Arbitrariedades de la DGIP
Soy un preso m¨¢s de los miles que habitamos las c¨¢rceles espa?olas y que padecemos los mismos abusos por parte de la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias (DGIP). Soy natural de Las Palmas de Gran Canaria. Hasta el pasado 27 de mayo del a?o en curso me encontraba internado en el centro penitenciario de Almer¨ªa, de donde se me destin¨® al penal de Las Palmas, y he aqu¨ª mi sorpresa cuando, el mismo d¨ªa 27, me env¨ªan al centro penitenciario de Zamora, sin motivo que justifique mi presencia en esta prisi¨®n, ya que la totalidad de mi familia reside en Las Palmas. Quiero aclarar que la decisi¨®n de enviarme a Las Palmas fue del equipo de tratamiento del centro penitenciario de Almer¨ªa (El Acebuche). Cuando llego a Zamora y trato de que me explique el motivo de mi traslado a esta prisi¨®n el personal que a ello corresponde -educadores, asistente social, pedagoga, director, etc¨¦tera-, ni ellos mismos lo saben y aducen que son ¨®rdenes de Madrid, las cuales considero abusivas y arbitrarias, concretamente, por parte de la Subdirecci¨®n General del Departamento de Clasificaci¨®n y Tratamiento, departamento que depende de la DGIP. Con esta actitud, lo que tratan es de fomentar el desarraigo social, manteniendo al interno lo m¨¢s alejado posible de su entorno familiar, con las consecuencias que ello acarrea. Se contradice con lo dispuesto en el art¨ªculo 12.1 (93) del reglamento penitenciario, que dice que en cada ¨¢rea territorial se deber¨¢ contar con el n¨²mero suficiente de establecimientos -plazas- para satisfacer las necesidades penitenciarias y evitar el desarraigo social de los penados. Otra de las contradicciones es lo dispuesto en el art¨ªculo 135 de dicho reglamento penitenciario, que dice que la participaci¨®n de los internos en las diferentes actividades (culturales, educativas, laborales, etc¨¦tera) tiene como finalidad inculcar en los mismos sentimientos de solidaridad que les hagan considerarse miembros activos de la sociedad, descartando toda idea de marginaci¨®n.?Qui¨¦n logra entender todas estas contradicciones?-
Centro penitenciario de Zamora.
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