Horarios comerciales

Ante la receptividad que ha tenido en el decreto del pasado 29 de diciembre la campa?a recientemente promovida por algunos peque?os comerciantes en contra de la libertad de horario, quiero hacer saber que muchas peque?as empresas, entre las que me incluyo, estamos decididamente a favor de la libertad de horario.El real decreto ley del 30 de abril del 85 supuso un avance important¨ªsimo tanto en lo que respecta al dinamismo comercial de nuestro pa¨ªs en su equiparaci¨®n con otros de nuestro entorno como en lo que respecta a los consumidores. La incorporaci¨®n de la mujer al trabajo ha forzado un cambio irreversible en los h¨¢bitos de consumo. Las familias que s¨®lo disponen del fin de semana para hacer sus compras tienen que tener esa posibilidad, y no se puede pretender retroceder en este sentido. Los horarios laborales de los consumidores exigen un horario comercial flexible, y aprovecho desde aqu¨ª, como peque?a comerciante, consumidora y madre, para proponer un horario m¨¢s l¨®gico, sin interrupciones, que permita terminar antes y disfrutar de los hijos, la cultura y el descanso, al menos a partir de las siete de la tarde.

La misma flexibilidad que propongo implica, en mi opini¨®n, que durante el mes de diciembre no existan ni domingos ni festivos, ya que es, para comerciantes y consumidores, el m¨¢s importante del a?o.

Creo que las grandes superficies tienen el derecho y el deber de abrir los domingos, facilitando as¨ª las compras a quienes no pueden hacerlas en otro momento. Y me parece, por otro lado, que el peque?o comercio tiene que adaptarse a los tiempos a trav¨¦s de la especializaci¨®n y el servicio personalizado al cliente, buscando aquellos terrenos en los que no entra el grande.

Espero que esta carta y las campa?as a favor de la libertad de horarios que he encontrado en la prensa con gran alegr¨ªa contribuyan a esclarecer un debate cuyos efectos son decisivos para un sector vital de nuestra econom¨ªa.-