El fiscal pide 720 a?os de c¨¢rcel para los Izquierdo,
La ira contenida y el dolor estallaron al fin en la sala de la Secci¨®n Primera de la Audiencia Provincial de Badajoz, y una veintena de vecinos de Puerto Hurraco que se encontraban entre el p¨²blico les devolvieron a los hermanos Izquierdo, en alguna medida, la visita del rencor que los acusados realizaron la nochedel 26 de agosto de 1990. En el peor de los casos, si el juez acepta la m¨¢xima petici¨®n fiscal, cada uno se ver¨ªa condenado a 360 a?os de c¨¢rcel, es decir, 720 a?os en total.
Cuando Emilio y Antonio, vestidos exactamente, igual que el d¨ªa anterior, se levantaron para hablar -elpresidente del tribunal hab¨ªa cortado, antes, todos los intentos de interrupci¨®n a cargo de Emilio-, despu¨¦s de la pregunta de rigor -"?Tienen ustedes algo que alegar?"- que sigui¨® a la exposici¨®n de las conclusiones de los letrados, un rugido sordo se fue apoderando del p¨²blico, y las exclamaciones, los insultos y las quejas desesperadas obligaron al tribunal a retirarse, dando por concluido el juicio, y a las fuerzas del orden a intervenir, primero desalojando la sala, y luego protegiendo a los vecinos de la curiosidad de las c¨¢maras.Fue el colof¨®n no inesperado a una vista tan breve -d¨ªa y medio- como intensa. E n nombre del ministerio fiscal, el magistrado Antonio S¨¢nchez Galante abri¨® la sesi¨®n asegurando en sus conclusiones que la venganza fue el m¨®vil que empuj¨® a los Izquierdo al asesinato m¨²ltiple -que se sald¨® con el asesinato de nueve personas y el intento fallido de quitar la vida a otras seis-, "pero con la intenci¨®n de vengarse de todo Puerto Hurraco, no s¨®lo de la familia Cabanillas", con quienes los Izquierdo mantienen una vieja querella desde hace 30 a?os, agudizada por la muerte de su madre, ocurrida en 1984, en un incendio cuya autor¨ªa achacan los acusados a los Cabanillas, y a la Guardia Civil y al vecindario de Puerto Hurraco en pleno.
"Entendemos que hubo un acuerdo previo entre los hermanos Izquierdo por esa uni¨®n de voluntades en la realizaci¨®n de los hechos, que se desprende de todas sus declaraciones precedentes". Aunque los acusados desmintieron, en el juicio oral, el contenido de tales declaraciones, ¨¦stas fueron tomadas constitucionalmente, por lo que deben ser tenidas en cuenta".
Matanza indiscriminada
El ministerio fiscal especifica en sus conclusiones que el hecho de que murieran determinadas personas es algo circunstancial y es dr¨¢dico, por cuanto los hermanos "fueron a matar indiscriminadamente y a cuantas m¨¢s personas mejor", y tiene en cuenta los agravantes de nocturnidad -"Estuvieron haciendo tiempo en las afueras del pueblo hasta que oscureci¨®, ampar¨¢ndose en la noche para salir indemnes"-, premeditaci¨®n hizo hincapi¨¦ en la sobrecogedora frialdad con que prepararon el asunto desde que tomaron la decisi¨®n por la ma?ana del mismo d¨ªa, en la determinaci¨®n con que apuntaron a matar- y la premeditaci¨®n impl¨ªcita.
Dijo adem¨¢s el magistrado que "en virtud del dolo eventual", los dos hermanos se representan y asumen todos los hechos que. all¨ª (en Puerto Hurraco) suceden", por lo que no cabe hablar de la inocencia de Antonio, quien, en sus ¨²ltimas declaraciones -contradici¨¦ndose con las primeras y con lo declarado por testigos presenciales- asegura haber disparado s¨®lo al aire.
Teniendo en cuenta que, seg¨²n los informes psiqui¨¢tricos periciales, podr¨ªa darse una eximente incompleta o bien un atenuante -bien entendido que la neurosis obsesiva que sufren los acusados disminuye la capacidad volitiva, aunque no la intelectual-, S¨¢nchez Galante solicit¨®, en el primer caso, la pena de 25 a?os por acusado y asesinato, y 12 a?os por acusado y asesinato frustrado; y, de determinarse atenuante, de 28 a?os y,18, respectivamente. Es decir, 360 a?os para cada uno, en el peor de los casos, o 297.
Los acusados, que, probablemente, hab¨ªan sido sedados por prescripci¨®n m¨¦dica para que no se exaltaran como en la sesi¨®n anterior, escucharon la exposici¨®n con indiferencia, y s¨®lo abandonaron su aburrida expresi¨®n cuando la acusaci¨®n particular -los letrados Vicente Jimeno Ferrera y Jos¨¦ Manuel Recalde D¨ªez- insistieron en la necesidad de castigar con la prisi¨®n a quienes "no por la magnitud de su delito hay que contemplar como locos".
La acusaci¨®n privada pidi¨® Para los hermanos 30 a?os de prisi¨®n mayor por asesinato y acusado, as¨ª como una responsabilidad solidaria de 60 millones de pesetas para el padre de las ni?as Antonia y Encarna, las primeras en resultar asesinadas.
El magistrado Recalde, en representaci¨®n de la familia Ojeda S¨¢nchez, solicit¨® la misma pena de 30 a?os de prisi¨®n mayor, m¨¢s 17 a?os por cada asesinato frustrado, e indemnizaciones por una suma de 280 millones de pesetas.
Es interesante hacer `constar que los Izquierdo son pr¨¢cticamente insolventes, puesto que, entre todos, los hermanos, s¨®lo tienen ocho millones de pesetas en el banco, de los que ¨²nicamente la mitad pertenece a Emilio y Antonio.
"Tengo que defenderles"
El abogado defensor, Javier Luna Guerrero, pidi¨® previamente a los familiares de las v¨ªctimas que no identificaran su cometido profesional con sus sentimientos -"Yo tengo que defenderles, pero eso no quiere decir que admita lo que hicieron"- y bas¨® todo su alegato en la supuesta enajenaci¨®n mental que, en su opini¨®n, debe pesar para que sus defendidos sean enviados a un hospital psiqui¨¢trico en lugar de a la c¨¢rcel, "porque me atrevo a pensar que no resistir¨ªan la prisi¨®n, dada su mutua dependencia, y si murieran serian culpables los psiquiatras y psic¨®logos que han pasado por aqu¨ª".
"?Peor est¨¢n en el cementerio!", grit¨® una mujer, y la sala abuche¨® al letrado.
El caso qued¨® listo para sentencia, que probablemente se dictar¨¢ a principios de la pr¨®xima semana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.