Al alcalde de Madrid le crecen los osos

Sobre las espaldas del alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, se ha desatado un divertido litigio. Desde hace un mes, un oso antimorosos -un joven parado al que pagan los sindicatos municipales- ha perseguido constantemente al regidor para exigir al Ayuntamiento que abone a sus funcionarios una tercera paga firmada en convenio y que el alcalde decidi¨® eliminar.Con el nuevo a?o, al peludo guardaespaldas, le han salido varios rivales con distintas intenciones. Ayer, 22 "osos amorosos" acompa?aron al alcalde para neutralizar el efecto del pesado plant¨ªgrado que tanto disgusta a ?lvarez del Manzano.

La aparici¨®n de la manada de osos bondadosos tuvo lugar en el parque de atracciones de la Casa de Campo de Madrid. En este recinto se celebraba ayer el d¨ªa de Reyes para los trabajadores del Ayuntamiento de Madrid. El alcalde madrile?o anunci¨® su presencia, ya habitual, para repartir regalos.

Todos esperaban al oso pegajoso contratado por los sindicatos, pero ¨¦ste no apareci¨®. Francisco Corrales, el parado de Vallecas que se disfraza de oso, no acudi¨® a la cita, pero s¨ª sus imitadores. "?Hombre! M¨¢s osos", exclam¨® el alcalde cuando a las puertas del parque se le abalanzaron todos los peludos. ?lvarez del Manzano debi¨® de pensar que con el A?o Nuevo los sindicatos hab¨ªan redoblado sus esfuerzos por llamar la atenci¨®n sobre su paga extra de septiembre birlada, pero los acompa?antes del alcalde se aprestaron a advertir que estos osos eran "buenos". Para confirmarlo, los mismos plant¨ªgrados de peluche portaban un gran coraz¨®n en el que se le¨ªa: "amorosos". As¨ª que el alcalde respir¨® tranquilo: "?stos son amigos", dijo sonriente.

"No s¨¦ a qui¨¦n se le habr¨¢ ocurrido la idea, pero me parece divertid¨ªsima", dijo el alcalde, asegurando que se trataba de una aut¨¦ntica sorpresa. En cualquier caso, los nuevos amigos le sirvieron de s¨¦quito y muchos de los osos se preocupaban de sacar de dudas a los curiosos inform¨¢ndoles de que eran osos amorosos y angelosos".

No pod¨ªa ser de otra manera, ya que el art¨ªfice de la sorpresa fue el propio departamento de Personal y R¨¦gimen Interior del Ayuntamiento y bajo los disfraces se escond¨ªan 22 trabajadores que repartieron 3.000 ositos de peluche a la concurrencia. Se prestaron al juego, dijeron, para que el oso antimorosos pasara desapercibido.

Consiguieron el efecto contrario y, adem¨¢s, no contrarrestaron los ¨¢nimos de los presentes, que abuchearon al alcalde cuando repart¨ªa juguetes entre los hijos de los funcionarios.

Los sindicatos anunciaron que el oso antimorosos estaba de vacaciones. Volver¨¢ a perseguir al alcalde de Madrid desde hoy, aseguraron, para recordarle que una paga extraordinaria no se le puede retirar impunemente a los 20.000 funcionarios del mayor Ayuntamiento de Espa?a.