El fin de un espejismo
Lo que ten¨ªa que pasar, pas¨®. Yo hab¨ªa predicho que estas elecciones podr¨ªan producir resultados muy sorprendentes. Es demasiado pronto todav¨ªa para trazar cualquier conclusi¨®n final -los datos de que disponemos son fragmentarios y dan la impresi¨®n de haber sido trabajados por alguien- Pese a todo, se pueden hacer algunos comentarios en este momento. Hoy, el nombre de Zhirinovski est¨¢ en boca de todo el mundo, pero ser¨ªa un grave error pensar que los ciudadanos rusos han perdido el juicio y su sentido de la realidad hasta el punto de votar por las consignas y promesas de Zhirinovski, tales como "volver a tomar posesi¨®n de Polonia y Finland¨ªa", "extender Rusia hasta las aguas c¨¢lidas", "transformar Ucrania y el C¨¢ucaso en Gobiernos rusos, y arreglar todos los problemas internos rusos en pocos meses". No es as¨ª. Este voto ha sido un voto de protesta contra la pol¨ªtica impuesta en Rusia: una expresi¨®n de la desilusi¨®n con las personas que, habiendo declarado que tienen el monopolio de la demo cracia, han tra¨ªdo el fracaso en la conducci¨®n de la reforma y llevado a las condiciones en las que el 30% de la poblaci¨®n vive ahora por debajo del nivel de pobreza y otro 30% justamente un poco por encima de ese nivel.?sta es la causa por la cual no veo raz¨®n alguna para interpretar el ¨¦xito del partido de Zhirinovski [Partido Liberal Democr¨¢tico de Rusia] como una amenaza fascista real que penda sobre Rusia. En vez de dejarse atenazar por el p¨¢nico ser¨ªa mejor pensar sobre las conclusiones que se deben sacar de esta votaci¨®n popular. Algunos han dicho que la situaci¨®n en la que se encuentra el partido de Gaidar, Opci¨®n de Rusia (un partido que comenz¨® la campa?a electoral seguro de su victoria por el control del aparato administrativo del Estado), es el resultado de las divisiones entre las fuerzas democr¨¢ticas. Otros hablan sobre errores" en sus campa?as en los medios de comunicaci¨®n. Pero estas son causas secundarias del fracaso de Gaidar, elegidas para ocultar la causa principal.
En realidad tenemos ante nosotros el final de una ilusi¨®n por la que el liderazgo se justificaba a lo largo de los dos a?os pasados: la ilusi¨®n de que no hay alternativas, de que era posible imponer a la gente sus propios planes al coste que fuera. La estabilidad prometida una y otra vez por el presidente, por el primer ministro y por sus diputados no se ha llevado a efecto y la crisis s¨®lo ha empeorado.
Esto tambi¨¦n explica el hecho de que la mitad de los votantes no fuera a las urnas y de que la otra mitad estuviera dividida en dos partes pr¨¢cticamente iguales cuando tuvo que emitir un juicio sobre la conducta del liderazgo pol¨ªtico ruso. En muchas regiones importantes se registraron muy altas tasas de abstenci¨®n por encima del 50%. El Ej¨¦rcito, incluyendo unidades de ¨¦lite tales como la Divisi¨®n Tamanskaia y la Kantenmirovskaia, la flota del mar Negro y la del Pac¨ªfico, vot¨® por Zhirinovski. Todo esto por las razones mencionadas arriba.
Es necesario que los l¨ªderes actuales, en vez de organizar programas de televisi¨®n rid¨ªculos para celebrar una muy dudosa victoria, se dediquen a pensar en lo que se debe hacer. Lo esencial es entender que deben alcanzar un acuerdo con la fuerza pol¨ªtica principal del pa¨ªs: la situaci¨®n econ¨®mica. Ella dictar¨¢ las futuras coaliciones pol¨ªticas que, por el momento, son completamente impredecibles. Gran des empresas, como Kirov, en San Petersburgo, ya est¨¢n cerradas, y cientos m¨¢s est¨¢n en proceso de cerrar. A corto plazo se debe hallar una soluci¨®n razonable, racional y conciliadora, basada en un consenso nacional que debe ser una r¨¢pida correcci¨®n de la pol¨ªtica del Gobierno en beneficio de los estratos m¨¢s desfavorecidos de la poblaci¨®n que, como la votaci¨®n ha mostrado, son cada vez m¨¢s numerosos y est¨¢n cada vez m¨¢s extendidos.
Pero parece que muchos, incluido el presidente, no pueden detenerse a s¨ª mismos. Su prioridad es mantenerse en el poder a toda costa, y a ese fin est¨¢n dispuestos a sacrificar muchas cosas en detrimento de la democracia y del bienestar popular. Esta es la raz¨®n por la cual se ha prestado tanta atenci¨®n a la aprobaci¨®n de la nueva Constituci¨®n, que otorga enormes poderes al presidente, sin ning¨²n tipo de control sobre ellos. Y es significativo que inmediatamente despu¨¦s de la finalizaci¨®n del escrutinio, el portavoz del presidente declarase c¨ªnicamente que el presidente estaba dispuesto a colaborar incluso con Zhirinovski. Este ¨²ltimo, por su parte, ha dado su apoyo incondicional, desde el mismo principio, a la Constituci¨®n del presidente. Evidentemente esta nueva Constituci¨®n encaja perfectamente con su ideolog¨ªa y ¨¦l espera poder hacer completo uso de ella de aqu¨ª a poco tiempo.El ¨¦xito de los comunistas de Ziug¨¢nov es parte integral de este cuadro pol¨ªtico. A pesar de que tienen diferentes puntos de partida, Zhirinovski y Ziug¨¢nov est¨¢n tratando de ejercer presi¨®n juntos sobre el presidente y arrancarle concesiones y adhesiones. Aunque Yeltsin tenga poderes constitucionales para pasar por alto el nuevo Parlamento, no podr¨¢ deshacerse de ¨¦l tan f¨¢cilmente despu¨¦s de lo ocurrido en octubre, tanto m¨¢s cuanto que este Parlamento ha sido legitimado por sufragio popular.
Si Yeltsin se procura contactos con los grupos parlamentarios de los partidos vencedores, no es imposible que pudiesen llegar a un entendimiento en cuanto al procedimiento de decretar reformas constitucionales y alcanzar acuerdos sobre las modificaciones necesarias para aumentar el car¨¢cter democr¨¢tico de la Constituci¨®n.
?Existe la posibilidad de un retorno al pasado? ?Al Partido Comunista? Estoy convencido de que tal cosa no puede suceder. Ninguna fuerza es lo bastante fuerte como para lograrlo. Pero el peligro est¨¢ presente en todas partes: una batalla de todos contra todos podr¨ªa llevar al Ej¨¦rcito a entrar en la refriega. Incluso sin el recurso a las armas, los militares podr¨ªan persuadir al Gobierno de civiles a hacer entrega de sus poderes.
Y, a manera de posdata, perm¨ªtaseme ofrecer una sugerencia a Occidente: den su apoyo a unas medidas pol¨ªticas m¨¢s que a unos dirigentes pol¨ªticos particulares. Porque corren el riesgo de reducir a cero el n¨²mero de personas con las que poder dialogar en Rusia, y se pueden encontrar con que la propia gente a la que apoyan acaba aplicando pol¨ªticas muy diferentes a las que ustedes son favorables.
Mijail Gorbachov fue el ¨²ltimo presidente de la URSS. La Stampa, 1993.
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