Un gol de churro alivi¨® el drama argentino
Un joven, herido de bala, v¨ªctima de las celebraciones
Con un gol de churro, desvi¨® en propia meta un defensa australiano, el bicampe¨®n mundial Argentina consigui¨® clasificarse para la fase final del Mundial en Estados Unidos, tras vencer por 1-0 a una Australia fuerte, peleona y carente de la m¨¢s elemental t¨¦cnica futbol¨ªstica. Argentina dio una exhibici¨®n lamentable, pero la hinchada festej¨® a los vencedores e hizo temblar el cemento del estadio Monumental del River Plate, la misma cancha donde en 1978 consigui¨® el campeonato mundial. El drama. del partido con Colombia pas¨® al olvido.En horas de la madrugada, mozalbetes con los colores de la bandera nacional recorr¨ªan en coche las calles c¨¦ntricas de Buenos Aires y celebraron en torno al obelisco donde se junta la calle Corrientes y la 9 de Julio, como si de un t¨ªtulo mundial se tratase. El jolgorio acab¨® mal con disparos de la polic¨ªa y un joven herido de bala en el cuello. La celebraci¨®n ten¨ªa una componente cat¨¢rtica, porque Argentina pas¨® apuros para vencer a 11 ingenuos australianos.
En los ¨²ltimos minutos de partido los recogepelotas retrasaban la devoluci¨®n de los balones que sal¨ªan, para perder tiempo. El seleccionador Alfio Coco Basile no tuvo empacho en cambiar al delantero Balbo por el centrocampista defensivo Zapata, para defender el 1 -0 y evitar el empate. Basile lo reconoci¨® as¨ª en la conferencia de prensa tras el final del partido y formul¨® de forma categ¨®rica: "Lo importante era el resultado y no el espect¨¢culo". Si Australia hubiese marcado el gol del empate, habr¨ªa sido necesario jugar una pr¨®rroga de 30 minutos, para decidir cu¨¢l ser¨ªa el ¨²ltimo de los 24 equipos clasificados para Estados Unidos.
"La verdad, estoy cagado". Esta frase, pronunciada por el comentarista Marcelo Araujo durante la retransmisi¨®n del partido en el Canal 13, cuando un delantero australiano se escapaba, resume a la perfecci¨®n lo ocurrido sobre la pradera del Monumental. El novelista Osvaldo Soriano, apasionado hincha de San Lorenzo de Almagro, reconoc¨ªa en su comentario de ayer en P¨¢gina 12 titulado "?Diego [Maradona], que Dios te lo pague!": "?Qu¨¦ ansiedad, Dios m¨ªo!. Los nervios de punta y un cosquilleo en la planta de los pies. Un nudo en el est¨®mago. A esta altura la gente se conformaba con el cero a cero". A Argentina le bastaba el empate a cero, gracias al valor doble, en caso de empate, del tanto logrado en el partido de ida en Sidney. Australia jug¨® de t¨² a t¨² a los bicampeones mundiales, que s¨®lo pudieron ganar cuando un defensa desvi¨® como un globo en la propia red un centro de Batistuta.
Argentina fue un equipo mal ubicado sobre una pradera indigna de un partido internacional tras los recitales celebrados all¨ª mismo de Michael Jackson y Madonna. Como prueba palpable del bajo nivel mostrado por Argentina, basta decir que el ¨²nico f¨²tbol que se vio en la fr¨ªa y desapacible noche del mi¨¦rcoles fueron los detalles que mostr¨® esa vieja gloria que responde al nombre de Maradona. De las botas de Maradona salieron los ¨²nicos pases y jugadas con sentido.
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