19 ilusionados con los pies fr¨ªos
Hace un fr¨ªo J, que pela. 19 parados getafenses inscritos en el Inem -18 mujeres y un hombre- ordenan, junto con cuatro trabajado res de la Administraci¨®n de justicia, un mill¨®n de documentos que han es tado durante a?os des perdigados por los antiguos 40 juzgados de distrito de Madrid. Lo ha cen en dos g¨¦lidas naves industriales de Getafe (140.000 habitantes) con una temperatura ambiente que oscila entre 71 y 151. Los 19 parados, ele gidos aleatoriamente de entre las listas del Inem, trabajan desde el pasado 27 de septiembre de 8.30 a 15.00, de lunes a viernes, ordenando esta par te del legado judicial madrile?o (la ley proh¨ªbe que un subsidiado traba je, excepto en el caso de colaboraci¨®n social en la Administraci¨®n). El pro yecto durar¨¢ ocho meses. En el caso de que no aceptaran, dejar¨ªan de cobrar el subsidio (43.000 pesetas).Elena Calder¨®n, directora de los archivos de los juzgados de primera instancia, de Madrid, cuenta que firmaron "un concierto de colaboraci¨®n social entre el Inem y Justicia para trabajadores desempleados". Justicia se ha comprometido a pagarles, adem¨¢s, un porcentaje de su ¨²ltimo sueldo, que en la pr¨¢ctica oscila entre las 12.000 y las 60.000 pesetas mensuales. Pero a 24 de noviembre todav¨ªa no hab¨ªan cobrado este plus. "Pagar ese dinero no depende de nosotros, sino de que Hacienda libere esos fondos", explica Mar¨ªa Jos¨¦ Gandeses, secretaria del decanato.
"Barrer y descargar"
Todos fueron reclutados como auxiliares administrativos. "Pero lo que tengo de monja lo tengo aqu¨ª de auxiliar administrativo, porque s¨®lo descargamos, cargamos, barremos y ordenamos", se queja una joven. Carmen Cort¨¦s llevaba dos a?os en el paro cuando la llamaron del Inem para esta labor. La informaci¨®n incorrecta que le dieron despert¨® en ella falsas ilusiones. "Cuando me dijeron que era un trabajo para el Ministerio de Justicia llor¨¦ de la emoci¨®n y, mira, ahora me r¨ªo". Porque no es un empleo. Entre los papeles que ordenan han hallado p¨¢jaros muertos, bragas, cuchillos, bolsos o calzoncillos archivados como pruebas de juicios. Tambi¨¦n ratas.
Algunas de estas trabajadoras recuerdan haberse topado aqu¨ª con el caso de falsificaci¨®n de loter¨ªa de 1954 o el sumario n¨²mero 182/1921 sobre el "asesinato del excelent¨ªsimo se?or don Eduardo Dato", en el que se lee: "Debemos condenar y condenamos a Pedro Mateu Cusid¨® y Luis Nicolau Fort como autores de un delito de asesinato". En un libro de inculpados de juicios de instrucci¨®n, el registro se para en el 7 de julio de 1936, v¨ªspera del inicio de la guerra civil.
Las enormes naves industriales no est¨¢n acondicionadas para un trabajo de este tipo, y las 23 batas blancas que trabajan parecen cebollas, por la cantidad de ropa que llevan debajo. Gorro, mascarilla protectora del polvo, bufanda, jersey, abrigos, guantes de lana bajo los guantes de pl¨¢stico, mitones... "Algunos d¨ªas por la ma?ana hace m¨¢s fr¨ªo aqu¨ª dentro que en la calle", comenta resignada Maribel P¨¦rez. Una jovencita embutida en ropa de abrigo de todos los colores explica: "Al empezar a trabajar cog¨ª el catarro. Y no lo he soltado".
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