El Deportivo se autoelimino
El Eintrach aprovech¨® un fallo de Djukic para seguir en la Copa de la UEFA
El Deportivo se autoelimin¨® de la Copa de la UEFA. Los coru?eses sacaron a relucir su lado m¨¢s inmaduro despu¨¦s de haber paseado por Europa con un car¨¢cter y una frialdad impropias de un equipo novato. Un regalo imperdonable en el minuto 15 de la primera parte permiti¨® al Eintracht adelantarse en el marcador y colocar una losa encima de las aspiraciones blanquiazules. A partir de entonces el Deportivo lo intent¨® todo pero se encontr¨® con una defensa imperturbable.Los coru?eses tiraron el partido por la borda cuando el juego a¨²n no hab¨ªa salido de la habitual fase de tanteo. Fue una jugada tan absurda que Djukic tardar¨¢ tiempo en olvidarla. El serbio resbal¨® cuando se dispon¨ªa a despejar un bal¨®n al borde del ¨¢rea y le sali¨® una verdadera pifia que cay¨® en pies de Gaudino, el alma del equipo alem¨¢n. Este se fue de Voro y de Lia?o y con gran serenidad bati¨® por bajo al portero local. El gol son¨® como una gran bofetada a los 30.000 espectadores que llenaron Riazor.En un partido de Liga siempre habr¨ªa tiempo para remediar un regalo as¨ª. Pero en las Copas europeas cada fallo se paga con pena de c¨¢rcel. El margen para reaccionar es muy estrecho, tanto que oblig¨® al Deportivo a marcar tres goles.
El hachazo dej¨® a los de Arsenio Iglesias en un estado de profunda depresi¨®n. La imagen de los jugadores blanquiazules tras el gol, con la cabeza y los brazos ca¨ªdos, fue el mejor resumen de lo que ocurri¨® en los minutos siguientes. El Eintracht pobl¨® a¨²n m¨¢s su defensa y sigui¨® golpeando sin piedad al contraataque, siempre dirigido por Gaudino, un estupendo futbolista. El italoalem¨¢n baj¨® hasta la cocina para ayudar a sus compa?eros en el trabajo sucio. Subi¨® el bal¨®n con elegancia y en los metros finales enloqueci¨® a la defensa local con su habilidad para el regate. Sin duda, lo mejor de un equipo muy consistente pero incapaz de deslumbrar.
El Deportivo pas¨® de la depresi¨®n a la rabia a partir de la media hora. Los blanquiazules lograron recuperar la concentraci¨®n. Se apretaron los dientes y se lanzaron ardorosamente sobre el ¨¢rea de Stein. All¨ª empezaron a sucederse los barullos y las ocasiones. Por primera vez en el partido, el gol coru?¨¦s parec¨ªa posible. Pero en los momentos m¨¢s ag¨®nicos, el Eintracht sac¨® a relucir toda la robustez que se le presupone a un equipo alem¨¢n. Aunque el Deportivo lanz¨® hasta 14 saques de esquina en la primera parte, la avalancha s¨®lo sirvi¨® para demostrar que el juego a¨¦reo era propiedad exclusiva de los alemanes.
En la reanudaci¨®n, los de Arsenio Iglesias siguieron atacando con tenacidad y todav¨ªa con m¨¢s efectivos, tras el ingreso de Pedro Riesco. El tiempo comenz¨® a escurr¨ªrsele a los locales entre los dedos. Su ofens¨ªva se tom¨® m¨¢s inconstante al mismo ritmo que el c¨¦sped de Riazor se pon¨ªa cada vez m¨¢s pesado, lo que contribu¨ªa a restar fluidez al juego blanquiazul.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.