El primer cal¨® camino de los altares
La Iglesia cat¨®lica inicia el proceso para beatificar al gitano Ceferino Jim¨¦nez, 'El Pel¨¦'
"Nunca hab¨ªan conocido los pueblos de la regi¨®n un gitano m¨¢s honrado, m¨¢s caballero, m¨¢s leal y m¨¢s cristiano". Esto escribe ?ngel Mar¨ªa Fandos en su libro El Pel¨¦, un gitano con madera de santo. Ceferino Jim¨¦nez Malla, alias El Pel¨¦, muerto en 1936 por defender a un sacerdote, puede convertirse en el primer miembro de su raza en subir a los altares en toda la historia de la Iglesia cat¨®lica.El obispo de Barbastro, Ambrosio Echevarr¨ªa, ha firmado el decreto de introducci¨®n de la causa de beatificaci¨®n y de apertura del proceso sobre su martirio. El postulador de la beatificaci¨®n, Gabriel Campo Villegas, profesor e historiador, solicit¨® la introducci¨®n de la causa en un escrito enviado al obispo el 2 de junio de este a?o.
Todos los obispos de Arag¨®n han visto con "benepl¨¢cito" el inicio del proceso. Se ha constituido ya el tribunal diocesano encargado de examinar la fiabilidad de los testigos. En una primera reuni¨®n se han estudiado su vida y sus escritos, que en este caso no existen, al ser analfabeto.
El Pel¨¦ naci¨® en 1861 en Benavent (L¨¦rida). Vivi¨® como n¨®mada los primeros 40 a?os de su vida. A principios de siglo se estableci¨® en Barbastro. Se cas¨® con Teresa Jim¨¦nez; no tuvieron hijos y adoptaron una ni?a, sobrina de la mujer. Sus bi¨®grafos y testigos lo describen como alto, espigado y enjuto, de complexi¨®n fuerte. Pose¨ªa "un tino especial para intervenir en los conflictos surgidos entre los de su raza".
Un hecho acrecent¨® la fama de El Pel¨¦: el ex alcalde de Barbastro Rafael Jord¨¢n, enfermo de tuberculosis, sufri¨® un v¨®mito de sangre mientras iba por la calle. Ceferino, "sin temor a la sangre y sin miedo al contagio", le ayud¨® y lo llev¨® a su casa. Su hermano, como recompensa, le ofreci¨® dinero para ir a Francia a comprar un vag¨®n de mulas con las que adquiri¨® fortuna.
El Pel¨¦ reun¨ªa, con frecuencia, a los ni?os del barrio y los llevaba al campo, donde les catequizaba con c¨¢nticos religiosos e historias b¨ªblicas", seg¨²n testimonio de Israel Cort¨¦s, El Bomba, que era uno de esos ni?os. Aunque era tratante nunca enga?¨® en su profesi¨®n. Un d¨ªa se present¨® en una feria con unas mulas y otro comerciante lo denunci¨® diciendo que las hab¨ªa robado. Lo defendi¨® su amigo el abogado y catedr¨¢tico Nicol¨¢s Santos de Otto. El juez lo absolvi¨® al comprobar que las mulas las hab¨ªa robado el que se las vendi¨® a Ceferino. El juez dijo: "El Pel¨¦ no es un ladr¨®n, es san Ceferino Jim¨¦nez, el patrono de los gitanos", seg¨²n testimonio del guardia civil Antonio Valerio.
El Pel¨¦ fue detenido en Barbastro el 20 de julio de 1936 por defender a un sacerdote. Campo Villegas lo narra en su libro ?sta es nuestra sangre, sobre los m¨¢rtires claretianos de Barbastro, beatificados el a?o pasado: "Ceferino presenci¨® la detenci¨®n de un joven sacerdote, que forcejeaba con los milicianos. Ceferino exclam¨® indignado: 'iV¨¢lgame la Virgen! Tantos hombres contra uno, y adem¨¢s inocente'. Varios milicianos se lanzaron contra ¨¦l, lo cachearon y le encontraron una navajita y un modesto rosario. Bast¨® para conducirlo, maniatado, a la c¨¢rcel popular".
Eugenio Sopena, secretario del Comit¨¦ Antifascista, que viv¨ªa en su mismo barrio, trat¨® de salvarle la vida: "Le recomend¨® que disimulara sus devociones. Pero Ceferino hab¨ªa apostado ya". El 2 de agosto de 1936 fue conducido, junto a otros 19 presos, al cementerio para ser fusilado. Un grupo de gitanos encontr¨® al d¨ªa siguiente su cuerpo y rescat¨® el rosario que El Pel¨¦ llevaba entre las manos.
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