Los nombres del bi¨®grafo

El apellido de este famoso bi¨®grafo invita al juego. La primera vez que Donald Spoto cobr¨® notoriedad fue con una voluminosa biograf¨ªa de Hitchcock, que desde el t¨ªtulo promet¨ªa: El lado oscuro del genio. Acostumbrados hasta entonces a que el desvelamiento de los enredos de alcoba y dem¨¢s tramas negras de? amor quedasen para las vidas escritas de las estrellas, ese libro que relataba con detalle las man¨ªas sexuales del director de La ventana indiscreta y particularmente su peculiar acoso de la p¨¢lida rubia Tippi Hedren, caus¨® estupor entre cin¨¦filos y admiradores fervientes del maestro brit¨¢nico, entre los que me cuento. A¨²n sin poner en duda su veracidad, Spoto sonaba en esas p¨¢ginas -y hasta ol¨ªa- a escroto. Al leer unos a?os despu¨¦s su biograf¨ªa, nada corta tampoco, de Lawrence Olivier, el sustantivo adecuado parec¨ªa ser spot (mancha). Spoto revelaba en ¨¦l un ardoroso e inesperado idilio del eminente actor cl¨¢sico y benem¨¦rito lord de la corona, que no sorprend¨ªa tanto por su car¨¢cter homosexual, como por la persona del ser amado: el esmirriado caricato y eterno pillastre Danny Kaye. El libro cay¨® como una bomba f¨¦tida por lo menos en un ambiente: el shakesperiano.Pero Spoto se ha hecho formal, y en el presente libro honra al verbo m¨¢s cercano a su nombre y cultiva el spotting (de to spot: localizar), manifest¨¢ndose como un concienzudo y escrupuloso buscador de la verdad, que trata de desmantelar las falsas historias de cama de la actriz con el presidente Kennedy (Spoto s¨®lo acepta un ¨²nico fin de semana amoroso en casa de Bing Crosby, que ninguno de los dos quiso repetir) y de cama y conspiraci¨®n de Bob Kennedy. Como ¨¦l mismo dice en la ¨²ltima p¨¢gina, su libro Marilyn Monroe, la biograf¨ªa (Editorial Anagrama), naci¨® con la idea de combatir un "panorama siniestro de fraude y sensacionalismo". La empresa le ha ocupado 800 p¨¢ginas cumplidas. Al menos en eso, Donald Spoto sigue fiel a otro antiguo convencimiento suyo: los lectores las prefieren largas.