Picasso del rock
Fue el mismo Zappa quien me dijo que ten¨ªa los d¨ªas contados en una conversaci¨®n aparentemente intrascendente en Los ?ngeles, mientras yo le explicaba las razones por las que le interesaba ser miembro de la Sociedad General de Autores de Espa?a. Con su sarcasmo habitual me dio a entender que le parec¨ªa una buena idea que una sociedad europea y no americana velara por sus derechos de autor, ahora que se iba a morir.Salvo los muy iniciados o los profesionales del medio, los lectores de la noticia del d¨ªa no pueden imaginar la importancia de este m¨²sico, ni su influencia decisiva en la m¨²sica de la segunda mitad de este ag¨®nico siglo XX.
La mezcla ¨¢rabe-griega de su padre y la franco-siciliana de su madre marcaron el inter¨¦s y la curiosidad de Zappa por las m¨²sicas ¨¦tnicas y su fascinaci¨®n por la cultura mediterr¨¢nea. Mi ¨²ltima conversaci¨®n con ¨¦l fue hace tres semanas para preguntarle si aceptar¨ªa escribir una obra para la Orquesta de C¨¢mara del Teatre Lliure de Barcelona. Me dijo que s¨ª, que escribir¨ªa una fantas¨ªa mediterr¨¢nea a lo Var¨¨se, pero que ¨¦l la supervisar¨ªa en los ensayos finales. Nadie como ¨¦l rompi¨® barreras e invadi¨® todos los espacios sagrados, no s¨®lo con su m¨²sica, sino con sus actitudes humanas y ¨¦ticas, vali¨¦ndole una merecida fama de francotirador libre e independiente hasta su muerte anunciada.
Frank Zappa conoc¨ªa y amaba la m¨²sica y la cultura espa?olas, pero no ten¨ªa un buen recuerdo de Espa?a. En 1989 vino a nuestro pa¨ªs con dos ideas excelentes. La primera consist¨ªa en celebrar la capitalidad cultural de Madrid, abriendo en esta ciudad una nueva Bauhaus donde m¨²sicos, fil¨®sofos, matem¨¢ticos, artistas pl¨¢sticos, escritores y cineastas de Europa, ?frica y Am¨¦rica se dieran cita en un foro permanente intercontinental, consagrando as¨ª el car¨¢cter de "encrucijada de culturas" que seg¨²n ¨¦l hac¨ªan de Espa?a un pa¨ªs de futuro.
La segunda, la World Orchestra, era una formaci¨®n con los mejores m¨²sicos de todo el mundo, que fuesen capaces de dominar al mismo tiempo los lenguajes del rock, la m¨²sica contempor¨¢nea y las m¨²sicas ¨¦tnicas, a trav¨¦s de instrumentos electr¨®nicos, convencionales y aut¨®ctonos simult¨¢neamente. Estos 16 o 18 m¨²sicos recorrer¨ªan los principales pa¨ªses dirigidos por ¨¦l mismo, convocando a las gentes, como un moderno flautista de Hamel¨ªn, a encontrarse en 1992 en Sevilla y celebrar las culturas del mundo como la ¨²nica salida posible a tanta estupidez y aburrimiento.
La primera idea se la expusimos a Juan Barranco, que escuch¨® interesado y atento; eso fue todo. La segunda, el propio Frank se la expuso a altos dignatarios de la Expo y todav¨ªa espera su respuesta.
A Zappa le gustaban Goya y El Greco, Falla y Picasso, Gaud¨ª y Camar¨®n, Antonio Gades y Bu?uel y, en general, el pathos y el tremendismo de la historia de Espa?a. Tras 700 obras musicales, con su desaparici¨®n perdemos al ¨²nico m¨²sico que fue capaz de vencer al sistema. Consigui¨® ¨¦xito y dinero sin ceder ni un ¨¢pice al mecanismo triturador, e impuso sus tesis en todos y cada uno de sus actos. "Es m¨¢s f¨¢cil hacer dinero que historia", dec¨ªa este Picasso del rock y de todas las m¨²sicas contempor¨¢neas, "un perfecto extra?o", como ¨¦l mismo se defini¨® en su obra maestra escrita para el Ensemble Intercontempor¨¢neo de Pierre Boulez.
Babelia
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