Un atentado mortal del IRA revela su resistencia al plan de paz anglo-irland¨¦s
El IRA (Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s) dio ayer un nuevo pisot¨®n a las esperanzas de paz de los norirlandeses. La banda terrorista lanz¨® cuatro ataques contra patrullas brit¨¢nicas, y en uno de ellos mat¨® a un soldado. Fue la primera muerte desde el 15 de diciembre, cuando los Gobiernos de Londres y Dubl¨ªn presentaron una propuesta de paz para la regi¨®n. La direcci¨®n del IRA, que a¨²n no ha respondido a la propuesta anglo-irlandesa, anunci¨® ayer que no pensaba renunciar a la lucha armada.
El plan de paz anglo-irland¨¦s a¨²n no est¨¢ muerto, pero s¨ª lo est¨¢ la oleada de optimismo que desencaden¨®. La Navidad no trajo la reconciliaci¨®n, como esperaba el primer ministro irland¨¦s, Albert Reynolds. Y ya nadie habla de "paz en cuesti¨®n de semanas", como se hac¨ªa hace poco. En su habitual mensaje de fin de a?o en la revista del Sinn F¨¦in Republican News, la direcci¨®n del IRA se cuid¨® de enfriar a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos: "Nuestra lucha ha soportado y sobrevivido una ofensiva brit¨¢nica tras otra. Y sigue siendo s¨®lida".Los atentados de ayer fueron precedidos, el mi¨¦rcoles, por una asamblea multitudinaria de militantes del IRA y del Sinn F¨¦in (brazo pol¨ªtico del IRA), en la que la propuesta anglo-irlandesa no obtuvo ni una sola intervenci¨®n favorable. Entre los 400 asistentes hab¨ªa presos con permiso navide?o y concejales del Sinn F¨¦in. Uno de los concejales, Jim McCallister, dijo que la asamblea hab¨ªa coincidido en opinar que "al documento [angloirland¨¦s] le falta a¨²n mucho para convertirse en una aut¨¦ntica propuesta de paz". Y agreg¨®: "El documento, tal como nos ha sido presentado, resulta insuficiente para justificar un alto el fuego del IRA".
Uno de los reclusos de permiso, Brendan McFarlane, dirigente de la banda y considerado l¨ªder de los encarcelados del IRA, dijo a su vez ante la asamblea que los presos no quer¨ªan ser utilizados como "piezas de regateo" en una negoci¨¢ci¨®n, refiri¨¦ndose a las insinuaciones de amnist¨ªa parcial emitidas por los Gobiernos de Londres y Dubl¨ªn.
Todas las reticencias del IRA ante el plan de paz quedaron subrayadas con sangre pocas horas despu¨¦s. Los atentados comenzaron por la noche, cuando un mortero fue disparado contra un veh¨ªculo militar en el centro de Belfast y caus¨® heridas leves a un soldado. El disparo se efectu¨® desde una vivienda particular cuyos inquilinos, una pareja de edad mediana, permanecieron secuestrados durante un par de horas por el comando del IRA.
Al amanecer, una mina estall¨® al paso de una patrulla militar en las cercan¨ªas de los guetos cat¨®licos al oeste de Belfast, sin causar v¨ªctimas. Una segunda mina fue localizada y desactivada unas horas m¨¢s tarde.
El atentado mortal se produjo en Armagh, un condado fronterizo con la Rep¨²blica de Irlanda donde el IRA cuenta con gran apoyo popular. Un soldado que patrullaba a pie por una zona rural recibi¨® el impacto de una bala en el pecho y muri¨® cuando era trasladado a un hospital.
El Gobierno brit¨¢nico respondi¨® a la renovada violencia del IRA neg¨¢ndose a facilitar dinero al Sinn F¨¦in para la protecci¨®n de sus dirigentes.
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