Toni Morrison hace una apasionada defensa del idioma como instrumento de libertad
La premio Nobel de Literatura lee el tradicional discurso ante la Academia sueca
La premio Nobel de Literatura de este a?o, Toni Morrison, cumpli¨® ayer su compromiso con la Academia sueca de Estocolmo. Como es tradicional, ante los miembros de esta Academia y los escritores invitados, ley¨® un discurso en que sintetiz¨® el esp¨ªritu que alienta sus novelas. Y habl¨® sobre su gran pasi¨®n: el idioma. Para la escritora afroamericana, el idioma es s¨®lo un instrumento creador de belleza, sino aquello que reivindica la libertad y la dignidad del ser humano. Morrison tambi¨¦n se extendi¨® sobre el idioma muerto, el oficial y el que sirve para la opresi¨®n.
Una encendida defensa del idioma como instrumento de creaci¨®n y dignificador de la condici¨®n humana, realiz¨® la escritora afroamericana Toni Morrison en su alocuci¨®n en la Academia sueca de Estocolmo en la tarde de ayer.Como es tradicional en los galardonados con el premio Nobel de Literatura, ¨¦stos dan lectura ante los miembros de la Academia y un p¨²blico en el que suelen estar presentes anteriores escritores ganadores del premio, y gente del mundo cultural de Suecia, a un trabajo en el que suelen sintetizar el sentido m¨¢s hondo de su que hacer literario por el cual han sido premiados.
Toni Morrison, cuya maestr¨ªa en el manejo del idioma es una de las facetas m¨¢s alabadas por los expertos, habl¨® precisamente del idioma pero no solamente como un instrumento creador de belleza, sino en una dimensi¨®n m¨¢s'profunda como instrumento reivindicador de la libertad y la dignidad del ser humano.
Historia tradicional
Recurri¨® para ello a una historia conocida en diferentes tradiciones culturales, pero que en la versi¨®n que ella rescat¨® tiene como protagonista a una mujer vieja, negra y ciega con reputaci¨®n de sabia y a unos ni?os que ponen a prueba esa sabidur¨ªa irrumpiendo en su casa y pregunt¨¢ndole si el p¨¢jaro que uno de ellos tiene en la mano est¨¢ vivo o muerto.
La reciente premio Nobel de Literatura se?al¨® que siempre le hab¨ªa fascinado esta narraci¨®n, hasta tal punto que hab¨ªa sido decisiva en el nacimiento y desarrollo de su vocaci¨®n literaria, por la cual se encontraba presente en l¨¢ sala. En su interpretaci¨®n de esta historia, el p¨¢jaro representa el idioma y la mujer vieja, ciega y negra, una escritora experimentada. Ella se inquieta ante el hecho de c¨®mo el idioma que le ha sido otorgado como un, don desde su nacimiento es muchas veces reprimido con finalidades mal intencionadas. Puesto que ella es escritora, ve el idioma como un ser vivo, como una fuerza actuante cuya din¨¢mica puede acarrear consecuencias.
La pregunta de los ni?os de la narraci¨®n es, en interpretaci¨®n de la autora de novelas como Beloved y Jazz, nada irreal porque existe la posibilidad de que el idioma pueda ser sofocado, neutralizado, extinguido. Seg¨²n Morrison, un idioma muerto no es s¨®lo aqu¨¦l que ha dejado de hablar o de escribirse sino que es un idioma que se limita a contemplar su propia par¨¢lisis. Pierde sus objetivos, su raz¨®n de ser y su funci¨®n. Traba la inteligencia y oprime los recursos inherentes a la naturalez¨¢ humana. Como no se le puede abordar, no puede crear ni tolera otras ideas ni puede llenar el vac¨ªo de los silencios confusos.
Ocurre frecuentemente que el idioma oficial, el que manejan los centros del poder, es como una armadura que se lustra para que tenga brillo pero que hace mucho tiempo fue abandonada por el caballero. Cuando un idioma muere, por descuido, indiferencia o porque es asfixiado, todos sus usuarios son en alguna medida culpables. El idioma de los usuarios del poder es un idioma empobrecido que habla a los que obedecen o para obligar a la obediencia.El sistem¨¢tico saqueo del idioma, se?al¨® Toni Morrison, se advierte en la tendencia de sus usuarios a no reparar en las cualidades complejas que exigen una especie de arte de la maye¨²tica para crearlo y lo usan en cambio para amenazar y agredir.
Del opresor
El idioma del opresor, dijo la escritora afroamericana, representa no s¨®lo la violencia, sino que es la violencia. No solamen e pone l¨ªmites al conocimiento sino que lo petrifica. Suele estar por eso enmascarado con pretensiones literarias. Bajo la superficie de elocuencia y asociaciones cultas hay, sin embargo, por excitante y seductora que sea, un coraz¨®n del idioma que se extingue y que tal vez no late ya como el p¨¢jaro de la narraci¨®n.La vieja ciega de esta historia no quiere dar a sus j¨®venes interlocutores la impresi¨®n de que el idioma debe ser obligado a mantenerse con vida s¨®lo para existir. La vitalidad del idioma est¨¢ dada por su capacidad de ilustrar la vida so?ada y posible del que habla, del que lee y del que escribe. Morimos. Puede ser ¨¦se el sentido de la vida. Pero creamos la palabra. Y ¨¦sa puede ser la medida de nuestra vida, finaliz¨® diciendo Toni Morrison, en su intervenci¨®n de ayer ante la Academia sueca.
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