Manhattan
Como Par¨ªs y Londres antes, Nueva York est¨¢ de moda entre los turistas espa?oles. Les suele encantar incluso a aquellos que durante a?os hab¨ªan vilipendiado todo lo americano. Pero un servidor, que naci¨® en la Gran Manzana (aunque antes de que se llamase as¨ª), encuentra curioso que tantos de estos viajeros sean madrile?os. ?Por qu¨¦ viajar si en Madrid tenemos casi todo lo que hay en Manhattan?El verano pasado apareci¨® en el paseo del Pintor Rosales el primer carro genuinamente neoyorquino desde el que se venden perritos calientes, y en Chamber¨ª ya hay una tienda de bagels, un sabroso manjar que es toda una instituci¨®n en la ciudad de los rascacielos. Igual que Nueva York, el foro es un cada vez m¨¢s rico tapiz de negros, asi¨¢ticos y ¨¢rabes. De hispanos, no digamos.
?El famoso Times Square, la confluencia de la calle 42 con Broadway? He aqu¨ª la Puerta del Sol, esquina de Alcal¨¢ con Montera. No hay que viajar al Nuevo Mundo para deambular por Central Park o comprar en Fifth Avenue: nosotros tenemos el animad¨ªsimo Retiro y la elegante calle de Serrano.
Arg¨¹elles es nuestro Upper West Side -incluso est¨¢ en la parte noroeste de la capital- cerca de la Ciudad Universitaria, que no Columbia University. M¨¢s arriba en la escala social se halla el barrio de Salamanca, zona tan codiciada como el Upper East Side; m¨¢s abajo, Lavapi¨¦s, el Lower East Side de la meseta.
En la periferia nos topamos con Vallecas, que obviamente se corresponde con Brooklyn en su peculiar deje y -hasta que los Dodgers abandonaron el barrio- en su desangelado y muy querido equipo deportivo.
Hasta se podr¨ªa arg¨¹ir que el Dos de Mayo es -o era- nuestro Greenwich Village, que tampoco es lo que era. Pero lo que todav¨ªa no tiene Madrid es un Bronx. De momento, nuestro ¨ªndice de homicidios es muy modesto comparado con ellos. No nos parecemos ni remotamente en graffiti en el metro ni en consumo de drogas ni homeless, eufemismo de una sociedad que tolera que sus seres humanos duerman en la calle.
Ahora bien, a¨²n es posible acercarnos a los neoyorquinos. Las ¨²ltimas estad¨ªsticas se?alan que de cada tres nuevos parados uno es de Madrid.
De un tiempo a esta parte, en nuestras calles hay m¨¢s gente sin hogar y m¨¢s droga; las escuelas p¨²blicas son cada vez peores, y a los j¨®venes que terminan sus estudios se les ofrece cada vez menos posibilidad de empleo. Tiempo al tiempo.
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