Los ni?os acusados de matar a otro de 2 a?os se incriminan mutuamente
El fiscal inici¨® ayer su alegato contra A y B, los dos ni?os acusados de secuestrar y asesinar a un peque?o de dos a?os. El jurado reunido en Preston (noroeste de Inglaterra) escuch¨® c¨®mo A y B, cuya identidad permanece secreta por orden del juez, negaron al principio toda implicaci¨®n en los hechos. Luego, frente a las pruebas que les mostr¨® la polic¨ªa, admitieron haberse llevado al peque?o James pero negaron haberle maltratado. Finalmente, efectuaron una comisi¨®n digna de un delincuente endurecido: A acus¨® a B, y B acus¨® a A. "Los acusados saben mentir muy bien", dijo el fiscal.
A y B ten¨ªan 10 a?os el pasado 12 de febrero, cuando James Bulger fue secuestrado en un centro comercial cercano a Liverpool. Su culpabilidad en el secuestro parece fuera de toda duda: las c¨¢maras de vigilancia captaron, segundo a segundo, c¨®mo se acercaron a James; c¨®mo el peque?o, confiado, les dio la mano; y c¨®mo le sacaron del edificio. Sucesivos testigos les vieron con James a lo largo de los cuatro kil¨®metros que separaban el centro comercial de la v¨ªa f¨¦rrea donde se produjo el asesinato.El cad¨¢ver de James fue descubierto 48 horas m¨¢s tarde, semidesnudo, casi irreconocible despu¨¦s de que al menos un tren le pasara por encima y lo partiera en dos. La autopsia dictamin¨® que hab¨ªa muerto a golpes, lentamente.
Los dos muchachos fueron detenidos cuatro d¨ªas despu¨¦s. El fiscal Richard Henriques ley¨® ayer las transcripciones de sucesivos interrogatorios policiales, efectuados en presencia de los padres de los ni?os, asistentes sociales y abogados. Seg¨²n Henriques, las transcripciones demostraban "la progresi¨®n, desde el completo desconocimiento de James Bulger y las circunstancias de su muerte, pasando por un conocimiento parcial, hasta la admisi¨®n y el esfuerzo de cada uno de los acusados por hacer responsable al otro".
El fiscal hizo especial hincapi¨¦ en varias frases pronunciadas por los acusados. A dijo, por ejemplo, en uno de los primeros interrogatorios: "Quien matara a James, hizo mal. Yo, por supuesto, no tuve nada que ver". Con muestras de este tipo, el fiscal intent¨® convencer al jurado de que ambos chicos sab¨ªan lo que hac¨ªan.
Cuando la polic¨ªa les mostr¨® las im¨¢genes captadas por las c¨¢maras de seguridad, tanto A como B admitieron, por separado, que ese d¨ªa no hab¨ªan ido al colegio y que, efectivamente, hab¨ªan estado "paseando" con James por el centro comercial. "Luego le dejamos all¨ª mismo y nos fuimos a otro sitio", explic¨® A. "Le dije a B que devolviera al peque?o a su madre, pero no quiso", sigui¨®. As¨ª empez¨® a modificarse la versi¨®n de A y dieron comienzo las acusaciones mutuas.
En el tercer interrogatorio, A acus¨® directamente a B: "Al final", dijo a la polic¨ªa, "comprobar¨¢n que fue ¨¦l quien lo hizo todo". A asegur¨® haber dejado a B y al peque?o "al pasar por una iglesia". "Yo nunca estuve en la colina (el lugar donde se cometi¨® el asesinato)", afirm¨®. Casi inmediatamente se contradijo y relat¨® que, ya en la colina, preguntaron a una transe¨²nte d¨®nde estaba la comisar¨ªa m¨¢s cercana. La se?ora se lo dijo, pero "B decidi¨® dejarle ah¨ª; el cr¨ªo lloraba continuamente".
Un polic¨ªa le pregunt¨® si habr¨ªa abandonado a su hermano peque?o, de edad similar a la de James. "No, porque es mi hermano", respondi¨® A. Y agreg¨®: "Si yo hubiera querido matar a un beb¨¦, hubiera matado al que tengo en casa, ?no?". Finalmente, A acus¨® a B de haber matado a James Bulger "con una barra de hierro" y de haber arrojado grandes piedras sobre el peque?o "para no verle la cara". Seg¨²n B, fue A quien lo hizo.
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