Un asilado pol¨ªtico cubano recibe una paliza
El cubano H¨¦ctor D¨ªaz, de 42 a?os, est¨¢ en Espa?a desde que se le concedi¨® asilo pol¨ªtico, el pasado 30 de noviembre; pero vive en el hospital cl¨ªnico San Carlos desde que el 1 de enero cuatro individuos le rompieron a patadas la ceja derecha y seis costillas. Tem¨ªa que le iba a ocurrir: "Ya me advirti¨® el teniente coronel de la polic¨ªa pol¨ªtica de Castro, Nelson de Armas, justo antes de subirme al avi¨®n, que mirara bien lo que iba a decir en Espa?a, porque pod¨ªan tomar represalias f¨ªsicas contra m¨ª". La Embajada cubana dice no saber nada de este suceso y lo califica de "telenovela".
Fue Manuel Fraga quien se encarg¨® personalmente de pedir a Fidel Castro que dejara a H¨¦ctor D¨ªaz salir de Cuba. All¨ª cumpl¨ªa una condena en la prisi¨®n Combinada del Este, en La Habana.La v¨ªctima hab¨ªa dado muchos dolores de cabeza al Gobierno de Castro. Tuvo dos causas penales, una por salida ilegal del pa¨ªs, en 1969, y otra, en 1989, por "propaganda enemiga". H¨¦ctor define sus actividades en su pa¨ªs natal como "activismo pol¨ªtico contra el r¨¦gimen", pero asegura que en el mes y medio que lleva en Espa?a no ha realizado ninguna declaraci¨®n ni actividad contraria a la pol¨ªtica de Castro.
Se excusa por hablar muy bajito y pausado, porque las costillas rotas no le dejan respirar, y cuenta: "Todo sucedi¨® porque aparecieron en las fachadas de la Embajada cubana unos carteles contra Castro, y entonces fueron a por m¨ª; cuando sal¨ªa de mi hostal me pusieron una zancadilla y empezaron a pegarme, me partieron mis espejuelos [gafas], una ceja, seis costillas, y se fueron; pero yo no tuve nada que ver con los carteles".
"Odio horrible"
No le cabe la menor duda de que sus agresores eran agentes castristas. "Las botas con las que me daban las patadas eran las mismas que usan los agentes del cuerpo de seguridad del Estado cubano", asegura. "Pero sobre todo lo s¨¦ por el odio tan horrible con el que me pateaban y porque lo hac¨ªan con mucha t¨¦cnica; eran expertos".
La paliza le cost¨® una semana en la Unidad de Cuidados Intensivos del cl¨ªnico y los 10 d¨ªas que lleva en planta.
Un portavoz de la Embajada cubana asegura que "no saben nada" del asunto y que las aseveraciones de D¨ªaz son "una infamia como tantas". "Bien podr¨ªa hacerse con ellas una telenovela, un culebr¨®n fabuloso para quienes no conocen la verdadera realidad de Cuba", ironiz¨® Mar¨ªa Hern¨¢ndez, la consejera cultural de la Embajada.
El presidente de la Asociaci¨®n Cubana en Espa?a, Ernesto Vandama, denunci¨® ayer que "los agentes sicarios de la Embajada est¨¢n actuando contra los derechos humanos en Espa?a y abusan de la immunidad diplom¨¢tica, con la total complicidad del Gobierno espa?ol, que sabe perfectamente todo lo que est¨¢ ocurriendo y lo permite". "Si Espa?a es un Estado de derecho, el Gobierno tiene que expulsar al embajador cubano", sentenci¨®.
Vandama sufri¨® en 1993 un culatazo de los guardaespaldas del ministro de Cultura cubano, Armando Hart, cuando ¨¦ste visit¨® Espa?a. En una conferencia de Hart, en el turno de preguntas, Vandama y otros asilados cuestionaron el sistema de Fidel Castro. ?ste fue el detonante de la trifulca.
Intento de secuestro
La diplomacia cubana estuvo en 1985 relacionada con la agresi¨®n e intento de secuestro de otro asilado pol¨ªtico, Manuel Antonio S¨¢nchez P¨¦rez, ex viceministro de Econom¨ªa en Cuba. El incidente caus¨® un grave conflicto diplom¨¢tico. El vicec¨®nsul de La Habana en Madrid, ?ngel Alberto Le¨®n -amparado por la inmunidad diplom¨¢tica- estaba implicado. Esto le cost¨® la expulsi¨®n inmediata de Espa?a, junto a otros tres funcionarios cubanos. S¨¢nchez P¨¦rez recibi¨® dos anos m¨¢s tarde un libro bomba en su domicilio. El artefacto no estall¨®, como tampoco lo hizo el regalo similar que recibi¨® dos semanas despu¨¦s el periodista de origen cubano Carlos Alberto Montaner. La bomba iba oculta bajo las solapas de un libro titulado Una muerte dulce.
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