Hay puntos negros y provincias negras
En las zonas menos pobladas aumenta el n¨²mero de muertos en accidente
Las carreteras solitarias distraen, son m¨¢s peligrosas, re¨²nen condiciones menos seguras para conducir. S¨®lo un an¨¢lisis pormenorizado de cada accidente mortal puede ratificar que eso sea cierto, pero es la primera conclusi¨®n que se desprende de las fr¨ªas estad¨ªsticas ofrecidas por la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico sobre el a?o que acaba de despedirse. Arrojan un incremento de las v¨ªctimas en las carretera de provincias con escasa densidad de poblaci¨®n y, salvo algunas excepciones, menos niveles de renta.El hecho adquiere relevancia en la medida en que Espa?a ha visto disminuir, por cuarto a?o consecutivo, el n¨²mero de muertos en carretera durante las primeras 24 horas de ocurrir un accidente de tr¨¢fico. Desde 1989, en que se alcanz¨® la mayor, cantidad de la historia -6.095 fallecidos-, la siniestralidad no ha cesado de disminuir a?o tras a?o. Frente a este hecho, que todo el mundo celebra a pesar de su dimensi¨®n tr¨¢gica, resulta llamativo que el registro de 17 provincias vaya en direcci¨®n contraria.
En casos como el de la provincia de ?vila, los muertos casi se doblan (pasan de 27 a 42). Gran Canaria, Lugo, Soria y Tarragona sufren incrementos notables (ver gr¨¢fico). Llama la atenci¨®n la magnitud del n¨²mero de personas que mueren en las carreteras de Burgos, Lugo, Tarragona y Toledo, donde en los ¨²ltimos dos a?os no han bajado del centenar de muertos.
En sentido contrario destaca la provincia de ?lava, que rebaja de 64 a 39 el n¨²mero de fallecidos; Alicante (137-117), C¨¢ceres, Cantabria, Le¨®n, M¨¢laga, Teruel o Valladolid tambi¨¦n reducen sus cifras, aunque en menor proporci¨®n. El liderato de esta lista lo ostentan presisamente las dos provincias m¨¢s pobladas de Espa?a, Barcelona (334-271) y Madrid (360-317), gracias a las cuales la balanza nacional se inclina a favor del descenso generalizado: 356 v¨ªctimas menos que en 1992.
Las primeras explicaciones a este descenso global atribuyen las causas a una mejor¨ªa de las carreteras estatales y al bombardeo publicitario h¨¢bilmente dirigido por el director general de Tr¨¢fico, Miguel Mar¨ªa Mu?oz. La DGT hace un seguimiento del impacto entre la opini¨®n p¨²blica de los anuncios que las compa?¨ªas elaboran para televisi¨®n y radio. En general se muestran eficaces, pero habr¨ªa que ver si lo ser¨ªan tanto si no aparecieran acompa?adas de los mensajes del propio Mu?oz. Siempre se las arregla para sacarse de la manga alguna iniciativa para que los medios de comunicaci¨®n la aireen y siembren el p¨¢nico entre los automovilistas. El carn¨¦ a puntos, las rutas del bakalao, los radar m¨®viles o los controles de alcoholemia son algunas de estas propuestas lanzadas al aire por Mu?oz en v¨ªsperas de grandes desplazamientos, como los puentes o el principio y fin de vacaciones.
Gualberto Buela-Casal, profesor de Psicolog¨ªa de la Universidad de Granada, le ha propuesto por escrito otra idea: someter a examen a los conductores cuando renueven el carn¨¦.
Mu?oz dice que ser¨¢ muy caro. "No m¨¢s que la revisi¨®n de la ITV", replica Buela-Casal, que basa su iniciativa en un estudio realizado a 600 granadinos que renovaron su carn¨¦ de conducir entre julio y octubre de 1993.
Todos hubieran suspendido el examen te¨®rico. S¨®lo conoc¨ªan el 47% de las respuestas, cuando para aprobar exigen el 90%. El 60% desconoce el nivel de alcoholemia permitido; un 73% ignora que los l¨ªmites de velocidad no pueden superarse en los adelantamientos; desconocen la prioridad de las se?ales, qui¨¦n tiene preferencia en las rotondas. De cada 10 se?ales se fijan en cinco y obedecen dos; el 60% no las respeta...
Buela-Casal no cree que los granadinos sean m¨¢s torpes que los dem¨¢s, raz¨®n por la cual su estudio ser¨ªa extrapolable al conjunto del pa¨ªs. Ello le conduce a proponer que, de la misma manera que se mejoran las carreteras y se revisan los veh¨ªculos cuando son viejos, los conductores deber¨ªan refrescar sus conocimientos sobre circulaci¨®n cada vez que renuevan su carn¨¦.
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