700 agentes incumplen la ley al trabajar de taxistas, seg¨²n Ios sindicatos policiales

VIENE DE LA P?GINA 1Las cr¨ªticas de los taxistas son matizadas por los sindicatos policiales, que apuntan que este pluriempleo -el m¨¢s frecuente- ha descendido entre los agentes municipales de base gracias a las mejoras salariales que han obtenido en comparaci¨®n con los nacionales de la escala b¨¢sica. Aqu¨ª estalla un nuevo conflicto. Los polic¨ªas locales ganan una media de 160.000 pesetas -la horquilla va de 135.000 hasta 190.000 frente a las 140.000 de promedio de los segundos. Esto basta para cargar los ca?ones sindicales.

"Los municipales son unos privilegiados, cobran hasta las horas extraordinarias y obtienen compensaci¨®n por los horarios y los turnos", afirma Miguel ?ngel ?lvarez, de la Asociaci¨®n Nacional de Polic¨ªa Uniformada (ANPU). En la misma l¨ªnea de fuego se sit¨²a Manuel Rico, del Sindicato Unificado de la Polic¨ªa (SUP): "El polic¨ªa nacional tiene m¨¢s responsabilidades y cobra unas 40.000 pesetas menos que el municipal". Para ?lvarez, el pluriempleo, que va m¨¢s all¨¢ del taxi, es susceptible de una doble lectura: "Es ilegal, pero la tolerancia de la Administraci¨®n evita que la olla estalle y el papel del sindicato tampoco es denunciar a los trabajadores por sus miserias".

Descenso en el rendimiento

Ilegalidad y dinero. "El resultado es que m¨¢s del 50% de la escala b¨¢sica. se dedica al pluriempleo. Esto afecta la funci¨®n policial y reduce el rendimiento. Y todo porque la Administraci¨®n no cede un ¨¢pice en el tema econ¨®mico. Quien lo paga es el ciudadano, que ve mermada su seguridad", afirma Rico, quien coincide con el ANPU en que estos trabajos vulneran la ley. "Es que a veces no hay m¨¢s remedio", alega Rico. Pero las pesetas extras pueden salir caras. El castigo, seg¨²n Rico, puede alcanzar los tres a?os de suspensi¨®n de empleo y sueldo, aunque en el caso de los agentes locales no todos entienden que merezca un expediente.

"El problema surge cuando la actividad privada colisiona con la del servicio. Este caso se dar¨ªa si trabajasen de porteros de discoteca o de aparcacoches, pero no en el de los taxistas", afirma el concejal de Seguridad Ciudadana de Madrid, el popular Carlos L¨®pez Collado, quien apunta que los taxistas, para superar la revisi¨®n anual, son los primeros en satisfacer las multas. "En Madrid habr¨¢ unos seis que sean titulares de licencias. M¨¢s dif¨ªciles de cuantificar son los ch¨®feres. Pero tampoco hay que ser ciegos a la realidad: las actividades sumergidas aumentan con la crisis", a?ade el concejal.

Una visi¨®n que no comparte el director general de Protecci¨®n Ciudadana, Jorge Murta, para quien "hay dedicaci¨®n exclusiva". Murta, uno de los responsables del reglamento que regula el ejercicio de los polic¨ªas locales, sostiene que este pluriempleo, "si existe", ha entrado en declive: "Es un tema arcaico y minoritario, que sobrevive en las grandes ciudades. En los pueblos peque?os no, porque se sabr¨ªa. Nosotros, con todo, no tenemos constancia de su existencia".

Desatender la profesi¨®n

M¨¢s Fiero suena el discurso del secretario general del Colectivo Profesional de la Polic¨ªa Municipal, Santiago Bustos, quien pide que se aplique la ley de incompatibilidades. "Porque el pluriempleado se toca los cojones y deja el servicio; no atiende a su profesi¨®n". Bustos calcula que unos 300 municipales y "muchos m¨¢s nacionales" se sacan unos cuartos con el pluriempleo. "Algunos hasta poseen licencia de taxis".

Algo que no resulta muy dif¨ªcil en una ciudad con cuatro taxis por cada 1.000 habitantes -en Par¨ªs hay 2,4-, seg¨²n datos de CC OO de 1989.

En la Comunidad trabajan 6.648 agentes municipales. A la zaga les siguen los polic¨ªas nacionales de la escala b¨¢sica, que en la capital suman 3.998, y en las localidades lim¨ªtrofes, 1.151. Muchos donde de elegir. Los polic¨ªas son apreciados por los titulares de taxis. Conocen las calles, hombres con fama de cumplidores a los que es dif¨ªcil atracar.

Antonio, un andaluz de 36 a?os, habla sin uniforme. Lleva 16 a?os en la escala b¨¢sica de la Polic¨ªa Nacional. Como funcionario cobra 137.000 pesetas al mes. Pero no le basta. Por su mujer, sus dos hijos y su suegra se ha convertido al pluriempleo. "Es que si no lo hago, no comen", murmura.?Y c¨®mo se empieza? "Pues un d¨ªa llegu¨¦ a casa y mi mujer me dijo que necesitaba dinero para los libros del ni?o. Ped¨ª prestado a un amigo, y desde entonces...". Antonio es un tipo grande. Luce una sonrisa de pedernal. Quiere dejar muy claro que ¨¦l es polic¨ªa "por vocaci¨®n, con letras grandes, y que lo dem¨¢s son ayudas para casa".

?Y si sube al taxi un delincuente que usted haya detenido? "Lo ¨²nico que temo es quedarme parado", responde secamente. ?Y si le descubren los mandos? "Entonces, me jodo".

El pedernal se ha oscurecido. Insiste: "Si me echasen por trabajar y darle de comer a mis hijas, no me molestar¨ªa". Antonio es un experto en pluriempleo policial. Ha trabajado de mec¨¢nico, fontanero, pintor y vendedor ambulante. Hace muy poco cambi¨® el taxi blanco por el mono azul. Como conductor ganaba unas cuarenta mil pesetas; con las chapuzas se saca unas veinticinco mil al mes.

"Lo dej¨¦ porque me ven¨ªa mejor de tiempo. Pero preferir¨ªa que me pagaran las horas extras en vez de hacer de taxista o de alba?il", comenta este andaluz, que estudi¨® para mec¨¢nico y que en su mocedad quiso ser futbolista. Trabaja hasta 14 horas al d¨ªa -ocho de polic¨ªa-. Por las noches, cuando regresa a casa, sus hijas duermen. "?Est¨¢ contento con el Cuerpo de Polic¨ªa? "No, me desmoraliza, es culpa del Gobierno".

El futuro tampoco lo ve mejor. "Creo que har¨¦ chapuzas hasta mi jubilaci¨®n. Habr¨¢ altibajos. Cuando pague el coche y el piso tendr¨¦ un a?o de tranquilidad, pero luego el coche se gastar¨¢, vendr¨¢n otros gastos, y volver¨¦ al taxi".

Un porvenir sobre el que pende la amenaza de expediente. Se le nota inc¨®modo; sus manos se abren para decir: "Si me pillan, no ser¨¢ por chorizo ni mangante. Eso me dar¨ªa verg¨¹enza, no me atrever¨ªa a mirarle la cara a mi familia".