubilados, de la que Fellini era socio honorario, el dinero que hubieran gastado en flores.
Fuera del estudio cinco, dando la espalda al luminoso decorado de la capilla ardiente del director fallecido, toda Roma se hab¨ªa te?ido de ese gris pesado e insoportablemente melanc¨®lico que se produce cuando la alt¨ªsima concentraci¨®n de humedad cae como ceniza empujada por capas altas de aire fr¨ªo.
En V¨ªa Margutta, la callejuela donde se encuentra la vivienda de los Fellini, se ve¨ªa m¨¢s gente sentada en las esquinas que de pie, y el ambiente resultaba cansino. Ondeaban a media asta las banderas del hotel Excelsior, en V¨ªa V¨¦neto, la calle que La dolce vita dio a conocer en todos los confines del mundo, y que hoy languidece de decadencia, especialmente ayer, que era festivo.
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