Kilo y medio de locura
Ah¨ª van algunas reflexiones de un joven licenciado-parado vasco.Se nos acusa a los j¨®venes de salir mucho y muy tarde por las noches, de beber demasiado y de conducir como locos coches potent¨ªsimos y muy caros. Lamento haberme perdido toda esta fiesta: no tengo coche, ni la cantidad exorbitante de dinero que hace falta para hacer la ruta del pescado en cuesti¨®n. Eso s¨ª, veo todas las calles del pa¨ªs empapeladas con un anuncio precioso que reza: "Kilo y medio de locura" y que se hace a mayor gloria de una de las m¨¢s efectivas cajas de muertos de todos los tiempos. ?D¨®nde estaban las autoridades p¨²blicas cuando se deb¨ªa haber prohibido este tipo de campa?a comercial? Lo m¨¢s seguro es que lo primero es vender coches y lo segundo salvaguardar a sus ocupantes. Pero adem¨¢s es que lo llevan crudo, porque, tal y como est¨¢ el mercado de trabajo, para cuando yo pueda comprar un coche (y m¨¢s concretamente ese tipo de coche) o independizarme de mis padres, puede que empiece a peinar canas.
La familia espa?ola goza de una robustez a prueba de bomba, y los padres vociferan que no saben qu¨¦ hacer para echar a sus hijos de casa. Una idea: que prueben los empresarios, los sindicatos y el Gobierno a darnos un trabajo dignamente retribuido (s¨®lo dignamente, nosotros no creemos en la cultura del pelotazo) m¨¢s alguna facilidad crediticia y asociativa, y ver¨¢n que pronto tendr¨¢n una juventud emancipada y din¨¢mica. Pero quiz¨¢ sea mejor tenernos adocenados en casa de nuestros padres viendo partidos de f¨²tbol (?Dios salve al superdepor!), no vaya a ser que despertemos y echemos a palos (electorales) a esa dorada generaci¨®n de los sesenta, que no parece muy inclinada a dejar producir el relevo generacional l¨®gico. Pretenden jubilar anticipadamente a los que son algo mayores que ellos y no dejar entrar en el mercado laboral en igualdad de condiciones a la generaci¨®n espa?ola mejor preparada t¨¦cnicamente de todos los tiempos. ?J¨®venes de Espa?a, despertad!: pretenden tomarnos el pelo.
Mucho m¨¢s que kilo y medio de locura es lo que atesora este pa¨ªs; y por si fuera poco, yo soy vasco y pacifista, lo que todav¨ªa me frustra un poco m¨¢s, pero eso lo dejaremos para otro d¨ªa.
Una nota de esperanza: en Italia ganan los rojazos. ??nimo, Occhetto!-
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