Interior realizar¨¢ un control de todos los chinos que residen en Espa?a para descubrir a los ilegales
"Nos han ordenado que levantemos las tapas de las ollas de los restaurantes chinos para controlar hasta el ¨²ltimo inmigrante ilegal". De este modo tan gr¨¢fico describe un funcionario las ¨®rdenes que la direcci¨®n de la Polic¨ªa ha impartido en los ¨²ltimos d¨ªas para realizar un control exhaustivo de todos los ciudadanos de aquel pa¨ªs que se encuentran en Espa?a. Los asesinatos cometidos recien temente en Gandia y Gav¨¢ han llevado a las autoridades de Interior a la convicci¨®n de que el plan de realizar un detallado control de esta colonia, que se barajaba desde hac¨ªa meses, no se pod¨ªa dilatar m¨¢s.
El problema no s¨®lo estriba en las mafias criminales que mueven los hilos de esta inmigraci¨®n ilegal. La polic¨ªa tiene serias dudas sobre la legalidad de muchos de los expedientes de regularizaci¨®n de los 4.000 chinos oficialmente residentes en Espa?a, que ahora ser¨¢n minuciosamente revisados, y es cuestionable la legitimidad de los m¨¢s de 700 que demandaron refugio en 1993, frente a los 26 del a?o anterior.Las distintas brigadas provinciales de. polic¨ªa, particularmente' de Madrid y Barcelona, ven¨ªan trabajando desde hace a?os sobre este fen¨®meno y hab¨ªan logrado la desarticulaci¨®n de diferentes tramas que introduc¨ªan en Espa?a a inmigrantes ilegales. Ahora su trabajo ha logrado peso y reconocimiento entre la opini¨®n p¨²blica ante la evidencia de la exactitud de los alarmantes informes que suministraban a las autoridades de Interior sobre el creciente riesgo de este fen¨®meno, al que no es ajeno el resto del continente. La direcci¨®n de la Polic¨ªa, a tenor de las nuevas instrucciones, pretende dar un salto cualitativo y pasar de lo que han sido actuaciones aisladas a una ofensiva global contra las mafias chinas.
La reciente orden impartida a las jefaturas superiores, ante la gravedad de las actividades de miembros de la colonia china, pretende un doble objetivo: descubrir a los inmigrantes ilegales e identificar a quienes cometen delitos. Para ello, en cada una de las demarcaciones policiales, los responsables de Interior realizar¨¢n un listado tanto de los chinos residentes . como de los establec¨ªmientos regentados por miembros de esta colonia, generalmente restaurantes y tiendas de confecci¨®n de ropa.
Estos establecimientos ser¨¢n objeto de exhaustivas inspecciones peri¨®dicas por parte de los polic¨ªas de cada provincia. No s¨®lo se registrar¨¢ hasta la ¨²ltima. de sus dependencias, sino que se realizar¨¢n minuciosas pesquisas para esclarecer el origen de su capital, y se controlara rigurosamente la documentaci¨®n del personal que trabaja en tales establecimientos, con particular atenci¨®n en materia de visados. No en vano, en este ¨²ltimo punto se han hallado indicios de falsificaci¨®n en gran n¨²mero de casos.
Aunque s¨®lo explica un porcentaje residual entre todo el flujo de inmigrantes chinos ilegales, est¨¢ el caso de Pedro Pastor Gonz¨¢lez.- Este funcionario contratado del Consulado espa?ol en Amsterdam falsific¨®, en los diez a?os que trabaj¨® en dicha. oficina hasta su expulsi¨®n por Exteriores en. octubre pasado, cerca de 300 visados de chinos, lo que le proporcion¨® presuntamentes unos ingresos por sobornos superiores a los 45 millones, de pesetas. Parad¨®jicamente,, cada vez que Exteriores alertaba a los consulados con circulares, sobre la conveniencia de extremar las garant¨ªas sobre las condiciones para facilitar visados, este funcionario elevaba el valor de sus honorarios por manipularlos, que pasaron de 1.000 a 2.000 florines (de unas 70.000 a 140.000 pesetas). Algunos de los chinos que obtuvieron visado en Amsterdam por esta v¨ªa, seg¨²n la investigaci¨®n interna realizada por Exteriores a partir de una alerta policial, nunca llegaron a pisar territorio holand¨¦s. La alerta se dispar¨® ante la coincidencia de chinos que solicitaban asilo tras obtener, aparentemente, el visado en Amsterdam.
Fuentes de Exteriores, aunque resaltan lo excepcional de tales conductas, apuntan que se hallan en curso otras tres inspecciones sobre irregularidades similares tanto en Asia como en Am¨¦rica Latina. Estas fuentes agregan que el n¨²mero de !legales chinos no es tan alto, ya que guarda cierto paralelismo con el inusitado crecimiento de las peticiones de asilo.
Sanciones de Trabajo
Entre la bater¨ªa de medidas que Interior desea que se apliquen ahora con mayor rigor est¨¢n las sanciones por parte de Trabajo a los empleadores de ilegales. La polic¨ªa, por ello, desea trabajar codo a codo con este departamento, y con las autoridades sanitarias y municipales para sancionar toda irregularidad en estos establecimientos, frecuentes lugares de hacinamiento y de condiciones de trabajo abusivas y carentes de toda higiene.Interior sospecha adem¨¢s que en muchos casos" la documentaci¨®n aportada para la regularizaci¨®n de unos 4.000 ciudadanos chinos -proceso en el que la Embajada de esta naci¨®n asi¨¢tica tuvo una encomiable colaboraci¨®n, luego reducida a la hora de identificar a los ilegales pendientes de expulsi¨®n- est¨¢ falseada y conseguida con sobornos o trampas. Ello obligar¨¢ a la minuciosa comprobaci¨®n de cada uno de los expedientes para saber su autenticidad y exactitud.
La Polic¨ªa sacar¨¢ rese?a de todos los chinos que no ofrezcan una documentaci¨®n fiable y centralizar¨¢ tal informaci¨®n mientras permanecen detenidos -el plazo legal es de 40 d¨ªas- hasta su plena identificaci¨®n y, en su caso, hasta que se resuelva sobre su expulsi¨®n. Las plantillas policiales de los puestos fronterizos deber¨¢n extremar el control sobre los inmigrantes chinos.
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