"Los Adams no son monstruos", dice el director Sonnenfeld

Politically correct es una expresi¨®n estadounidense que define lo que la sociedad permite decir y lo que no. El director de la saga de La familia Adams, Barry Sonnenfeld, ha pretendido enfrentarse precisamente a esto. "Creo que ¨¦sa es la clave del ¨¦xito de los Adams: representan cosas que nos gustar¨ªa decir pero no nos atrevemos. Eso es para m¨ª el humor negro", asegur¨® el realizador, que ha pasado por Espa?a para presentar la segunda parte de la saga: La tradici¨®n contin¨²a, que se estrenar¨¢ el 22 de diciembre.

En La familia Adams: La tradici¨®n contin¨²a, los Adams tienen un beb¨¦, colocan a los ni?os en un campamento de verano y de nuevo F¨¦tido se la juega: se casa con una psic¨®pata asesina. A pesar de que Barry Sonnenfeld asegur¨® que no rodar¨ªa una segunda parte, al final se decidi¨®. "No me gust¨® el gui¨®n de la primera pel¨ªcula, que s¨®lo era una sucesi¨®n de chistes. El guionista de la segunda, Paul Rudnbick, escribi¨® una historia muy superior, m¨¢s divertida, m¨¢s pol¨ªtica, que se r¨ªe de la clase media americana, de lo que es politically correct".Como en La parada de los monstruos, el cl¨¢sico de Tod Browning, el juego est¨¢ en que los espectadores no sepan qui¨¦nes son los monstruos y qui¨¦nes los normales. "La gente que mira a los Adams como monstruos se equivoca, porque son absolutamente normales. Tienen m¨¢s valores ¨¦ticos que el resto, su familia representa el afecto".

Los ni?os que se electrocutaban mutuamente en la primera parte son despachados en la segunda a un campamento de verano, donde hay que ser alto, rubio y guapo para triunfar. Seg¨²n Sonnenfeld, ocurre lo mismo en Estados Unidos. "Tener los ojos azules, ser rubio y tener buena planta es fundamental, porque si no se pasa muy mal en la sociedad estadounidense".

La familia Adams fue su bautizo de fuego en la direcci¨®n, ya que Sonnenfeld era director de fotograf¨ªa. Y no fue precisamente un paseo. "Cuando hicimos la primera pel¨ªcula no fue nada divertido, m¨¢s bien result¨® muy deprimente. Nos salimos del presupuesto, el estudio estaba al borde de la bancarrota, no ten¨ªamos dinero ni para pintar los decorados. Fue terrible".