"Indignacion democr¨¢tica" de Almeida por el mal trato que recibi¨® de la polic¨ªa

La ex diputada de Izquierda Unida Cristina Almeida se declar¨® ayer avergonzada del "descaro" con que el polic¨ªa Aquilino Pel¨¢ez. Martos (Puma 50, en jerga policial) relat¨® en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 14 de Madrid la forma en que la empuj¨® y retuvo a la puerta de la f¨¢brica de Plata Meneses el d¨ªa 25 de noviembre de 1992. Almeida afirm¨® en el juicio oral que el trato del agente fue "absolutamente despreciativo", y que sinti¨® "indignaci¨®n democr¨¢tica" ante su comportamiento y la extralimitada violencia de ¨¦l y otros agentes con los trabajadores de la citada empresa.

Tanto Almeida como la senadora Isabel Vilallonga y el diputado auton¨®mico Javier Doz, todos ellos de Izquierda Unida, hab¨ªan acudido a Plata Meneses ante el requerimiento de un grupo de empleados que ve¨ªan c¨®mo un cami¨®n iba a llevarse utillaje de la f¨¢brica.La empresa Plata Meneses llevaba tres meses sin funcionar, y adeudaba a los trabajadores, seg¨²n estos, unos 300 millones de pesetas. Los empleados entablaron por este motivo un pleito sobre la adjudicaci¨®n de marca y moldes.

Almeida, entonces diputada; Isabel Vilallonga, senadora, y Javier Doz, diputado auton¨®mico madrile?o, pidieron al jefe de los polic¨ªas el mandamiento judicial o la autorizaci¨®n de la comisi¨®n liquidadora para sacar utillaje de la f¨¢brica.

Aquilino Pel¨¢ez no atendi¨® al requerimiento, y replic¨® que no ten¨ªa por qu¨¦ darles explicaciones. Sus ordenes, dijo ayer ante el juez, eran desalojar a los trabajadores y garantizar la carga y salida del material.

Almeida, que inicialmente figuraba como testigo de las agresiones a los trabajadores por parte de la polic¨ªa, compareci¨® ayer como encausada por presuntos insultos a las Fuerzas de Seguridad y presunta obstrucci¨®n a su labor.

Cuando la ex diputada le pregunt¨® ayer a Pel¨¢ez qu¨¦ insulto le hab¨ªa proferido, contest¨®: "Cabr¨®n, o algo as¨ª". Cuando quiso saber si ¨¦l hab¨ªa comunicado a sus superiores tales insultos, como era imaginable que hiciera de haberse producido, replic¨® que no recordaba.

Ella relat¨® que el citado polic¨ªa la empotr¨® contra una pared y la retuvo hasta que sali¨® el cami¨®n con el utillaje. Otro polic¨ªa, en cambio, le pidi¨® disculpas por ese trato.

Cuando vio c¨®mo los pplic¨ªas golpeaban y arrebataban una c¨¢mara al fot¨®grafo de Diario 16 Bernab¨¦ Cord¨®n, pidi¨® a varios que se identificaran. El Puma 50, que se present¨® as¨ª, se identific¨® con su n¨²mero pero impidi¨® que lo hicieran sus compa?eros.

El Puma 50 propin¨® tambi¨¦n un rodillazo en los genitales al diputado auton¨®mico Javier Doz y agarr¨® a la senadora Vilallonga para apartarla. La primera carga policial contra los trabajadores se produjo mientras Vilallonga hab¨ªa salido a telefonear al Ministerio del Interior.