Las firmas an¨®nimas
?Qu¨¦ se esconde tras los grafiteros que convierten la ciudad en una galer¨ªa?
Las paredes de la ciudad son tambi¨¦n una galer¨ªa de arte. El metro pasa r¨¢pido por las pintadas y desde el autob¨²s se pueden observar entre el hueco de dos camiones. S¨®lo el peat¨®n puede mirarlas con detenimiento, pero su recorrido es m¨¢s corto. ?Qui¨¦nes son los artistas que sorprenden con dibujos muchas veces vanguardistas y siempre de m¨¦rito? Los grafiteros, los autores de graffiti (en espa?ol, grafito o pintada), son por lo general muy j¨®venes. Act¨²an en grupo y en solitario: escribiendo una firma, pintando una composici¨®n.
Este fen¨®meno, presente en todas las grandes ciudades del mundo -y tambi¨¦n en las no tan grandes-, ha llegado con especial profusi¨®n a la capital y a su ¨¢rea metropolitana. Pero se extiende tambi¨¦n por las zonas rurales, hasta el punto de que es imposible encontrar un pueblo en la regi¨®n, por min¨²sculo que sea, que no tenga o haya tenido un grafito.
Seg¨²n sus autores, es ¨¦sta una manera de reconquistar la calle, cada vez m¨¢s convertida en un lugar de tr¨¢nsito en vez de un lugar para disfrutar.
Spy y Suso 33 son dos de los m¨¢s famosos grafiteros de Madrid. Spy tiene 18 a?os, estudia tercero de BUP y vive en Moratalaz, en una familia de clase media. Suso naci¨® hace 19 a?os y le queda una de COU. Vive en el barrio del Pilar. Ambos usan seud¨®nimo, porque el anonimato es ley en este mundillo.
Son unos aut¨¦nticos senderistas urbanos; saben todos los atajos y accidentes del terreno que conducen al destino de esta ma?ana: unas v¨ªas de tren de una estaci¨®n cualquiera. All¨ª aguardan unos trenes parados. Tras saltar la valla, sacan sus instrumentos de artistas del graffiti: en este caso, unos aerosoles de varios tonos. Y comienzan a confeccionar un whole car (vag¨®n pintado entero). Van vestidos como raperos o skaters. Parecen dos chicos que han quedado para jugar al baloncesto. Tambi¨¦n pueden ser dos que han quedado en un parque para hablar, re¨ªrse un poco y disfrutar de la soleada ma?ana de oto?o.
Pero no, ellos son grafiteros y est¨¢n haciendo lo que m¨¢s les gusta: bombardear (pintar, escribir). Est¨¢n transformando un impersonal vag¨®n de serie en un vag¨®n decorado como una pieza ¨²nica e irrepetible.
"Esto de pintar los trenes, sobre todo si son del metro [no es ¨¦ste el caso, ya que se trata de uno de Renfe], es t¨ªpico de Madrid. En otros sitios se dedican m¨¢s a paredes y sitios as¨ª", comentan Suso y Spy. Este ¨²ltimo empez¨® en esto del grafito hace tres a?os, cuando la explosi¨®n del rap, movimiento musical bastante ligado a las pintadas art¨ªsticas. Sobre esto, Suso, que lleva m¨¢s de ocho a?os pintando por las paredes, dice: "En esa ¨¦poca ¨¦ramos todos unos cr¨ªos, se aprovecharon las casas de discos, que nos explotaron; los medios de comunicaci¨®n, que nos sacaron como curiosidades noticiables. Ahora hemos aprendido la lecci¨®n".
"Esto del graffiti comienza en Nueva York, en el 68. A pesar de lo que mucha gente piensa, los primeros grafiteros fueron hispanos. Y hoy en d¨ªa, junto a muchos negros, hay muchos hispa-nos haciendo graffiti en Nueva York. As¨ª que, s¨ª, es una cosa que nace en Estados Unidos, pero no es una cosa tan genuinamente anglosajona como se cree mucha gente", comentan muy serios los dos.
De repente, uno avisa de la presencia de alguien cerca: "V¨¢monos de aqu¨ª, que como nos liguen... ". Minutos despu¨¦s, contin¨²a la conversaci¨®n. "El graffiti est¨¢ muy perseguido. En las estaciones, en el metro y por la calle hay que andar siempre al loro", confiesan.
Guardas jurados
Tanto Suso como Spy son de los que se cuelan en las cocheras del Metro de Madrid, sobre todo por las noches: "Es el riesgo, la aventura, lo que nos lleva a pin
tar, por ejemplo, los vagones por fuera, cuando est¨¢n en las cocheras. Est¨¢s todo el rato temblando.... pero es algo que mola mucho. Y tambi¨¦n el hecho de que los vagones del metro van por todo Madrid. Y, por ejemplo, los trenes de Renfe van por toda Espa?a. Pensar que pueden estar viendo nuestras piezas en muchas partes de Madrid e incluso de Espa?a es superemocionante", comenta euf¨®rico Suso 33.Spy a?ade: "A nosotros nos gusta que nos vean otros grafitteros, es por eso, tambi¨¦n, por lo que lo hacemos. De los dem¨¢s, nos da igual que se fijen o no".
Pero, como hemos dicho, los grafiteros a veces lo pasan mal.
"En Barcelona han llegado a disparar, sin darles, a compa?eros nuestros. Aqu¨ª yo s¨¦ que han llegado a amenazar con pipa [pistola] a chavales", dice Suso.
Cuando se les pregunta qu¨¦ opini¨®n tienen de los guardias jurados, dicen: "Los jurados... son muy divertidos. En realidad les gusta, es como un juego para ellos. Nosotros somos los ratones y ellos los gatos. Conocen nuestras firmas o tag. Saben distinguir los estilos: estilo salvaje es el que tiene unas letras escritas ininteligiblemente, para los que no controlan un poco; estilo flat, que est¨¢ hecho con letras con formas redondeadas como si fueran pompas; la verdad es que saben casi tanto como nosotros".
Pero no s¨®lo est¨¢n perseguidos por los guardias jurados: tambi¨¦n por la Polic¨ªa Municipal. En el pasado a?o, el Ayuntamiento de Madrid gast¨® 200 millones en limpieza de fachadas, parte de ellos en quitar grafitos. Juicios y multas est¨¢n a la orden del d¨ªa entre los grafiteros.
Suso y Spy pertenecen a uno de los grupos m¨¢s activos de Madrid: los SSB, que tambi¨¦n grabaron junto a otros grupos un disco cuando la eclosi¨®n del rap madrile?o. Adem¨¢s de ellos existen otros grupos de escritores -como gustan llamarse-: entre otros, 69, SPC, PTV, CZB, TMF, MTR y los tambi¨¦n hist¨®ricos QSC, uno de cuyos componentes vive ahora en Miami como solicitado dibujante.
Intercambio de ideas
Estos grupos de Madrid est¨¢n muy relacionados con los del resto de Espa?a, y se hacen frecuentes visitas para intercambiar ideas y experiencias.
Tambi¨¦n mantienen buenas y frecuentes relaciones con grupos del exterior. Entre todos se intercambian revistas, fanzines... y tambi¨¦n materiales para su arte. Por ejemplo, reciben de Nueva York unos aerosoles llamados fat cap, con una boquilla que tira trazos m¨¢s gordos. Para los grafiteros, su movimiento es el m¨¢s underground que existe. Las relaciones entre los grupos, la producci¨®n de sus obras, la distribuci¨®n de sus revistas y el intercambio de instrumental se hacen al margen de los canales normales del arte.
Otro grafitero, Inok, comenta el hecho de que algunos municipios autoricen los graffiti en determinadas paredes a manera de grafit¨®dromos, lo cual no les gusta: "No mola lo de la pared autorizada, es una forma de control".
Los grafiteros consultados por este diario aclaran que los aerosoles y productos que usan carecen de propelentes perjudiciales para la capa de ozono. Lo que no ocurre, dicen, con el producto que se usa en muchas ciudades para quitar sus pintadas, que es altamente contaminante.
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