"La nueva Constituci¨®n es decorativa"
Valeri Zorkin alcanz¨® gran influencia en Rusia cuando, como presidente del Tribunal Constitucional, medi¨® entre el presidente y el Parlamento rusos. Pero su fidelidad a la Constituci¨®n sovi¨¦tica le hizo acreedor de la posterior persecuci¨®n presidencial hasta que renunci¨®. Afirma que la nueva Constituci¨®n es "un decorado para legalizar el poder de una sola persona".
Valeri Zorkin, de 50 a?os, en su calidad de presidente -hoy dimitido- del Tribunal Constitucional, se ha convertido en una de las figuras m¨¢s influyentes de Rusia. Cuando en diciembre de 1992 estall¨® la crisis entre el Ejecutivo y el Legislativo, que terminar¨ªa diez meses m¨¢s tarde con el bombardeo del Parlamento, Zorkin surgi¨® como el salvador de la patria, como la persona que logr¨® un compromiso entre el presidente de la rep¨²blica, Bor¨ªs Yeltsin, y el jefe del Parlamento, Rusl¨¢n Jasbul¨¢tov.Tres meses despu¨¦s, Zorkin se convertir¨ªa para los partidarios de Yeltsin en uno de sus principales enemigos al aparecer en televisi¨®n acusando al presidente de querer dar un golpe de Estado. La tragedia de este hombre que se define como centrista y religioso, es que jur¨® defender una Constituci¨®n aprobada en la ¨¦poca sovi¨¦tica, y se neg¨® a traicionar ese juramento.
Yeltsin no perdon¨® a Zorkin ni olvid¨® que, de hecho, se hab¨ªa puesto del lado del Parlamento. Despu¨¦s de terminar con el Legislativo, quiso acabar con el Constitucional y con su jefe: suspendi¨® las actividades del alto tribunal y presion¨® hasta que Zorkin renunci¨® a su cargo de presidente.
Ahora, algunos colegas de Zorkin, siguiendo ¨®rdenes del Kremlin, seg¨²n ¨¦l, quieren terminar la tarea y, no contentos con haberle suspendido, exigen su dimisi¨®n como juez del Constitucional. Zorkin, que recibi¨® a EL PA?S en su apartamento, ha dejado claro que no est¨¢ dispuesto a entregarse sin dar batalla.
Para ¨¦l, en Rusia hay actualmente un "r¨¦gimen autoritario que avanza hacia la dictadura". El proyecto de Constituci¨®n que el presidente quiere hacer aprobar el pr¨®ximo domingo no es m¨¢s que "un decorado para legalizar el poder de una sola persona": el de Yeltsin.
"Me persiguen, incitan al presidente a que promulgue un decreto para privarme de mi condici¨®n de juez del Constitucional", se lamenta Zorkin, refiri¨¦ndose a la ¨²ltima exigencia de Nikol¨¢i Vitruk, jefe en funciones del alto tribunal, pasando acto seguido a acusar a sus colegas de ser "unos cobardes". "Lejos de cumplir su juramento de defender la Constituci¨®n, han aprobado el decreto anticonstitucional de Yeltsin que disuelve el poder legislativo. Incluso han aprobado el bombardeo del Parlamento, as¨ª como todos los actos posteriores del presidente. Son jueces que no obedecen a la. Constituci¨®n, sino a la fuerza bruta", dice el ex presidente del Tribunal Constitucional.
La Ley Fundamental que propone Yeltsin es propia de un r¨¦gimen autoritario porque en ella, seg¨²n Zorkin, de hecho no existe la divisi¨®n de poderes: "El Parlamento es sumamente d¨¦bil, mientras que las facultades del presidente son ampl¨ªsimas: define la pol¨ªtica interior y exterior del Estado, aprueba la doctrina militar, forma el Gobierno, destituye a los ministros, puede disolver el Parlamento casi sin limitaciones y pr¨¢cticamente queda en sus manos la designaci¨®n de los jueces".
"Se crea la impresi¨®n de un r¨¦gimen presidencialista como el de Francia, pero de hecho nuestro presidente es m¨¢s fuerte que el de Estados Unidos. No hay equilibrio de poderes, no hay contrapesos, y pr¨¢cticamente no hay manera de ejercer ning¨²n control sobre el Ejecutivo", explica.
El cuadro se agrava por el hecho de que el Tratado Federal "ha sido tirado a la papelera, y bajo el pretexto de la unidad de Rusia se ha igualado en derechos a todos los integrantes de la Federaci¨®n", es decir, a las rep¨²blicas y provincias. "Pero esta idea, que parece buena, despierta el rechazo de las rep¨²blicas y provocar¨¢ una explosi¨®n de tendencias nacionalistas y separatistas", advierte Zorkin, quien piensa que, con esta nueva Constituci¨®n, se desea "restaurar el Estado burocr¨¢tico centralizado" que exist¨ªa en la ¨¦poca sovi¨¦tica.
Mirando hacia atr¨¢s, Zorkin cree que el principal error, que al mismo tiempo es una gran tragedia, consisti¨® en que no fueron capaces de "mantener a las partes en conflicto en el marco de la Constituci¨®n". "En diciembre de 19927 qued¨® claro que tanto en el entorno del presidente como en el Parlamento hab¨ªa muchos partidarios de la variante extremista de desarrollo, es decir, o todo o nada", explica.
Zorkin asegura que mucho antes de la intervenci¨®n de Yeltsin del 20 de marzo, en la que anunci¨® la imposici¨®n de un "r¨¦gimen especial" de Gobierno, hab¨ªa gente que le induc¨ªa a disolver el Parlamento. A estos efectos, en noviembre de 1992 prepararon un decreto, pero en diciembre los poderes en conflicto lograron pactar.
"Pienso que ¨¦sa fue una gran oportunidad para Rusia, pero es una tragedia cuyas lecciones no se aprovechar¨¢n. Ya en marzo, el presidente opt¨® de nuevo por una variante de fuerza, que tambi¨¦n entonces logramos evitar", dice Zorkin. "Por lo visto, el equipo presidencial sac¨® las conclusiones de esa derrota y se prepan¨® muy bienpara el 21 de septiembre",cuando Yeltsin disolvi¨® el Parlamento, opina Zorkin, quien subraya que lo que se dec¨ªa p¨²blicamente no correspond¨ªa a lo que en realidad se hac¨ªa. "As¨ª ha quedado demostrado en la reciente entrevista televisada de Yeltsin, en la que ¨¦ste dijo abiertamente que el decreto por el cual disolv¨ªa el Parlamento estaba en su caja fuerte desde julio. Y creo que mucho antes que el texto ya estaban maduras las intenciones del presidente", agrega.
Zorkin se lamenta de que Yeltsin no haya aprovechado la oportunidad que tuvo de convertirse en un De Gaulle o en un Roosevelt para Rusia y que optara por el enfrentamiento directo. "No s¨®lo se decidi¨® a destituir a los diputados, sin tener derecho a ello, sino tambi¨¦n a bombardear el Parlamento. Creo que ¨¦ste ha sido un tr¨¢gico error del presidente", manifiesta.
"A pesar de todo", a?ade, "pienso que la sociedad debe encontrar fuerzas para sobreponerse a estos episodios tr¨¢gicos. Estos acontecimientos no son una raz¨®n para continuar alzando barricadas; hay que renunciar a ellas", concluye Zorkin, para quien "tener un Parlamento d¨¦bil es mejor que no tener ninguno".
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