Un programa cojo
EL PAQUETE de medidas presentado por el Partido Popular para reactivar la econom¨ªa, detener la destrucci¨®n de empleo y recuperar la competitividad de las empresas va a tener al menos el m¨¦rito de reabrir el debate sobre la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. El momento es especialmente oportuno para profundizar en la discusi¨®n entre quienes sostienen que la recesi¨®n contin¨²a y los que afirman que ya hay s¨ªntomas de recuperaci¨®n. En todo caso, la profunda desconfianza de la ciudadan¨ªa, el temor y la inseguridad que se han adue?ado de nuestro pa¨ªs, exigen que el debate vaya m¨¢s all¨¢ de los intercambios autosuficientes de recetas.La intenci¨®n del PP es instrumentar un plan de choque con car¨¢cter urgente. Lo primero que hay que plantearse es si las propuestas de los populares forman realmente un plan de choque. Es decir, ?hablamos de medidas que propician una recuperaci¨®n r¨¢pida de la inversi¨®n? La duda parece inevitable. Da la impresi¨®n de que se trata mucho m¨¢s de un paquete de medidas enunciadas sobre la base de la sensibilidad electoral. En definitiva, un envite pol¨ªtico para rentabilizar las tendencias favorables.
La medida m¨¢s emblem¨¢tica es la reducci¨®n de la tarifa y las retenciones del impuesto sobre la renta en un 5%. A primera vista siempre parece saludable una decisi¨®n as¨ª, si el objetivo es estimular el consumo. Sin embargo, los recientes datos de coyuntura indican que el aumento de la renta disponible que producir¨ªa el recorte fiscal no se canalizar¨ªa necesariamente hacia el consumo. El crecimiento actual del ahorro tiene que ver con el miedo al futuro y no tiene, por tanto, una canalizaci¨®n hacia la inversi¨®n. S¨®lo hay que ver el aumento desenfrenado de los fondos de inversi¨®n, que ya alcanzan los 9,6 billones de pesetas, mientras que el cr¨¦dito a familias y empresas se redujo el ¨²ltimo mes. Se podr¨ªa pensar que, en un segundo paso, los recursos de estos fondos se destinan a inversi¨®n. Tampoco es as¨ª. Tres cuartas partes se dedican a financiar deuda p¨²blica.
Por otra parte, seg¨²n las cuentas de Hacienda, s¨®lo el recorte de la tarifa y las retenciones del IRPF supondr¨ªa una p¨¦rdida de recaudaci¨®n de 350.000 millones de pesetas. El impacto global de todo el paquete fiscal supondr¨ªa una reducci¨®n de ingresos de 691.000 millones de pesetas. ?C¨®mo se compensa para evitar que el d¨¦ficit p¨²blico crezca en otro 1% del PIB? El PP no lo dice. La experiencia demuestra que la inversi¨®n est¨¢ condicionada por factores mucho m¨¢s complejos, entre los que est¨¢ la propia situaci¨®n de las finanzas p¨²blicas. Aqu¨ª y ahora en este pa¨ªs, tal como acaba de poner de manifiesto el informe de la OCDE, lo prioritario es llevar a cabo la reforma del mercado laboral junto a la moderaci¨®n salarial, y la aplicaci¨®n de los incentivos convencionales de ayudas -apoyos a la investigaci¨®n y desarrollo, exportaciones, formaci¨®n profesional y reconversi¨®n- a las empresas que tomen decisiones de inversi¨®n.
M¨¢s positivas parecen las medidas de fomento de la adquisici¨®n de viviendas. Se trata de una estrategia radicalmente opuesta a la adoptada por el Gobierno, que incluso lleg¨® a barajar la posibilidad de eliminar las cuentas de ahorro para la compra de viviendas. El coste para la recaudaci¨®n en este caso es m¨¢s moderado -unos 113. 000 millones de pesetas- y en cambio el impulso a la inversi¨®n puede ser mucho m¨¢s significativo. Pero cuidado, porque el tir¨®n de la construcci¨®n tampoco es la f¨¢cil panacea. Las medidas que directamente afectan a las empresas -incremento de deducciones en impuesto de sociedades, regularizaci¨®n de balances y libertad de amortizaci¨®n de activos- supondr¨ªan otra p¨¦rdida de ingresos para el Estado de 190.000 millones de pesetas. Sus efectos pueden ser positivos, pero dif¨ªcilmente tendr¨¢n un impacto inmediato en la voluntad inversora de las empresas. Porque hay algo que no conviene confundir: si los empresarios no invierten ahora no es por falta de est¨ªmulos fiscales, sino por falta de expectativas favorables. Las medidas que habr¨ªa que aplicar deber¨ªan atajar directamente este problema. Es decir, crear confianza.
Para que los empresarios se decidan a invertir es condici¨®n necesaria que se hayan despejado significativamente todas las incertidumbres que alimentan el actual clima de crisis econ¨®mica. Se trata de acelerar las medidas que vayan en este sentido. Esto no parece alcanzable con medidas que aumentan significativamente el d¨¦ficit p¨²blico y en consecuencia los tipos de inter¨¦s y la inflaci¨®n. La situaci¨®n econ¨®mica es dif¨ªcil y compleja. Las medidas para afrontar sus graves efectos lo tendr¨¢n que ser tambi¨¦n necesariamente. Oposici¨®n y Gobierno parecen ambos a¨²n lejos de conceptos consistentes para hacer frente a esta crisis.
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