La reelecci¨®n de Scharping lanza la carrera al poder de la socialdemocracia alemana
El presidente del Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD), Rudolf Scharping, fue reelegido ayer por un amplia mayor¨ªa de los delegados asistentes al congreso que se celebra en Wiesbaden. A menos de un a?o de las elecciones, las posibilidades de que, bajo el liderazgo de este moderado, los socialdem¨®cratas finalicen su traves¨ªa del desierto, parecen cada vez mayores.El tema central que ha dominado el congreso, y en el que Scharping parece querer basar su campa?a, es la lucha contra el desempleo, aunque sea tambi¨¦n, por la vaguedad de las soluciones propuestas, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la estrategia del partido.
Scharping, seleccionado el pasado de junio por las bases del partido (el SPD tiene 870.000 militantes), fue reelegido ayer por un 83,7% de los votos de los delegados, lo que supone s¨®lo una treintena de votos en contra. De su progresiva implantaci¨®n en los altos niveles del partido da idea el que, en los cinco meses que lleva en el liderazgo, su apoyo entre los delegados ha subido en cinco puntos.
Para la vicepresidencia fueron reelegidos Oskar Lafontaine, Wolfgang Thierse, Herta D?ubler-Gmelin y Johannes Rau. Este ¨²ltimo, candidato del partido a la presidencia federal de Alemania, obtuvo el apoyo del 97,5% de los delegados. Una segunda mujer, Heidemarie Wieczorek-Zeul, se incorpor¨® a la vicepresidencia colectiva.
Es ya indiscutible que con Scharping, el SPD ha dado un claro giro hacia el centro. A iniciativa suya, la noche del mi¨¦rcoles, aunque por escasa mayor¨ªa, fue aprobado el apoyo al plan del canciller Helmut Kohl de autorizar las escuchas telef¨®nicas para combatir el crimen organizado, que forma parte de una serie de medidas de ley y orden que podr¨ªan definirse como el corcuerazo a la alemana.
Arena en el engranaje
Para los cr¨ªticos, las escuchas no son una gran ayuda a la captura de grandes criminales, pero si suponen una debilitaci¨®n de los derechos constitucionales. Para el portavoz de la izquierda alternativa, el Tageszeitung berlin¨¦s, la llegada de Scharping supone la hegemon¨ªa de "una tradici¨®n dentro del SPD para la que los derechos civiles significan arena en el engranaje de un aparato estatal que funciona".Sobre el desempleo, ninguno de los oradores pareci¨® aportar soluciones m¨¢s all¨¢ de la propuesta de un pacto social. Oskar Lafontaine, que parece haberse convertido en el te¨®rico oficial del partido, se vio obligado a reconocer que "no se puede ignorar el hecho de que varios partidos socialdem¨®cratas han llegado al poder en Europa con este objetivo y han fallado".
En el programa redactado por Lafontaine se sugieren nuevos impuestos sobre el consumo de energ¨ªa, aumento de la fiscalidad sobre los m¨¢s ricos y beneficios fiscales para la inversi¨®n en nuevas tecnolog¨ªas. La gran contradicci¨®n, observaron algunos cr¨ªticos, consiste en que la pol¨ªtica de austeridad presupuestaria para reducir los d¨¦ficit p¨²blicos que propone el SPD no parece dejar fondos para financiar este programa de empleo.
En el terreno exterior, el SPD acepta la participaci¨®n en misiones de la ONU de ayuda humanitaria, pero descarta que haya soldados alemanes en acciones de la OTAN fuera del territorio, en la guerra del Golfo.
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