El marasmo sanitario
Hay un problema, que planea sobre la Comunidad Aut¨®noma de Madrid (CAM), en lo concerniente a sanidad y salud p¨²blica, que afecta a todos los destinatarios y usuarios: la diversidad de competencias sanitarias, que provoca una peligrosa descoordinaci¨®n. La CAM, a la hora de ofrecer estos servicios, se encuentra con una sinfin de instituciones, lo que provoca le sea dif¨ªcil soportar tanta diversidad. Insalud, CAM, Ayuntamiento, Instituciones Penitenciarias, Ministerio de Defensa y Cruz Roja.... todos tienen hospitales, servicios externos, asistencias varias.Esta diversidad, y sobre todo su imposible coordinaci¨®n, desfavorece a todos y en especial al enfermo de sida, habitual visitante de centros sanitarios dadas las caracter¨ªsticas de su dolencia. Nosotros, como afectados por esta enfermedad, no cont¨¢bamos hasta hace unos d¨ªas con un plan regional sobre el sida, como tienen catalanes o vascos, sobre el VIH. Aqu¨ª, en la CAM, donde el sida y sus problemas, no s¨®lo sanitarios sino sociales, han sido abordados con rigor y seriedad, no se ha producido esa necesaria coordinaci¨®n. Ahora se inicia un proyecto que servir¨¢ para acabar con esa desventaja, pero no podemos olvidar que para llevarlo a su pr¨¢ctica habr¨¢ que pelear con m¨¢s esfuerzo del normal, no s¨®lo por el atraso que llevamos, sino tambi¨¦n porque, inevitablemente, las dificultades ser¨¢n mayores, ya que la CAM se tendr¨¢ que coordinar con excesivos organismos.
Otro problema con el que nos encontramos los enfermos de sida cuando acudimos al m¨¦dico, no a nuestros doctores habituales sino a otros servicios, es el tropiezo constante con dificultades variopintas. La clase m¨¦dica tiene las mismas actitudes que un gran sector de la poblaci¨®n, actitudes de rechazo que, il¨®gicamente, aparecen. Ello no quita que numerosos profesionales de la medicina, que son los que nos tratan, lo hagan muy bien. Pero o normalizamos esta relaci¨®n de los profesionales de la medicina con los enfermos de sida o estos servicios se terminar¨¢n convirtiendo en guetos, y, por tanto, los m¨¦dicos especializados en esta enfermedad terminar¨¢n sufriendo otro tipo de. discriminaci¨®n. Se les considerar¨¢ los m¨¦dicos del sida y no internistas, altamente cualificados, como vemos que son muchos.
Tampoco olvidemos a los enfermos de sida consumidores de droga que acuden a un centro sanitario de la CAM no por su adicci¨®n, sino por su condici¨®n de infectados. Hay que coger el toro por los cuernos, porque este problema est¨¢ costando mucho dinero y muchas vidas a esta comunidad. A las personas que ingresan por un problema de infecci¨®n de VIH y que a la vez son consumidores de drogas se las debe atender por ambos conceptos. La drogodependencia debe ser asistida, en todos los centros, como una enfermedad cr¨®nica m¨¢s, y a estas personas se les debe dar el tratamiento sanitario que merecen, porque si no nunca vamos a resolver la asistencia general.
Si un chaval o chavala acude por urgencias a un centro sanitario, tiene VIH y es habitual consumidor de drogas, no vale solamente tratarle la neumon¨ªa o la infecci¨®n oportunista que presente. Siempre necesitar¨¢ un tratamiento integral, incluido aqu¨¦l que le proporcione medicamentos para su problema de drogodependencia. Para resolver estos asuntos no necesita de unidades especiales, sino de profesionales expertos que est¨¦n en las unidades donde se atiende a las personas con problemas de sida, y que sean especialistas en drogodependencia, incluidos psiquiatras y terapeutas. De lo contrario, ese enfermo terminar¨¢ pidiendo una alta voluntaria, porque all¨ª no se le trata su problema, o montando un gori con el personal sanitario, que luego no dudar¨¢ en declarar que los enfermos toxic¨®manos son pacientes "conflictivos". Si no se ataja ese problema, se habr¨¢ tirado el esfuerzo y el dinero que ha costado su asistencia sanitaria referida al sida, y algo a¨²n m¨¢s grave, se pondr¨¢ en grave riesgo su vida.
Es presidente del Comit¨¦ Ciudadano Antisida y afectado por el VIH.
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