Caza al delincuente en Cuba
El hundimiento econ¨®mico provoca un fuerte auge de robos y hurtos en la isla
El deterioro progresivo de la situaci¨®n econ¨®mica y la ca¨ªda de los niveles de vida de la poblaci¨®n est¨¢n provocando fuertes tensiones en Cuba. Junto a las quejas y cr¨ªticas cada vez m¨¢s abiertas de la gente en colas, paradas de autob¨²s o reuniones familiares, la delincuencia ha crecido sensiblemente en los ¨²ltimos meses, experimentando un alza alarmante en el caso de los delitos de robo con violencia y el hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor. Para frenar esta tendencia, el r¨¦gimen ha incremenado el n¨²mero de polic¨ªas en las calles -en septiembre, 1.225 nuevos polic¨ªas fueron destinados a La Habana- y ha endurecido su pol¨ªtica penal y de prevenci¨®n de delitos.Peligrosidad social
El robo con violencia y el hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor son los dos delitos que m¨¢s se han incrementado en Cuba desde 1992, cerca del 25% y el 19%, respectivamente. Debido a ello, la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica considera que, junto a los delitos contra la econom¨ªa nacional, ¨¦stos son los hechos que afectan m¨¢s gravemente a la d¨¦bil econom¨ªa del pa¨ªs y crean un clima de inseguridad ciudadana, por lo cual deben ser castigados severamente.
As¨ª, por ejemplo, el robo de 645 cajas de pur¨¦ de tomate de un almac¨¦n estatal en el barrio habanero de Boyeros -para el cual se falsificaron documentos- les cost¨® a los implicados sanciones de 4 a 10 a?os de c¨¢rcel. El Tribunal Provincial de La Habana estableci¨® que este hecho revest¨ªa "una alta peligrosidad social", pues revelaba un marcado inter¨¦s de lucro personal a partir de la apropiaci¨®n de bienes deficitarios en el mercado interno de gran demanda y destinados al consumo de la poblaci¨®n".
El propio ministro de Justicia, Carlos Amat, reconoce que, en el caso de los delitos contra la econom¨ªa nacional, las sanciones se han endurecido desde el a?o pasado. "En 1988, s¨®lo el 21% de los acusados por estos delitos fue sancionado con privaci¨®n de libertad entre tres y seis a?os. En 1992, este porcentaje se elev¨® a cerca de un 45%". Las sanciones de m¨¢s de 12 a?os de c¨¢rcel, que en 1988 eran pr¨¢cticamente inexistentes, se aplicaron el a?o pasado a cerca del 12% de los delitos contra la econom¨ªa nacional.
Desde luego, el peso del delito econ¨®mico es muy grande en Cuba, como lo demuestra el hecho de que el 30% de todos los alimentos producidos en la provincia de La Habana son robados y desviados al mercado negro. Pero lo que m¨¢s preocupa ahora a las autoridades es el masivo incremento experimentado desde principios de verano -cuando se intensificaron los apagones- de hechos, como el robo de bicicletas, los tirones y atracos a turistas, los hurtos y otros delitos menores que estaban amenazando con desbordar a la polic¨ªa, seg¨²n inform¨® a EL PA?S una fuente del Ministerio de Justicia.
Para enfrentar esta situaci¨®n, sobre todo en La Habana, donde se produce el 25% de los delitos de todo el pa¨ªs, el Estado respondi¨® incrementando la presencia policial en las calles y convocando cursos para agentes de seguridad -en noviembre comenz¨® uno en el que la matr¨ªcula es de 2.300 personas-, as¨ª como endureciendo la pol¨ªtica penal con estos delitos.
Ejemplo de esta pol¨ªtica es el caso de Julio C¨¦sar Fern¨¢ndez, condenado a ocho a?os de c¨¢rcel por entrar en una casa a robar una bicicleta y golpear a su due?o cuando ¨¦ste intent¨® impedirlo. El fiscal, al hacer su solicitud, valor¨® la alta peligrosidad social de estos actos, que se cometen con frecuencia en el territorio y "est¨¢n causando el temor y la irritaci¨®n del pueblo".
Sin embargo, el instrumento principal -y el m¨¢s pol¨¦mico- que est¨¢ utilizando el r¨¦gimen cubano para detener el crecimiento de la delincuencia y para evitar los "actos de vandalismo" y la "proliferaci¨®n de lumpens y antisociales" en las calles es la aplicaci¨®n inflexible de la "peligrosidad". La peligrosidad es, seg¨²n el C¨®digo Penal cubano, la "especial proclividad" de un sujeto para cometer delitos, "demostrada por la conducta que observa en contradicci¨®n manifiesta con las normas de moral socialista". La sanci¨®n, que se impone en caso de que el sujeto manifieste una conducta antisocial -no trabaje, se emborrache, participe en ri?as, etc¨¦tera- puede ser de uno a cuatro a?os de c¨¢rcel.
Desde el 20 de agosto al 1 de noviembre cerca de 2.500 personas han sido enviadas a la c¨¢rcel por su "peligrosidad", cifra que supera la de todas las causas erradicadas el a?o pasado por este motivo.
EL PA?S asisti¨® recientemente a varios juicios en el Tribunal Municipal de Centro Habana. Se juzg¨® a siete personas, que llegaron al tribunal esposadas y atadas entre ellas con una cuerda, pues, como no hab¨ªa gasolina, la polic¨ªa las traslad¨® a pie por la calle de la Salud desde la comisar¨ªa, situada a unos 800 metros del tribunal.
Los juicios fueron r¨¢pidos, y, aunque algunos de los acusados no ten¨ªan siquiera antecedentes penales, todos fueron condenados. S¨®lo uno fue sancionado a un a?o de c¨¢rcel, y otro a dos a?os, el resto cumplir¨¢ condenas de tres y cuatro a?os de privaci¨®n de libertad. A todos se les acus¨® de no trabajar, participar en ri?as, perturbar el orden, entre otras cosas menores.
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