Historia de una crisis mojada
Cuando Robregordo quiso el agua del Canal, se pasaron los primeros recibos de mantenimiento de las tuber¨ªas antes de instalar los contadores en las viviendas. A los hogares del pueblo llegaron recibos trimestrales de mil pesetas. En el Canal reconocen el error por un "problema inf¨®rm¨¢tico". Sin embargo, los vecinos ya no quer¨ªan escuchar: estall¨® la rebeli¨®n. El alcalde, Santiago Sanz, se sum¨® a las protestas. Emiti¨® un bando para instar a los vecinos a que no pagasen los recibos. El abastecimiento volvi¨® a hacerse mediante un circuito cerrado que ten¨ªa su origen en un dep¨®sito con agujeros. Pero la entrada del aire en las canalizaciones imped¨ªa que el agua fluyese con normalidad hasta las casas. Y se acus¨® al alcalde de boicotear el primitivo sistema de abastecimiento. Luego se comprob¨¦ su inocencia.Pero nuevas acusaciones cayeron sobre ¨¦l: estaba malvendiendo a una empresa de extracci¨®n de arena la riqueza subterr¨¢nea de Robregordo. Se le acus¨®, incluso, de malversaci¨®n de fondos. Santiago Sanz del Pozo no pudo m¨¢s: dimiti¨® y entreg¨® las cuentas muncipales.
Un d¨ªa despu¨¦s, el vecino Domingo Moreno, del PP, convoc¨® un nuevo concejo. Obtuvo la alcald¨ªa. Moreno, ese mismo d¨ªa, cambi¨® las cerraduras del ayuntamiento. El era la ¨²nica persona que pod¨ªa entrar en los locales municipales. El juez de paz record¨® que el m¨¦todo de elecci¨®n no era el legal. Deb¨ªa ser la segunda persona, que m¨¢s votos obtuvo en las pasadas elecciones. Es decir, Mar¨ªa de la Cruz Mart¨ªn Agudo, del PSOE. La que deb¨ªa ser nueva alcaldesa no acept¨® el cargo. Se procedi¨®, por tanto, a designar para el puesto a la tercera persona de las listas, la popular Mar¨ªa Jos¨¦ de la Cruz Marina. Tampoco quiso saber nada.
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