357.000 vidas paradas
El desempleo crece un 45% en Madrid, afecta al 18,3% de la poblaci¨®n activa, y tiene nombres y apellidos
invernadero, en la venta de seguros y enciclopedias. "Coger¨ªa cualquier cosa fija, aunque fuera de vendedor" dice. David aguanta la situaci¨®n con sentido del humor. "Tom¨¢rselo a co?a es lo ¨²nico que permite sobrevivir", sentencia. Por eso no se le resiente la autoestima. Mientras, escribe cuentos. Es uno de los 41.841 ciudadanos que buscan el primer empleo, seg¨²n datos del Inem.
No es s¨®lo la estad¨ªstica. Tambi¨¦n el drama. El paro se refleja en una fr¨ªa cifra que crece, pero cada n¨²mero oculta un rostro de tristeza. En la regi¨®n madrile?a ya suman 357.450, seg¨²n la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA). Los datos de octubre del Instituto Nacional de Empleo (Inem), que mide el paro registrado en sus oficinas, resultan inferiores, pero tampoco desde?ables: 288.000 personas sin trabajo.Son las cifras de la desolaci¨®n. En septiembre de este a?o, 27.620 madrile?os engrosaban la lista de parados de la EPA, que considera como tales a todos los mayores de 16 a?os que est¨¢n en condiciones de trabajar y dicen que no lo hacen. A 30 de septiembre hab¨ªa en la regi¨®n 111.230 parados m¨¢s que en el mismo mes del a?o anterior, lo que supone un 45,1 % de aumento. A pesar de todo, Madrid, con un 18,3% de paro, se defiende mejor que el resto de Espa?a, donde la media de desempleo alcanza el 22,99%. Despu¨¦s de Catalu?a (60,68%), Baleares (59,85%) y Arag¨®n (48,17%), Madrid es la autonom¨ªa donde m¨¢s ha crecido la desocupaci¨®n en los ¨²ltimos 12 meses. Aunque el verano es una estaci¨®n que crea trabajos, sobre todo en el sector servicios, entre julio y septiembre se han destruido 6.720 empleos, seg¨²n la EPA.
J¨®venes o mayores. Con estudios o sin ellos. Los parados madrile?os no tienen un perfil homog¨¦neo, pero s¨ª problemas comunes: los derivados de quedar marginados del eje vital producci¨®n-consumo. Un empleo no s¨®lo es el m¨¦todo de ingresar dinero todos los meses, sino tambi¨¦n el elemento que articula la vida diaria. Y si se pierde suele arrastrar con ¨¦l tambi¨¦n el equilibrio social y emocional.
Un parado reciente. A medida que avanza, la crisis invade sectores hasta ahora punteros (como la inform¨¢tica o la electr¨®nica) y afecta tambi¨¦n a trabajadores que jam¨¢s se hab¨ªan planteado la idea de volver a empezar. Como Rafael Pinillos Pozo: "Tengo 44 a?os, dos hijos, y tal como est¨¢ el asunto ...... Veintis¨¦is a?os de trabajo en la misma empresa acaban de irse por la borda. Rafael intenta ser optimista, aunque el calendario juega en contra: "A mi edad.... quien se quede sin trabajo est¨¢ hundido". De momento se entretiene con el papeleo necesario para empezar a cobrar el paro. La indemnizaci¨®n parece una utop¨ªa: el 20 de julio pasado fue su ¨²ltimo d¨ªa de trabajo. "Ante la grav¨ªsima situaci¨®n econ¨®mica ( ... ), esta direcci¨®n se ve en la necesidad de proceder a su despido a partir del d¨ªa de la fecha. Atentamente, Comercial Cedora". Con estas l¨ªneas acab¨® m¨¢s de un cuarto de siglo de trabajo en esa firma de confecci¨®n.
Cuando ten¨ªa n¨®mina, Rafael cobraba 172.000 pesetas mensuales y sab¨ªa si pod¨ªa o no comprarse una lavadora nueva. Desde mayo no tiene ingresos. "Nos apa?amos con la pensi¨®n de mi madre, que cobra 63.000 pesetas y con la cartilla de ahorros. Menos mal que no tengo deudas ni plazos que pagar".
La hucha de 30 a?os de trabajo "empec¨¦ de botones, cuando ten¨ªa l4"- va adelgazando. De los 2,5 millones que ten¨ªa hace seis meses, ya queda poco m¨¢s de la mitad. "De todas formas es una tranquilidad tener algo ahorrado".
Desde que se qued¨® sin empleo, Rafael se levanta hora y cuarto m¨¢s tarde, a las ocho de la ma?ana. El ritmo del d¨ªa lo marcan las idas y venidas al colegio, con los ni?os (dos mellizos de 11 a?os). Su esposa, ama de casa, le apoya en el trance. ?l intenta no angustiarse. "Prefiero no rumiar". "Trabajar¨ªa de cualquier cosa, de conductor, de repartidor... Todav¨ªa me quedan 20 a?os laborales", dice el hombre. ?Hacerlo por cuenta propia? "S¨ª, pero ?qu¨¦ pongo yo que entienda y pueda controlar?".
Parado de larga duraci¨®n. Rafael se halla en esta desagradable situaci¨®n desde hace cuatro meses, pero Salvador lleva dos a?os 11 sin trabajar lo que se dice trabajar" y ya ha cumplido los 48. Labor¨® en Marconi y lo sabe todo de regulaciones de empleo. Cobra 44.000 pesetas al mes de subsidio. Con esto y con la media jornada que echa la mujer sacan adelante a los dos hijos. Es uno de los 160.000 parados de larga duraci¨®n de la Comunidad de Madrid (el dato lo da UGT).
Sin primer empleo. Unos por mucha edad y otros por poca. Con o sin estudios. David Torres, de 27 a?os, a¨²n no ha podido estrenar su carrera de fil¨®logo, pese a que la termin¨® en 1988. Sobrevive gracias a las clases particulares y al techo de sus padres. Se present¨® a las oposiciones de la docencia p¨²blica este ano, pero aprob¨® sin plaza. Ha trabajado temporalmente en un
PASA A LA P?GINA SIGUIENTE
Jubilaci¨®n en el aire. Crisanto Mill¨¢n tiene en casa un abanico de angustias. Como otros 52 compa?eros de Fundiciones Alquero, hace ocho meses se vio "en la calle sin un duro". "Eso despu¨¦s de 34 a?os en la casa", se lamenta. Le pesa mucho no haberse ido a trabajar a Barreiros o a Pegaso cuando se lo propusieron, porque en estas empresas tratan 11 mejor" a los trabajadores. Crisanto no ve salida a su situaci¨®n. "?Si no encuentra trabajo mi hijo, que tiene 25 a?os, c¨®mo lo voy a encontrar yo, que tengo 53!". El hombre y su mujer (asistenta) dieron estudios a los chicos. "Uno es mec¨¢nico fresador, pero cuando llevaba tres a?os en una f¨¢brica y ten¨ªan que hacerle fijo, le echaron a la calle y no encuentra nada. El otro es electr¨®nico. Tiene contratos temporales de tres meses y en enero le echar¨¢n a la calle". Crisanto no se muestra optimista, no puede. Ya no se levanta temprano, como en los primeros meses de desempleo. Le han contado que un responsable de la f¨¢brica tiene una mansi¨®n en Miami. "He dado lo mejor de mi vida trabajando y ahora me echan a la calle. Despu¨¦s de tantos a?os en el tajo, ni siquiera me va a quedar Jubilaci¨®n".
Parado feliz. En el otro extremo est¨¢ Jos¨¦ Vilas. El pr¨®ximo d¨ªa 30 entrar¨¢ en el grupo de los parados y est¨¢ casi contento de ello. Se va a casa con indemnizaci¨®n millonaria (28 a?os en Barreiros-Peugeot), aunque no dice la cifra, y la prejubilaci¨®n de sus 58 a?os. Hasta los 60. cobrar¨¢ el paro. Luego, el 60% del sueldo. Con eso y con el inter¨¦s bancario de la indemnizaci¨®n se siente m¨¢s que desahogado. "A m¨ª, el calendario me ha favorecido", reconoce sin apuro. Este perito industrial se siente casi un privilegiado. "A partir de enero, las cosas estar¨¢n peor para la gente de la f¨¢brica" pronostica.
El autoempleado. El autoempleo deja de ser la panacea. Al menos eso piensa Manuel Garcia Garrido. Hasta hace tres meses era frutero. "Trabajaba de aut¨®pomo y el negocio se fue abajo por culpa de los gastos". No era subsidio. En su casa no hay ingresos, pero s¨ª tres chicos pequenos. Este hombre de 41 a?os ve de los ahorros mientras busa trabajo. "Lo tengo m¨¢s dif¨ªcil que los j¨®venes. Doy muchas vueltas, pero est¨¢ todo tan mal... Busco trabajo hasta de mozo en Mercamadrid, pero nada". Es uno de los 162.531 parados del sector servicios. Esta ¨¢rea registra el 70% de la actividad econ¨®mica de la regi¨®n, pero tambi¨¦n cosecha el mayor porcentaje de parados (56% de los desempleados son del sector servicios).
En la econom¨ªa negra. En tiempos de crisis, la econom¨ªa sumergida crece. Juan Antonio tiene 28 a?os, tres hijos y un cr¨¦dito por pagar debido a un negocio de papeler¨ªa que se fue al traste. Su mujer, maestra, trabaja de administrativa y trae 120.000 pesetas a casa cada mes. A la vista de la situaci¨®n, ¨¦l ha vuelto a su primer oficio, el de fontanero, convencido como est¨¢ de que "los que tenemos un oficio nos lo podemos montar mejor". "Una cosa es el trabajo y otra la chapuza", distingue. ?l lleva a?o y medio sin empleo, pero con chapuzas que le dan una media de 90.000 pesetas. No cobra subsidio. El Gobierno regional no puede precisar cifras sobre la econom¨ªa sumergida.
Las mujeres, peor. Dicen los n¨²meros oficiales que las mujeres a¨²n lo tienen peor. Un total de 126.765 hombres sin empleo frente a 161.764 mujeres. Arminda Moreno, de 27 a?os y con dos beb¨¦s, dej¨® de trabajar en enero y ahora no encuentra un nuevo puesto de administrativa. "Yo ganaba 140.000 pesetas, que se iban ¨ªntegras a la letra del piso. Ahora tenemos que apa?amos para todo con las 200.000 que gana mi marido como profesor de matem¨¢ticas". Sus respectivas familias est¨¢n dispuestas a echar un cable. Arminda reconoce que no ha buscado muy a fondo un nuevo empleo, pero tiene algo muy claro: "El d¨ªa en que lo necesite, no me importar¨¢ remangarme y limpiar escaleras, porque de eso siempre hay trabajo". Es una de esas 161.764 mujeres sin empleo.
Los resistentes. La periodista Silvia Castillo a¨²n no sabe si pasar¨¢ a engrosar la estad¨ªstica, como el resto de sus companeros del diario Ya. Este mes cobrar¨¢ menos de 100.000 pesetas, igual que el resto de los trabajadores del peri¨®dico, en suspensi¨®n de pagos desde agosto. Hacer el rotativo todos los d¨ªas les mantiene en pie. A final de mes se hacen las cuentas y se reparten sueldos iguales: lo que d¨¦ de s¨ª la caja.
"S¨®lo encendemos las luces imprescindibles. Ahorramos en tel¨¦fono y hasta en fotocopias", explica la redactora. Al volver a casa es peor. "Entonces piensas que apenas tienes dinero. Sientes la inseguridad y el miedo, vives con una econom¨ªa de guerra".
Los parados eventuales. De apretarse el cintur¨®n sabe mucho tambi¨¦n Charo Garrido, de 45 anos, casada y con dos hijos. Busca empleo desde el pasado mes de julio, su marido tiene un trabajo precario. Hace dos semanas encontr¨® su primera oportunidad: una sustituci¨®n como secretaria, pese a que su capacitaci¨®n es de jefe de administraci¨®n. "Si est¨¢s parado eres ciudadano de segunda. Ahora ya vuelvo a ser de primera, aunque no s¨¦ lo que va a durar". Tiene muy claro que "no es cierto eso de que el que est¨¢ parado es porque quiere".
Pendientes del juez- Juan Cabrera, de 39 a?os, casado y con una hija, est¨¢ en tierra de nadie. Ni trabaja ni engrosa los datos oficiales de desocupados. Su caso, como el de miles de trabajadores de la Comunidad, est¨¢ en los tribunales. Le despidieron del restaurante La Dorada el pasado mes de junio, aunque el ¨²ltimo sueldo que recibi¨® fue el del mes de abril (312.000 pesetas). Es una de las 35.000 demandas de todo tipo presentadas en los 35 juzgados de lo social de Madrid. El paro afecta a los ingredientes de la vida, incluso el gastron¨®mico. "Ahora comemos en casa muchos m¨¢s potajes que antes".
Los de cuello blanco. A sus 31 a?os, Enrique de la Villa, economista, ha pasado por cinco empresas y siempre en plan fichaje y con contratos indefinidos. El pasado mes de octubre le despidi¨® la firma especializada en programas inform¨¢ticos para entidades bancarias en la que trabajaba de director financiero. Y se convirti¨® en un parado de cuello blanco, puesto que era uno de los 15.000 directivos de empresas que hay en Madrid, seg¨²n los datos facilitados por el ¨¢rea de selecci¨®n de directivos de Price Waterhouse. Enrique pertenece ahora al 7,8% de los parados de la Comunidad con t¨ªtulo universitario superior. ?l ganaba siete millones de pesetas al a?o y hab¨ªa gestionado el despido de 30 personas, con lo que "ya sab¨ªa lo que iba a ocurrir, era consciente de la situaci¨®n". Y lleg¨® el d¨ªa."Al principio me replante¨¦ muchas cosas, empiezas a pensar si vales o no, te replanteas tu profeionalidad". Los parados pasan por una primera reacci¨®n emocional de p¨¦rdida de la autoestima. "Con el tiempo te das cuenta de que no es ¨¦se el problema, porque ves caer gente que es muy v¨¢lida y se te van de la cabeza esas ideas que te atormentan". Antes sal¨ªa de casa muy temprano, a las 6.45, y volv¨ªa a las nueve de la noche. Y como no hay mal que por bien no venga, Enrique est¨¢ descubriendo el mundo del ama de casa. Ahora ya ve el IPC reflejado en las lechugas y los yogures. En vista de c¨®mo est¨¢n las cosas ha optado por montar, junto con su mujer, un centro de estudios donde se dan clases de EGB, BUP, inform¨¢tica, y le da vueltas a la idea de ejercer de profesional liberal con una asesor¨ªa. De todas formas acude cada dos semanas a una entrevista de trabajo, como m¨ªnimo, y ha mandado 100 cartas pidiendo trabajo. "Si todo sale bien podr¨¦ pensar que el paro me ha permitido disfrutar de un periodo de la infancia de mis hijos que, si no, nunca lo habr¨ªa conocido". Su condici¨®n de parado no ha impresionado en su c¨ªrculo de amigos. "?Ah!, ?t¨² tambi¨¦n?", le preguntaban.
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