Masivo despliegue seguridad en Suiza con motivo de la cumbre

Chocolates, relojes y flores sirvieron para agasajar ayer a los presidentes estadounidense, Bill Clinton, y el sirio Hafez el Asad, por las autoridades del cant¨®n de Ginebra y la direcci¨®n del hotel que alberga a tan ilustres visitantes. Adem¨¢s de las suculentas e impresionantes cajas de bombones (de 70 por 50 cent¨ªmetros) que ambos recibieron, a Clinton le regalaron un saxo de chocolate de tama?o natural que, seguridad obliga, tuvo que pasar el control de los servicios secretos americanos para asegurarse de que no escond¨ªa petardos o bombas.El primer encuentro entre ambos presidentes ha tra¨ªdo estos ¨²ltimos d¨ªas a las autoridades helv¨¦ticas y a los habitantes de la ciudad de Calvino de cabeza, aunque por razones diferentes. Si las primeras, preocupadas por la seguridad de sus ilustres invitados, han puesto en marcha un dispositivo de seguridad que ha movilizado a toda la polic¨ªa del cant¨®n y a m¨¢s de 1.000 soldados del Ej¨¦rcito que vigilan d¨ªa y noche las fronteras que a¨²n quedan abiertas y el aeropuerto, los ciudadanos de a pie han sufrido las consecuencias de estos controles que muchos consideran exagerados, traducidos en interminables atascos y cortes de calles en los aleda?os del hotel escenario de la cumbre.

El hotel har¨¢, sin duda, su agosto con esta reuni¨®n. Adem¨¢s de las 250 habitaciones reservadas por los americanos y las 90 de los sirios, la suite asignada a la pareja Clinton en el ¨²ltimo piso, el 180, cuesta la friolera de 7.000 francos suizos diarios (cerca de 700.000 pesetas). Decorada en tonos pastel, en esta suite los Clinton, adem¨¢s de disfrutar de unas espl¨¦ndidas vistas, podr¨¢n ver la televisi¨®n en una pantalla gigante, recibir en su comedor a una docena de invitados o relajarse en el jacuzzi de los lujosos cuartos de ba?o.

Tanto el presidente Asad como el presidente Clinton se han tra¨ªdo a su equipo de cocineros, que se han sumado a las cerca de 4.000 personas que se esperaban este fin de semana en Ginebra. Tambi¨¦n hay que a?adir m¨¢s de un millar de periodistas, de los que 400 son norteamericanos.