Ecos de los disparos en una silla de ruedas
Antonio Cabanillas es la imagen personificada de la tragedia. El silencio que envuelve el paso de su silla de ruedas por la calle Carreras de Puerto Hurraco es un eco de los disparos en aquella angustiosa velada dominical. Antonio Cabanillas empez¨® a morir en vida en el instante en, que Emilio y Antonio Izquierdo, desde un sombr¨ªo callej¨®n, otearon con sus escopetas la llegada de un cuerpo adolescente. Antes hablan destrozado la energ¨ªa ingenua de dos ni?as, Encarnaci¨®n y Antonia, que sobre el asfalto derrochaban alegr¨ªa con sus juegos. A partir de ese momento se desbord¨® el ruido seco de los disparos segando vidas y la expresi¨®n de p¨¢nico de los habitantes de la peque?a aldea que desped¨ªa a sus emigrantes. Adi¨®s ba?ado en sangre.Empapados de ira, los Izquierdo quer¨ªan resolver a golpe de gatillo las viejas cuentas entre Amadeos y Patas Pel¨¢s, Habaneros y Camariches. Verdugos de viejos pleitos de lindes, amor¨ªos frustrados y rencillas callejeras. En s¨®lo dos horas, la tragedia hizo revivir la historia de Jer¨®nimo Izquierdo en la c¨¢rcel; su madre, Isabel, entre llamas; navajazos, peleas, insultos, desamor... la cr¨®nica final segu¨ªa siendo tan incongruente como angustiosa.
Los muertos sumaban nueve y los heridos seis. A los Izquierdo s¨®lo les quedaba aguardar y buscar refugio apenas unos metros m¨¢s all¨¢, en un olivar, donde al amanecer fueron encontrados por la Guardia Civil. La captura fue una estampa pat¨¦tica.
Antonio Cabanillas, con poco m¨¢s de 20 a?os, tendr¨¢ que recomponer sobre el estrado unas im¨¢genes cruentas grabadas de por vida en su cuerpo parapl¨¦jico. Otro Cabanillas, tambi¨¦n de nombre Antonio, aludir¨¢ a su ¨¢lbum familiar, hecho a?icos sin Encarnaci¨®n ni Antonia, sus hijas. Y as¨ª tantos testigos como v¨ªctimas del drama. Y un grito un¨¢nime entre la gente de esta humilde y peque?a aldea con nombre de cr¨®nica negra: "iOlv¨ªdennos!".
S¨®lo que ni los acontecimientos ni las fechas les ayudan. El juicio se celebra casi cuatro a?os despu¨¦s: ya han pasado el primero, el segundo y el tercer aniversario. Viene el juicio, la sentencia y el cuarto aniversario. ?Para cu¨¢ndo el olvido?
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