Clinton y Asad hablan hoy cara a cara en Ginebra del proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo

Se acab¨® la era de los emisarios. Los presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton, y de Siria, Hafez el Asad, hablar¨¢n hoy cara a cara, y por vez primera, en Ginebra acerca de las posibilidades reales de una paz duradera en Oriente Pr¨®ximo. A todas luces es la oportunidad que Clinton y Asad han estado esperando ansiosamente desde hace tiempo. Washington quiere impulsar el proceso iniciado en Madrid en octubre de 1991. Damasco tambi¨¦n, pero sobre la base de la devoluci¨®n no s¨®lo de los Altos del Gol¨¢n sino de todos los territorios ¨¢rabes capturados por la fuerza por Israel en 1967.

En v¨ªsperas de la cumbre, los sirios se han encargado de recordar a Washington que a pesar de la atm¨®sfera de distensi¨®n en el ¨¢rea existen principios innegociables. Para hablar de paz con Israel -insisten los sirios- el Estado jud¨ªo debe primero renunciar a la ocupaci¨®n militar, retirar sus fuerzas de tierras conquistadas por las armas, y reconocer la soberan¨ªa de los pueblos ¨¢rabes. S¨®lo entonces se podr¨ªa comenzar a discutir los t¨¦rminos de un acuerdo, incluyendo la posibilidad de reconocimiento diplom¨¢tico y la consiguiente apertura de embajadas.No es, por supuesto, una posici¨®n que alienta a Israel, porque el Gobierno del primer ministro laborista, Isaac Rabin, reconoce que ser¨ªa ingenuo sostener que la paz con Egipto y el apret¨®n de manos con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) son suficientes. Lo importante para Israel es pactar la paz con Siria porque es innegable que Hafez el Asad tiene la clave para una soluci¨®n duradera.

Es precisamente desde esa posici¨®n de ventaja desde la cual Asad va a hablar con Clinton. Si Washington realmente desea hacerse de laureles diplom¨¢ticos en Oriente Pr¨®ximo va a tener que convencer a Israel de que abandone los territorios ocupados.

Lo que ciertamente complica las cosas es que Damasco busca una declaraci¨®n categ¨®rica al respecto con la misma vehemencia con la que Israel exige una definici¨®n de lo que los sirios interpretan como las posibles bases de un acuerdo de paz.

Los israel¨ªes, aparentemente, se conformar¨ªan con una expresi¨®n de voluntad siria para normalizar las relaciones con Damasco y existe cierto optimismo oficial. Yosi Beilin, el viceministro israel¨ª de Exteriores, dijo el pasado jueves que en Israel existen grandes expectativas en torno a la cumbre de Ginebra. Rabin fue m¨¢s cauto. "No espero flexibilidad siria en cuanto al precio de la paz", declar¨® a Radio Israel.

Los israel¨ªes est¨¢n esperando que Siria diga en qu¨¦ consiste precisamente su visi¨®n de paz con el Estado jud¨ªo. S¨®lo entonces revelar¨¢n en qu¨¦ medida est¨¢n dispuestos a hablar de una retirada de los Altos del Gol¨¢n. Con ese trasfondo de desconfianza mutua es improbable que sirios e israel¨ªes salgan al auxilio de Clinton en la m¨¢s directa intervenci¨®n estadounidense en el conflicto desde la presidencia de George Bush.

Seg¨²n fuentes informadas, lo que los israel¨ªes esperan de la reuni¨®n de Ginebra es una mediaci¨®n norteamericana capaz de establecer un conducto secreto para negociar con Siria en un ¨¢mbito similar que el que produjo el difunto ministro de Exteriores de Noruega, Johan Jorgen Holst, para las conversaciones que culminaron con el acuerdo entre Israel y la OLP en septiembre. Eso, sin embargo, es de improbable aceptaci¨®n siria, porque Damasco, que ha criticado la conducta de la OLP, desea mantener las negociaciones exclusivamente dentro del marco establecido en la conferencia de paz de Madrid, que apoy¨® la f¨®rmula de "paz a cambio de territorios".

Prioridad

La prioridad del presidente Clinton es reanudar los contactos bilaterales que se celebraban en Washington y de los cuales Damasco se alej¨® el a?o pasado en vista, no tanto de la intransigencia israel¨ª a hablar de una retirada del Gol¨¢n como del intencionado prop¨®sito israel¨ª de apartarse del marco establecido en Madrid para alentar contactos bilaterales muy semejantes a los que el Estado de Israel consigui¨® cultivar con ¨¦xito con Egipto en 1978.Israel supuestamente ha propuesto en secreto a Siria una retirada parcial del Gol¨¢n, pero sin desmantelar los 32 asentamientos de colonos jud¨ªos en la estrat¨¦gica meseta ocupada de 1.150 kil¨®metros cuadrados. Incluso si esta f¨®rmula fuera aceptable a Siria, los obst¨¢culos no desaparecer¨ªan, particularmente para Rabin. Su Gobierno laborista esta cada vez m¨¢s asediado por la ultraderecha y los sectores religiosos dispuesto a a torpedear el proyecto de paz con la OLP. Y si ese acuerdo fracasa poco tendr¨ªa Rabin para ofrecer como acicate a los israel¨ªes para negociar con Siria.