Mucha ingenier¨ªa financiera y poca arquitectura

"Ya te lo dec¨ªa yo, Banesto no pod¨ªa durar mucho tiempo". Es como si todos supieran que el Banco de Espa?a iba a intervenir Banesto. Y, la verdad es, que desde hace meses, el resto de los banqueros auguraba en privado un triste final para el banco en el que desembarc¨® en 1987 Mario Conde. Su gesti¨®n no ha conseguido sacarlo adelante, tras seis a?os de grandes operaciones de ingenier¨ªa financiera e imagen y poca arquitectura bancaria.La crisis de Banesto es, sin embargo, anterior a Conde. A mediados de los ochenta, el entonces gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio, coloc¨® al frente del Banco Espa?ol de Cr¨¦dito a un ex gobernador del banco emisor: Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez de Letona. El nuevo presidente reconoci¨® la crisis de la entidad al asumir el cargo. Banesto ten¨ªa serios quebrantos que exig¨ªan un duro plan de ajuste. L¨®pez de Letona lo anunci¨® pero nunca lo pudo llevar a la pr¨¢ctica.El plan de Mariano Rubio consist¨ªa en solucionar los problemas de la banca espa?ola fusionando a los mejores bancos con los menos buenos. La idea era unir el Bilbao con el Banesto y el Vizcaya con el Central. Fue entonces cuando apareci¨® Conde y desbarat¨® la primera de estas fusiones, al convencer a los accionistas de Banesto que no aceptaran la OPA del Bilbao. Con ello inici¨® su cuestionada carrera.Los problemas de Banesto en 1987 eran diferentes a los de ahora, aunque ten¨ªan un denominador com¨²n: exceso de riesgo e incapacidad para generar beneficios en el negocio bancario. El banco estaba anticuado, con una red de oficinas excesiva y poco rentable, un sistema inform¨¢tico insuficiente, una cartera de cr¨¦ditos poco saneada y sin provisionar, y un grupo industrial de indudable valor patrimonial pero mal gestionado. El equipo de Conde plante¨® entonces una pol¨ªtica con la que se buscaba sanear el grupo y encontrarle un hueco en el nuevo mapa bancario espa?ol. La t¨¢ctica de 1988 consist¨ªa en modernizar el banco y crecer m¨¢s que la competencia. Y as¨ª fue. Aunque los estrategas de Banesto no contaron con la fuerte crisis econ¨®mica que estaba a la vuelta de la esquina y que iba a convertir a muchos clientes en morosos y ha hacer imposible recuperar las fuertes inversiones realizadas.Fiel a su estilo de golpes de efecto, Mario Conde intent¨® una v¨ªa alternativa para su banco, y apareci¨® de caballero blanco ante Alfonso Esc¨¢mez, que por entonces necesitaba ayuda. Conde y Esc¨¢mez fusionaron entonces los bancos Central y Banesto, en una operaci¨®n que no cumpli¨® el a?o y que hubo que desandar, con el consiguiente perjuicio para ambas entidades. Banesto se encontraba entonces peor que en 1986. Los problemas de solvencia y rentabilidad se hab¨ªan multiplicado en esos tres a?os.

El hombre de negocios gallego busc¨® otra gran operaci¨®n. Si el banco no era capaz de ganar el dinero suficiente como para sanear sus cuentas y repartir dividendos a los accionistas hab¨ªa que sacar dinero de otro sitio. Y as¨ª se hizo. Conde agrup¨® en torno a la Corporaci¨®n Financiera todas las participaciones industriales de la entidad y se dispuso a salir a Bolsa en busca de fondos. Esta vez tuvo la mala suerte de que la invasi¨®n de Kuwait hundiera los mercados financieros en agosto de 1990, echando por tierra su nueva operaci¨®n.

Desde entonces, Banesto ha ido con la lengua fuera. Con una actividad aparentemente fren¨¦tica, el banco que hasta ayer presid¨ªa Mario Conde se iba desprendiendo de todo lo que pod¨ªa para mantener una maltrecha cuenta de resultados. "Banesto lleva varios a?os como un ciclista que no pod¨ªa dejar de pedalear, porque si se paraba la bicicleta no aguantar¨ªa en pie", explica un analista.Hace dos a?os, el Banco de Espa?a realiz¨® una inspecci¨®n en profundidad de Banesto y comprob¨® que el balance no se sosten¨ªa. A los problemas de falta de rentabilidad, se un¨ªan la fuerte morosidad, la escasez de dotaciones y el excesivo endeudamiento en el mercado interbancario. La situaci¨®n era grave y Banesto tuvo que negociar un plan de saneamiento consistente en aumentar las provisiones para fallidos, reducir su endeudamiento frente a otras entidades y, sobre todo, mejorar sus niveles de solvencia mediante aumento de recursos propios. Ello obligaba a renunciar a repartir dividendo a sus accionistas.

Una vez negociado el plan, Mario Conde opt¨® por una nueva macrooperaci¨®n y anunci¨® la mayor ampliaci¨®n de capital de la historia de la banca espa?ola: hasta 130.000 millones de pese tas. La ampliaci¨®n mejoraba los niveles de capitalizaci¨®n del banco, pero no su rentabilidad ni su solvencia a corto plazo. Hab¨ªa que seguir trabajando en el saneamiento de su balance y en la modernizaci¨®n de la entidad. Los mismos problemas que en 1986, pero multiplicados por dos, tres o cuatro, qui¨¦n sabe.

Cuando el Banco de Espa?a decidi¨® intervenir Banesto reconoc¨ªa la incapacidad del hasta ayer equipo de gesti¨®n de la entidad para hacer frente a sus obligaciones. Un equipo que ha realizado grandes operaciones de ingenier¨ªa financiera, pero que no ha sido capaz de armar la arquitectura del banco.