Desarticulada una red de escuchas a empresarios
Ocho detenidos, incluido un ex jefe del Cesid, en Barcelona por presunto espionaje a 'La Vanguardia'
La polic¨ªa ha desarticulado una red de escuchas telef¨®nicas y extorsiones dirigida por un ex coronel del Cesid (Centro Superior de Informaci¨®n para la Defensa), que hab¨ªa centrado su actividad en la captaci¨®n de informaciones internas de empresas del mundo period¨ªstico. Esta trama ten¨ªa bajo su total control las comunicaciones de Javier de God¨®, presidente-editor de La Vanguardia, tanto en su domicilio como en su despacho de Barcelona, lo cual le permit¨ªa acceder a conversaciones con otros empresarios y a sus actividades y proyectos. La investigaci¨®n indica que el hijo de De God¨® tambi¨¦n fue objeto de vigilancia. El coronel, excedente desde el pasado junio, hab¨ªa sido contratado como asesor de seguridad por La Vanguardia. Ocho ?personas fueron detenidas ayer en Barcelona, donde fueron registrados el despacho y el domicilio del presidente del rotativo catal¨¢n en busca de pruebas de tal espionaje.
En el curso de la operaci¨®n policial realizada ayer en Barcelona se produjeron registros en la sede de La Vanguardia, en concreto en el despacho de su presidenteeditor, Javier de God¨®, y en su domicilio, en la calle de la Reina Elisenda de Montcada. Fuentes de la empresa expresaron ayer su absoluta "sorpresa" ante los hechos y aseguraron que hab¨ªan tenido conocimiento de los mismos a trav¨¦s de la polic¨ªa.La polic¨ªa efectu¨® tambi¨¦n ayer un registro en la sede de la empresa tapadera de esta trama, Boadcast, y en la habitaci¨®n del hotel Calder¨®n de Barcelona donde resid¨ªa actualmente el coronel detenido. Tambi¨¦n se registraron los domicilios en Barcelona de los otros seis detenidos. Uno de ellos, Manuel Mar¨ªa S¨¢nchez, portaba consigo en el momento de ser apresado elementos para realizar escuchas. Asimismo, han sido intervenidas a esta red armas reales y simuladas, en concreto a Juan Gracia Navarro, uno de los peones de la red. Al cierre de esta edici¨®n prosegu¨ªan los registros.
La investigaci¨®n policial se inici¨® el 5 de diciembre de 1991, cuando Gregorio Carrascal Santamar¨ªa, domiciliado en la carretera de Santa Coloma n¨²meros 48-50, de Badalona, denunci¨® que al hacer una revisi¨®n rutinaria de cajas de tel¨¦fonos en la calle de Portaferrissa 25, de Barcelona, comprob¨® que uno de los cajetines telef¨®nicos estaba pinchado. Este empleado acudi¨® a Telef¨®nica para comprobar la legalidad de tal escucha, y comprob¨® que no exist¨ªa autorizaci¨®n judicial.
Al d¨ªa siguiente, se constat¨® que el tel¨¦fono objeto de escucha correspond¨ªa a Alberto Garrof¨¦ Pardo, abogado que hab¨ªa trabajado para La Vanguardia y que actualmente es uno de los principales accionistas del rotativo El Observador que lleva varias semanas sin salir a la calle por problemas econ¨®micos. Durante el registro se hall¨® un dispositivo en la caja de conexi¨®n de su terraza. El 24 de diciembre denunciaba un hecho similar Carlos Fajardo Ricom¨¢, ex directivo de La Vanguardia, y actual director general de El Observador. Fajardo, con ayuda de funcionarios, hab¨ªa descubierto un peque?o aparato de color negro que interven¨ªa su linda del domicilio, en la calle de C¨®rsega.
Barrido selectivo
Ambas manipulaciones telef¨®nicas se produjeron en una etapa de profunda remodelaci¨®n en La Vanguardia. La alarma cundi¨® entre diferentes personalidades, por lo que la polic¨ªa realiz¨® un barrido selectivo en diferentes despachos y domicilios.
La polic¨ªa localiz¨® al menos cuatro empresas privadas con ¨¢mbito de actuaci¨®n en Catalu?a con capacidad t¨¦cnica para ejecutar tales escuchas y que sol¨ªan brindar sus servicios bajo una cobertura legal de realizar asesoramientos en materia de seguridad electr¨®nica, mantenimiento telef¨®nico, y de realizar informes reservados sobre actividades comerciales. La investigaci¨®n desvel¨® que alguna de tales empresas fue m¨¢s all¨¢ del puro espionaje industrial, y entraba plenamente en el terreno de la extorsi¨®n a partir de la delicada informaci¨®n que obten¨ªa mediante escuchas ilegales, cuyo silenciamiento produc¨ªa ping¨¹es beneficios.
La polic¨ªa concentr¨® sus pesquisas en la firma barcelonesa General de Consulting y Comunicaci¨®n, ubicada en en la calle de Muntaner 270. Sus integrantes eran Miguel Ruiz -relacionado con el Cesid-, Manuel Mar¨ªa S¨¢nchez -ex guardia civil y ex miembro del Cesid-, Jos¨¦ Manuel Trujillo y Juan Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez. Todos ellos fueron detenidos ayer en Barcelona.
La red era muy sensible a las contravigilancias. A primeros de a?o, desaparecieron dicha empresa y sus integrantes, con lo que las pesquisas de la Audiencia Nacional y la polic¨ªa quedaron empantanadas. Sin embargo, el pasado febrero se retom¨® su rastro al ser localizados bajo el nombre de la firma Boadcast, situada en la calle de Rocafort, 241-243, de Barcelona.
El cometido oficial de Boadcast es "la producci¨®n de pel¨ªculas cinematogr¨¢ficas y compraventa de derechos de cine y televisi¨®n", pero no se le conoce ni un solo filme. A tenor de la investigaci¨®n, m¨¢s bien su labor se inscribe en la grabaci¨®n de conversaciones y la fotograf¨ªa clandestina. La Audiencia Nacional decret¨® entonces la intervenci¨®n de sus tel¨¦fonos por la polic¨ªa, que ha acumulado hasta hoy abundantes pruebas de sus actividades.
La polic¨ªa averigu¨®, por esta v¨ªa, que la ¨²ltima v¨ªctima de esta red es Javier God¨®, cuyos tel¨¦fonos privados y, oficiales est¨¢n a merced de la trama. La investigaci¨®n se?ala que la red contaba presuntamente con el jefe de seguridad de La Vanguardia, Miguel Luis Izquierdo Guill¨¦n, y varias personas adscritas ;al servicio de seguridad del rolativo. Entre los vigilantes que presuntamente trabajan para la red figura el ch¨®fer y escolta del presidente de La Vanguardia, Salvador Daroqui Gonz¨¢lez.
Pero el apoyo m¨¢s importante de la trama descansa en la participaci¨®n presuntamente de un ex coronel del Cesid, Fernando Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez, quien el pasado junio logr¨® una excedencia y se estableci¨® en Barcelona para atender a su puesto de asesor en seguridad del rotativo catal¨¢n.
Despacho en la 'Vanguardia'
Con esta tapadera, este ex jefe del Cesid dirigi¨® desde el interior del diario los hilos tendidos por la red de espionaje telef¨®nico que supuestamente dirig¨ªa. Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez fue detenido ayer en su despacho de La Vanguardia, en cuya sede fueron igualmente detenidos los dos citados empleados de la seguridad del rotativo, Izquierdo y Daroqui.
Fuentes conocedoras (le esta espectacular operaci¨®n, fruto de unas pesquisas iniciadas meses atr¨¢s por la Audiencia Nacional y el servicio de informaci¨®n de la polic¨ªa -particularmente de Barcelona-, destacan que no se trata de un golpe al Cesid, sino contra un elemento corrupto de dicho servicio que se vali¨® de su cargo para desarrollar esta red de terrorismo telef¨®nico. La operaci¨®n sigue abierta, dado que su campo de acci¨®n no se ce?¨ªa exclusivamente a Barcelona.
La Audiencia Nacional y la polic¨ªa ha acumulado, durante estos meses de pesquisas y vigilancia de los elementos de esta trama de espionaje y extorsi¨®n, abundantes elementos incriminatorios contra los detenidos, agregaron fuentes conocedoras de estas actuaciones.
En el curso de esta investigaci¨®n, hace un a?o se descubri¨® que el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, hab¨ªa sufrido escuchas, si bien no se hall¨® dispositivo alguno por m¨¢s que la l¨ªnea de su domicilio evidenciaba haber sido manipulada. Tambi¨¦n se comprob¨® que la l¨ªnea del juzgado n¨²mero 26 de Barcelona hab¨ªa sufrido igual proceso de intervenci¨®n ilegal. El presidente de Iniciativa per Catalunya, Rafael Rib¨®, solicit¨® a la polic¨ªa que se revisasen las l¨ªneas de su sede tras advertir la presencia sospechosa de -un individuo que hab¨ªa acudido a revisar las l¨ªneas de tel¨¦fono, sin que existiera constancia de sa pertenencia a Telef¨®nica.
Nuevamente se advirtieron indicios de manipulaci¨®n una l¨ªnea, si bien, por error, el tel¨¦fono pinchado no correspond¨ªa al partido, sino a un particular. En el centro de TVE en Catalu?a se localizaron tambi¨¦n aparatos de escucha para intervenir las conversaciones mantenidas por un directivo.
Tecnolog¨ªa de doble uso
La poderosa red de escuchas ilegales y extorsi¨®n desarticulada ayer en Barcelona lleg¨® a alcanzar una inigualable maestr¨ªa en el uso del material de intervenci¨®n de conversaciones privadas.Sus miembros no s¨®lo eran capaces de pinchar las l¨ªneas telef¨®nicas del despacho del presidente-editor de La Vanguardia, Javier de God¨®, y de su domicilio privado, o de introducir topos en su servicio de seguridad. Existen ejemplos de que llegaron a sacar una rentabilidad doble a las conversaciones intervenidas a algunos empresarios. Por un lado, extorsionaban al empresario pinchado, al que amenazaban con difundir las conversaciones que le hab¨ªan intervenido. Una vez cobrado el precio del chantaje, revend¨ªan la mercanc¨ªa a otros empresarios. El contenido, as¨ª, de una sola cinta de grabaci¨®n podr¨ªa dar un resultado incalculable. Esta red se revel¨® como muy escurridiza a la vigilancia policial. Durante meses, la Audiencia Nacional y la polic¨ªa llevaron con sigilo esta operaci¨®n,conocida por contadas personas. El temor a una filtraci¨®n era m¨¢ximo.
Incluso se tom¨® toda suerte de precauciones en las comunicaciones entre la Audiencia Nacional y la polic¨ªa para evitar que se conocieran las actuaciones. S¨®lo en los ¨²ltimos d¨ªas se apreci¨® alguna inquietud al respecto entre los miembros de la trama, pero fuentes conocedoras de esta investigaci¨®n dan por sentado que, pese a tal alerta, el peso de las pruebas acumuladas resultar¨¢ concluyente.
Esta red no se limitaba a escuchas telef¨®nicas de las personas a las que pretend¨ªa chantajear, sino que realizaba tambi¨¦n encubiertamente fotograf¨ªas de los objetivos que controlaba y obten¨ªa toda suerte de datos sobre los coches de los espiados para realizar un sistema de seguimiento a la altura del mejor servicio de informaci¨®n, sin duda fruto del apadrinamiento o instrucci¨®n derivada de la supuesta involucraci¨®n de un coronel en excedencia del Cesid, el servicio secreto militar.
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