La polic¨ªa francesa busca miles de detonadores en las playas de Breta?a
Un barco perdi¨® 34.000 explosivos
Las playas bretonas y de la regi¨®n del Loira llevan varios d¨ªas cerradas al p¨²blico. Son playas explosivas. Pasearse por ellas significa arriesgarse a perder un pie o una pierna. M¨¢s de 2.000 detonadores han sido hallados los ¨²ltimos d¨ªas en la accidentada costa que se extiende desde Brest hasta la desembocadura del Loira.
Los detonadores parecen proceder del carguero chipriota Mary H, que el pasado 12 de septiembre comunic¨® a las autoridades brit¨¢nicas la p¨¦rdida de una parte de su cargamento de explosivos. Desde hace una semana, cada marea deposita en las playas detonadores que 160 soldados, 72 bomberos y 86 polic¨ªas especialistas en desactivar minas intentan localizar y neutralizar. El pasado fin de semana se a?adieron a este contingente un gran n¨²mero de voluntarios, de manera que casi mil personas trabajaron en la empresa.
Los detonadores llevan estampada la firma Nitro Nobel Sweden, detalle que parece confirmar la hip¨®tesis del Mary H y pone en la picota al centro de control brit¨¢nico de Falmouth, que no comunic¨® a las autoridades francesas lo ocurrido. El temor principal de ¨¦stas estriba en que el nav¨ªo chipriota perdi¨® 34.000 detonadores y que, por tanto, quedan por recuperar unos 32.000.
800 kil¨®metros de costa
Entr¨¦ las algas, recubiertos por la arena, en los recovecos de una costa -casi 800 kil¨®metros- muy recortada y rocosa, pueden ocultarse esas imprevisibles bombas que el viento y las corrientes transportan a un ritmo muy dif¨ªcil de estudiar.Para el ministro del Medio Ambiente, Michel Barnier, la situaci¨®n es "escandalosa". Dijo "estar harto de que las costas francesas sirvan de vertedero". Lo cierto es que las leyes internacionales no obligan al transporte mar¨ªtimo a comunicar cu¨¢ndo lleva un cargamento peligroso, excepto cuando entra en las aguas territoriales de un pa¨ªs.
Por tratarse de detonadores, el peligro es relativo, ya que estos necesitan recalentarse o ser golpeados de forma violenta para que exploten. En pleno invierno, el riesgo de calentamiento es nulo y el peligro de estallido debido a percusi¨®n escas¨ªsimo, pero el buen tiempo y la invasi¨®n de las playas por los ni?os en verano hacen imprescindible realizar ahora el trabajo de limpieza.
Algunos detonadores llegan a la costa a¨²n dentro de sus vistosos embalajes de pl¨¢stico de color, lo que facilita su localizaci¨®n; pero en otros casos esos ingenios explosivos de destino industrial han sido liberados por las olas del embalaje y, dado que su forma es la de un cilindro gris de 15 cent¨ªmetros, pueden quedar perfectamente camuflados y convertirse en aut¨¦nticas bombas de relojer¨ªa.
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