EE UU promete a Rusia ayuda internacional, para combatir el populismo totalitario de Zhirinovski
La Administraci¨®n norteamericana, que ten¨ªa previsto abandonar Mosc¨² hoy, parte convencida de que es necesario mantener el actual ritmo de reformas econ¨®micas en Rusia -incluso acelerarlo con medidas a¨²n m¨¢s duras- como la mejor forma de combatir el populismo totalitario y el peligro de involuci¨®n, as¨ª como la ¨²nica v¨ªa para estabilizar de forma prolongada ese pa¨ªs. El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, prometi¨® redoblar sus esfuerzos por conseguir ayuda internacional para Rusia, pero siempre, pese a las dudas de los ¨²ltimos dos meses, en el contexto de una econom¨ªa pura de mercado, sin demasiadas concesiones a las necesidades sociales inmediatas ni a las demandas de la oposici¨®n en, el Parlamento.
Las dos conclusiones fundamentales que la delegaci¨®n norteamericana extrae de dos jornadas de intenso trabajo, en las que los asuntos econ¨®micos han tenido un papel predominante, son las siguientes:
1. La interrupci¨®n del actual proceso reformista de la econom¨ªa minar¨ªa la credibilidad internacional del Gobierno de Bor¨ªs Yeltsin y agravar¨ªa las condiciones de vida del pueblo ruso.
2. La sombra del ultranacionalista Vlad¨ªmir Zhirinovski no es tan amenazadora como para echar por tierra todos los cambios econ¨®micos introducidos e
los dos ¨²ltimos a?os.
"Creo que lo mejor es continuar el trabajo para integrar la econom¨ªa rusa en un sistema econ¨®mico global basado en el mercado", afirm¨® ayer Bill Clinton en una conferencia de prensa conjunta celebrada en el Krenilin.
Clinton reconoci¨® que el proceso reformista ha podido sufrir hasta ahora "algunos desajustes", pero asegur¨® que en el futuro inmediato "habr¨¢ m¨¢s inversi¨®n y m¨¢s comercio, y el pueblo empezar¨¢ a beneficiarse en forma que no ha conocido en el ¨²ltimo a?o".
Sobre estas bases, el presidente Clinton present¨® en- Mosc¨² una serie de medidas con las que pretende contribuir "con expresiones concretas" al levantamiento econ¨®mico de este pa¨ªs.
Ayuda econ¨®mica. De los 1.600 millones de d¨®lares (232.000 millones de pesetas) ofrecidos en la cumbre de Vancouver, se ha gastado el 70% y el resto est¨¢ destinado ya a proyectos concretos. Faltan por administrar los 2.500 millones de d¨®lares (362.500 millones de pesetas) que el Congreso norteamericano aprob¨® para 1994 para Rusia y otras ex rep¨²blicas sovi¨¦ticas. El presidente pedir¨¢ 000 millones de d¨®lares m¨¢s (130.500 millones de pesetas) para 1995, con lo que Clinton calcula que Estados Unidos puede contribuir a ayudar a Rusia a un ritmo de 1.000 millones de d¨®lares por a?o (145.000 millones de pesetas).
Contribuciones internacionales. Yeltsin se ha quejado de que la ayuda aprobada por el G7 "se aplica muy lentamente". Clinton abri¨® en Mosc¨² una oficina del G-7 para el seguimiento de esa ayuda y puso al frente a un funcionario norteamericano, Michael Guillete.
Michael Blummenthal
Iniciativa privada. El presidente norteamericano nombr¨® a Michael Blummenthal, antiguo secretario del Tesoro con Jimmy Carter, presidente del Fondo para el Fomento de la Empresa en Rusia, que tratar¨¢ de estimular la inversi¨®n en este pa¨ªs.
Comercio. El pr¨®ximo mes de marzo llegar¨¢ a Mosc¨² el secretario de Comercio norteamericano, Ron Brown, para explorar todas las posibilidades concretas de comercio bilateral. Yeltsin ha manifestado que la mejor ayuda que Estados Unidos puede prestar en estos momentos es el levantamiento de las barreras comerciales a los productos rusos.
Proyectos concretos. Texaco y Marathon y McDermott, empresas norteamericanas, tienen ya en marcha lo que fuentes. estadounidenses calificaron de "negocios de miles de millones" en la industria petrolera de Rusia.
"En resumen, lo que vamos a ver despu¨¦s de esta cumbre son reformas mayores y mayor apoyo para continuar por el camino trazado hasta ahora", dijo un alto funcionario de la Administraci¨®n norteamericana que acompa?a al presidente.
Una de las novedades que Bill Clinton ha incorporado a su pol¨ªtica sobre Rusia en estos d¨ªas es la de que, pese a lo que los resultados de las pasadas elecciones pudieron hacer pensar, los logros alcanzados hasta ahora por las reformas econ¨®micas no son, de acuerdo a los datos oficiales en Mosc¨², desde?ables: "Si miramos 1993 en comparaci¨®n con 1992, veremos que el d¨¦ficit p¨²blico fue reducido en relaci¨®n con el producto interior bruto, la inflaci¨®n disminuy¨® y la moneda comenz¨® su estabilizaci¨®n". Para mediados del a?o pr¨®ximo se espera que est¨¦n privatizadas la mayor¨ªa de las empresas estatales rusas.
Esos cuatro elementos siguen siendo, no obstante, los frentes de batalla econ¨®micos en el presente. Si se hace as¨ª, dijo el presidente Bill Clinton, "creo que ser¨¢ acogido muy favorablemente por las instituciones financieras internacionales, y creo que eso puede liberar miles de millones de d¨®lares de ayuda en los pr¨®ximos meses".
Privatizaciones
El proceso de privatizaciones ha sido uno de los apartados especialmente valorado por las autoridades norteamericanas. Un alto funcionario de la Administraci¨®n asegur¨® que "el 40% de los trabajadores empleados en las mayores compa?¨ªas del pa¨ªs lo hacen ya para empresarios privados". "M¨¢s del 70% de los peque?os comercios y restaurantes est¨¢ ya en manos privadas, y ambas cifras estar¨¢n cerca del ciento por ciento en julio del pr¨®ximo a?o", a?adi¨®.
Las mismas fuentes destacaron que la inflaci¨®n se ha reducido en un 2,5% sobre las cifras de nueve meses atr¨¢s y el rublo se ha apreciado sustancialmente en t¨¦rminos reales. "Los salarios", a?adieron, "son tres veces m¨¢s altos de lo que eran y los intereses reales son positivos, lo que quiere decir que el capital que hab¨ªa huido del pa¨ªs volver¨¢ pr¨®ximamente".
Todo esto es todav¨ªa un poco, el cuento de la lechera. Esas mejoras no se aprecian, desde luego, en las calles de Mosc¨², donde el escepticismo sobre las promesas de ayuda internacional ha ido creciendo al mismo ritmo que la miseria.
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