El Congreso de EE UU vota ma?ana el TLC, clave para la pol¨ªtica de Clinton
La C¨¢mara de Representantes de EE UU votar¨¢ ma?ana el Tratado de Libre Comercio con M¨¦xico y Canad¨¢. El acuerdo es vital para el presidente estadounidense, Bill Clinton, que debe convencer de la conveniencia de la firma a los congresistas m¨¢s remisos, algunos de los cuales forman parte de su propio partido, el Dem¨®crata. En palabras del vicepresidente Al Gore, una derrota de Clinton constituir¨ªa una verdadera "cat¨¢strofe" para la pol¨ªtica exterior de la Administraci¨®n dem¨®crata.
Los intereses estrat¨¦gicos de Estados Unidos pasan a veces por vender una escoba. As¨ª, como suena. El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los tres pa¨ªses norteamericanos se plantea te¨®ricamente como una operaci¨®n de trascendencia hist¨®rica para el futuro del continente y de las relaciones comerciales en el mundo pero para el Congreso norteamericano -o al menos para algunos congresistas- se trata de un asunto en el que hay que defender los derechos de los vendedores de escobas.Asociaciones de productores de ese y otros utensilios e fabricaci¨®n b¨¢sicamente artesanal se han quejado ante representantes parlamentarios de algunos Estados del medioeste de que su industria puede hundirse si se abre a la competencia con los productos fabricados en M¨¦xico, m¨¢s baratos y, usualmente, de mejor calidad.
Presiones
La verdad es que los productores de escobas no cuentan decisivamente en la opini¨®n de los congresistas, pero otros s¨ª. Las empresas productoras de tabaco, por ejemplo, han advertido a los congresistas de sus Estados, en el sureste del pa¨ªs, que no los apoyar¨¢n en pr¨®ximas elecciones si dan su voto afirmativo al TLC. Esos congresistas ofrecieron entonces al presidente votar a su favor si eliminaba el impuesto especial sobre el tabaco que ser¨¢ introducido en el plan de reforma sanitaria. La Casa Blanca rechaz¨® la oferta y perdi¨® media, docena de votos.El precio del voto afirmativo al TLC ha ido aumentando a medida que se aproximaba la fecha decisiva. Seg¨²n fuentes muy pr¨®ximas a la negociaci¨®n, unos han pedido una planta de energ¨ªa para el desierto, otros solicitan carreteras, colegios, cualquier cosa que pueda servir para que el diputado pueda convencer a su electorado de que vot¨® a favor del tratado con M¨¦xico a cambio de un beneficio para su Estado.
El congresista dem¨®crata Esteban Torres prometi¨®, seg¨²n fuentes vinculadas a la negociaci¨®n, doce votos a favor del TLC a cambio de la creaci¨®n de un banco en la frontera m¨¦xico-norteamericana. El banco fue creado, pero en el recuento actual se echan en falta once de esos doce votos.
Una decena de representantes republicanos, cuyos votos estaban ya contados a favor del tratado, hicieron llegar la pasada semana a la Casa Blanca una carta en la que exigen una serie de condiciones para mantener su respaldo al TLC.
En la recta fina e esta negociaci¨®n el presidente Bill Clinton tiene continuos contactos con los congresistas, a veces individualmente, para comprobar si las peticiones de los diputados son posibles de satisfacer por la Casa Blanca.
El lobby mexicano hace ya tiempo que, a la vista del estancamiento pol¨ªtico en Washington, decidi¨® tratar directamente con las fuerzas reales de las diferentes Estados. "Es m¨¢s ¨²til que los empresarios mexicanos influyan directamente sobre los due?os de Caterpillar, que tiene 30.000 puestos de trabajo en Illinois, que todos los discursos de los ministros mexicanos", comentan fuentes que han trabajado en la negociaci¨®n.
Cambio de opini¨®n
Los negociadores mexicanos aseguran que el senador de un Estado que no quisieron mencionar cambi¨® de opini¨®n respecto al tratado 48 horas despu¨¦s de que hablase con ¨¦l el presidente de una multinacional con 56.000 empleos en su territorio.Algunos representantes que no tienen especial inter¨¦s por votar a favor o en contra del presidente quieren conservar en duda su voto como un arma para extraer mayores beneficios de la transacci¨®n. El propio presidente del subcomit¨¦ de Asuntos Hemisf¨¦ricos en la c¨¢mara baja (el responsable de Am¨¦rica Latina), Robert Torricelli, dem¨®crata por New Jersey, mantiene todav¨ªa dudas sobre su voto. El Gobierno conf¨ªa en que los treinta representantes, aproximadamente, que todav¨ªa no han decidido su voto se decanten por el lado del s¨ª.
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