El regreso del 'Kaiser'
Beckenbauer entrena desde hoy al Bayern M¨²nich despu¨¦s de tres a?os retirado del f¨²tbol
"Mostrar¨¦ que el Bayern es el n¨²mero uno". Es la promesa de Franz Beckenbauer, que ser¨¢ el t¨¦cnico del Bayern M¨²nich durante los pr¨®ximos cuatro meses y que hoy mismo dirigir¨¢ su primer entrenamiento. La noticia estall¨® como una bomba en medio del sosiego navide?o. La esperada destituci¨®n de Erich Ribbeck, cuyo mayor ¨¦xito fue ganar la Copa de la UEFA con el Bayer Leverkusen en 1988, se produjo durante las vacaciones futbol¨ªsticas de invierno, que se prolongar¨¢n hasta principios de febrero. El inter¨¦s p¨²blico por Beckenbauer es tal que para la sesi¨®n preparatoria inaugural se pusieron entradas a la venta y hasta desde Corea del Sur solicitaron pases."Nunca jam¨¢s f¨²tbol. Quiero mejorar mi h¨¢ndicap en el golf", fueron las palabras del Kaiser, el legendario libero. Era diciembre de 1990 y hab¨ªa llegado la hora de despedirse del controvertido Ol¨ªmpico de Marsella. Beckenbauer, criticado y decepcionado, decidi¨® abandonar los inh¨®spitos estadios y se retir¨® a su palacete de Kitzb¨¹hel para vivir de las rentas y disfrutar de la vida en ese rom¨¢ntico lugar de los Alpes austr¨ªacos y en su elegante club de golf.
El hombre que se despidi¨® de la pobreza para siempre es propenso a pronunciar la frase "nunca jam¨¢s". "Alemania nunca m¨¢s", dijo cuando en 1977 abandon¨® su pa¨ªs para jugar en el Cosmos, de Nueva York. Estados Unidos ofrec¨ªa entonces la seducci¨®n del dinero a un futbolista sobrado de t¨ªtulos: campe¨®n mundial con su selecci¨®n en 1972, tricampe¨®n europeo con su Bayern. de 1974 a 1976 y pentacampe¨®n con ¨¦l en la Liga germana. Sin embargo, quien se hab¨ªa ido para siempre volvi¨® a su pa¨ªs en 1980 para alinearse en el Hamburgo, aunque s¨®lo lo hizo en 28 encuentros en dos temporadas y se retir¨®.
Luego, en 1984 y tras el hundimiento del conjunto nacional en el Campeonato de Europa de Francia, en el que fue eliminado por el espa?ol, la federaci¨®n alemana pidi¨® al ¨ªdolo de la afici¨®n su ayuda para reflotarlo. Beckenbauer accedi¨® a dirigirlo, aunque s¨®lo figur¨® oficialmente como jefe de equipo y estratega en la sombra porque a¨²n no pose¨ªa el carn¨¦ de entrenador. Su doble en el banquillo era Berti Vogts, el seleccionador actual, pero que no emula la popularidad de Beckenbauer pese a que las estad¨ªsticas hablan en su favor. La carencia de documentaci¨®n ya no existe. Despu¨¦s de ganar el t¨ªtulo mundial en Italia en 1990, Beckenbauer obtuvo una licencia honoris causa que tiene toda validez
Espantosa situaci¨®n
Beckenbauer ha de salvar ahora al Bayern. El cuadro destinado al triunfo absoluto se encuentra en una espantosa para ¨¦l situaci¨®n: es el tercero en la Liga, a un punto del Bayer Leverkusen y el Eintracht Francfort, despu¨¦s de haber sido eliminado de la Copa de la UEFA por el Norwich y de la germana por el Dinamo Dresde. Un punto de diferencia es, en efecto, demasiado en los clubes que pretenden ser m¨¢s que un club. Lo cierto es que el Bayern sufre desde que en 1991 dej¨® escapar al ahora bilba¨ªno Jupp Heyrickes tras haber ganado el campeonato dos veces consecutivas.En aquel apuro ya se hab¨ªa insistido a Beckenbauer para que entrenara, al Bayern. Pero el maestro se neg¨®. S?ren Lerby dur¨® tan s¨®lo cinco meses en el banquillo hasta que lleg¨® Ribbeck, sugerido curiosamente por Beckenbauer, que en estos d¨ªas ha vuelto a la ciudad que le vio nacer el 11 de septiembre de 1945.
Su ejemplo, en la Alemania de la posguerra, fue el cl¨¢sico del futbolista de barrio humilde que llega a triunfar. En una coyuntura en la que ejerce de emperador y es respaldado por los millones, que ¨¦l reduce a una frase: "soy independiente", vuelve al trabajo por razones m¨¢s trascendentales. El dinero ya no le importa. "No s¨¦ cu¨¢nto me van a pagar", dice para demostrarlo.
Sg¨²n contabiliza la publicaci¨®n muniquesa S¨¹ddeutsche Zeitung, la tesorer¨ªa del Bayern en los ¨²ltimos 12 meses ha desembolsado la friolera de 38,5 millones de marcos (m¨¢s de 3.000 millones de pesetas). Seis fichajes, tres de ellos delanteros, entre los que destaca el internacional colombiano Adolfo Valencia, no han surtido el efecto deseado.
Ribbeck, quien la temporada pasada salv¨® al Bayern. del descenso y que durante 32 jornadas lo tuvo en la cabeza de la clasificaci¨®n, se equivoc¨® cuando afirm¨®: "Yo no tengo que ser campe¨®n". Esta supuesta muestra de falta de ambici¨®n se sumaba a constantes cambios t¨¢cticos, el mal estado f¨ªsico de algunos jugadores, la poca confianza que dio a la cantera y el hecho de relegar a Matth?us a labores defensivas y de libre, posici¨®n que tambi¨¦n ocupa en la selecci¨®n, pero en la que no puede desarrollar su potente Juego ofensivo.
El propio Matth¨¢us, desde su chal¨¦ suizo de Crans Montana, donde ma?ana se casar¨¢ con su compa?era italiana Lolita Morena, se felicita de la vuelta de Beckenbauer: "Con Franz como gobernador en solitario, llegar¨¢, por fin, la tranquilidad".
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