"A nosotros nos ha funcionado"
Puertas Visel, un ejemplo de sociedad an¨®nima laboral con ¨¦xito
"A nosotros dos ha funcionado". Jos¨¦ Fern¨¢ndez, secretario del Consejo de Administraci¨®n de Visel, toledano, de Villaca?as, 8.700 habitantes, resume as¨ª su experiencia como socio fundador en 1988, con otros 65 compa?eros, de la Sociedad An¨®nima Laboral Puertas Visel.Visel -que en la actualidad cuenta con 150 trabajadores-, como la mayor¨ªa de las empresas de Villaca?as, hace puertas. Gracias a las puertas, en la localidad no hay parados. S¨ª existen, por el contrario, varias sociedades an¨®nimas laborales y un par de sociedades an¨®nimas que se dedican a la misma actividad, la madera.
La prosperidad ha llevado al pueblo sucursales de siete entidades bancarias. "Y camellos ", dice un vecino.
En Villaca?as se construyen puertas por tradici¨®n. Porque uno de sus m¨¢s ilustres y respetados vecinos, Abilio Cuesta, carpintero, de familia de carpinteros, decidi¨® producir puertas de forma industrial en los a?os setenta.
Puertas Cuesta fue el tronco com¨²n de varias empresas (Dintel, Mavisa, Artevi y Visel), que con el tiempo dar¨ªan lugar a otras empresas (Derma, Proma, Uniarte).
Empleados en la empresa de Abilio Cuesta, los actuales socios de Visel no vieron con buenos ojos que el recio car¨¢cter de su patr¨®n hubiera decidido trasladar la producci¨®n de Villaca?as a la vecina localidad de Corral de Almaguer, en la carretera de Albacete. Hubo protestas. Y un encuentro secreto de 25 trabajadores en plena sierra de Antonamos, "porque en el pueblo, cualquier reuni¨®n se sabe a los cinco minutos". En la sierra naci¨® la idea. Se independizar¨ªan y constituir¨ªan una sociedad an¨®nima laboral. ?C¨®mo? Era el problema.
Eligieron una persona conocida en el pueblo, de Madrid y relacionada con el mundo de los negocios, y llamaron a su puerta la primera semana de mayo. Gerardo Urchaga no sab¨ªa nada de puertas. Por no saber, no sab¨ªa que las de su casa no eran de buena calidad. Se lo dijeron Jos¨¦ Fern¨¢ndez y sus compa?eros.
Urchaga fue nombrado presidente de Visel. ?l se encarg¨® de los tr¨¢mites de constituci¨®n. A 2,2 millones de pesetas por cabeza, Visel se constituy¨® un 28 de octubre de 1988 con 150 millones de pesetas de capital. Los socios, que en algunos casos hab¨ªan pactado la salida escalonada de su antigua empresa; levantaron la primera nave con sus propias manos.
"Les dije desde el principio", asegura Urchaga, "que en la empresa, si hab¨ªa beneficios, no habr¨ªa reparto, sino capitalizaci¨®n. Que no habr¨ªa Audis para los directivos". Urchaga conduce hoy un Audi, "pero lo compr¨® la empresa", justifica, "porque los socios consideraron que no pod¨ªa representarlos conduciendo el coche peque?o que ten¨ªa".
El sistema ha funcionado. Los empleados de Visel, afirma Luis Cuesta -trabajador no socio-, est¨¢n satisfechos. La producci¨®n de puertas -entre1.000 y 1.500 diarias- proporciona a los 150 empleados un sueldo medio de unas 200.000 pesetas. Los beneficios acumulados desde su constituci¨®n, reinvertidos, superan los 700 millones de pesetas y las acciones de 2,2 millones de pesetas valen hoy m¨¢s de 10 millones. Las instalaciones han pasado de los 5.000 metros cuadrados de la primera nave a los 20.000 actuales.
En la empresa, dice ?ngel Pacheco, socio trabajador, cada cual asume su papel. En las asambleas, los socios opinan. A la hora de trabajar, trabajan como cualquier otro empleado.
En Villaca?as no todo es prosperidad. Aunque el sector de la puerta no tiene problemas. Pero seg¨²n se?ala Jos¨¦ Sesmero, director de Artevi, SAL, la principal empresa del municipio y tambi¨¦n sociedad an¨®nima laboral, la realidad del pueblo, lleno de peque?as sociedades gestionadas de muy distinta suerte, obliga a pensar en un futuro marcado por las fusiones y la racionalidad. Puede cuajar porque en el pueblo toledano son muy racionales. Una muestra: cada empresa deja de trabajar a una hora concreta, de forma que la salida de trabajadores de las f¨¢bricas se hace de forma escalonada. As¨ª evitan atascos, accidentes y llegan a comer puntuales a sus casas.
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