El Gobierno dice que los sindicatos favorecen a la derecha
El Ejecutivo intenta restar apoyos a la huelga general lanzando una campa?a informativa
El Gobierno da por zanjado el di¨¢logo con los sindicatos. Ahora, por lo tanto, declara imposible un pacto con los agentes sociales para la creaci¨®n de empleo y se dispone a aprobar el viernes un conjunto de medidas de reforma del mercado de trabajo que intentar¨¢ que sean aprobadas por consenso parlamentario. No obstante, Felipe Gonz¨¢lez se resisti¨® ayer a dar carpetazo al di¨¢logo, pero advirti¨® que la huelga general convocada por los sindicatos para enero "no es el mejor procedimiento para el di¨¢logo" ni "predispone m¨¢s a la negociaci¨®n o al acuerdo", especialmente "en una situaci¨®n econ¨®mica como la actual". Ahora el Ejecutivo se dispone a contraatacar. Para ello ha decidido emprender una campa?a informativa para difundir el talante obstruccionista que, en su opini¨®n, han mantenido los sindicatos durante la frustrada negociaci¨®n. Adem¨¢s, considera que su pelea con las centrales s¨®lo beneficia a la derecha.
El clima que se vive estos d¨ªas en el Gobierno es de desolaci¨®n, ya que cuando "hay pelea entre los sindicatos y un Gobierno socialista, ambos quedan debilitados, y es la derecha quien sale fortalecida", seg¨²n un portavoz gubernamental.El Gobierno no cree necesaria una reuni¨®n esta semana con los sindicatos, a la vista de que, tras numerosas conversaciones, no ha sido posible un m¨ªnimo acuerdo, sino que, por el contrario, se est¨¢ fraguando una huelga general. S¨®lo si los sindicatos presentaran una "plataforma alternativa" a las propuestas del Ejecutivo sobre reforma del mercado laboral habr¨ªa posibilidad de una nueva reuni¨®n antes del Consejo de Ministros del viernes.
Ese d¨ªa, el ministro de Trabajo, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, comparecer¨¢ ante la opini¨®n p¨²blica para explicar una a una las medidas que apruebe el Consejo de Ministros. Este extremo tambi¨¦n forma parte de la campa?a informativa emprendida por el Ejecutivo. Fuentes de ese ministerio aseguran que Gri?¨¢n no quiere hacer referencias a la convocatoria de huelga. "El derecho a la huelga est¨¢ en la Constituci¨®n, y quienes la convocan tendr¨¢n que explicar por qu¨¦. Al Gobierno le corresponde explicar sus medidas, cuyo ¨²nico objetivo es la creaci¨®n de empleo", dijeron los interlocutores.
No obstante, tanto empresarios como sindicatos tendr¨¢n oportunidad de enjuiciar estas medidas una vez m¨¢s, dado que las normas aprobadas por el Gobierno ir¨¢n necesariamente al Consejo Econ¨®mico Social (CES), organismo que tiene que dar su dictamen, y en el que est¨¢n representados los agentes sociales.
Agravios mutuos
En el Ejecutivo existe un sentimiento agridulce por todo este proceso de negociaci¨®n infructuosa que empez¨® el pasado mes de septiembre, aunque Gri?¨¢n ya anunci¨® en esa fecha que antes de fin de a?o el Gobierno tomar¨ªa las medidas pertinentes.
Fuentes gubernamentales estiman que los sindicatos no han querido un acuerdo, dado que "cuando se iba a hablar de pol¨ªtica de rentas sacaron a colaci¨®n las pensiones y los sueldos de los funcionarios, y despu¨¦s las reformas del mercado de trabajo. Todo esto hay que explicarlo a la opini¨®n p¨²blica".
Estas fuentes indican que el Ejecutivo comprendi¨® los escasos deseos de los sindicatos de llegar a un acuerdo cuando ¨¦stos no reaccionaron al retirar el Gobierno su propuesta inicial de suspender temporalmente la percepci¨®n del desempleo a quienes recibieran una indemnizaci¨®n por despido. El Gobierno asegura que en sus conversaciones con los sindicatos lleg¨® a ceder en 35 puntos, mientras que las aportaciones sindicales concretas fueron, dicen, m¨ªnimas.
La pr¨®xima semana, el Ejecutivo empezar¨¢ conversaciones formales con los grupos parlamentarios. El Gobierno cree posible el acuerdo con CiU y quiz¨¢ con el Partido Popular. Pone en duda, sin embargo, la disposici¨®n de Izquierda Unida a avalar sus tesis.
Por otra parte, Felipe Gonz¨¢lez cen¨® anoche en La Moncloa con el primer ministro de B¨¦lgica, Jean-Luc Dehaene, para preparar el Consejo Europeo del 10 y 11 de diciembre, con el que concluir¨¢ la presidencia belga de la Uni¨®n Europea (UE). A ¨²ltima hora de la noche, Dehaene viaj¨® a Lisboa.
El plato fuerte del Consejo Europeo ser¨¢ el Libro Blanco del presidente de la Comisi¨®n Europea, el franc¨¦s Jacques Delors, que, seg¨²n Gonz¨¢lez, "puede servir a cada Gobierno. y a la UE en su conjunto". El documento, prosigui¨®, "pretende ser un instrumento ¨²til para el crecimiento, la competitividad y el empleo". En ¨¦l "quedar¨¢n reflejadas lo que son pol¨ªticas necesarias para ganar competitividad".
Aval europeo
A juzgar por sus palabras el jefe del Ejecutivo busca el aval de la pr¨®xima cumbre de l¨ªderes europeos a la reforma laboral que emprender¨¢ el viernes con la adopci¨®n por el Consejo de Ministros de medidas para flexibilizar el mercado laboral.
Para lograr en Bruselas un espaldarazo m¨¢s llamativo a las reformas laborales, Gonz¨¢lez sugiri¨® a su hu¨¦sped que ser¨ªa ¨²til ofrecer, al t¨¦rmino de la cumbre, una rueda de prensa conjunta de los doce l¨ªderes europeos. Ante el canciller alem¨¢n Helmut Kohl, el s¨¢bado en Granada, Gonz¨¢lez tambi¨¦n esgrimi¨® esa idea que servir¨ªa "para que todos los ciudadanos europeos supieran hasta que punto hay una gran coincidencia cuando analizamos los problemas estructurales de la econom¨ªa europea".
La idea no es nueva. En octubre de 1992 ya se la formul¨® Gonz¨¢lez por carta al presidente de turno de la Comunidad Europea, el brit¨¢nico John Major. Se trataba entonces, en plena turbulencia monetaria, de dar una imagen de unidad. Ahora el objetivo ser¨ªa m¨¢s bien de poner de relieve "el grado de coincidencia que supera lo que se podr¨ªa llamar la barrera ideol¨®gica" entre los jefes de gobierno democristianos y socialistas. La tesis ser¨ªa que todos los gobiernos han llegado a un mismo an¨¢lisis de cu¨¢l es la situaci¨®n y cu¨¢l es la respuesta.
Desde luego Dehaene comparte el diagn¨®stico de Gonz¨¢lez. Prueba de ello es que ante el fracaso del di¨¢logo social con los sindicatos el primer ministro hizo aprobar por el Parlamento un plan de austeridad, que recorta prestaciones sociales', aumenta los impuestos y congela los salarios, que provoc¨® el viernes la primera huelga general en B¨¦lgica desde 1936. El seguimiento masivo de la huelga le ha incitado, sin embargo, a prometer adaptar su plan pero manteniendo sus principales disposiciones.
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