El origen del atasco
Un libro repasa los inicios del tr¨¢fico rodado madrile?o
Javier Leralta, de 32 a?os, ejerce como jefe del Gabinete de Tr¨¢fico del Ayuntamiento de Madrid. No es de extra?ar que un buen d¨ªa se preguntara c¨®mo hab¨ªa llegado la ciudad al actual colpaso en sus calles, un problema que es el objeto de su trabajo diario. Madrid, villa y coche es el primer libro que se publica sobre el pasado de la circulaci¨®n. "Me ha costado mucho hacerlo, m¨¢s de tres a?os de rastrear datos y ordenanzas, porque no hab¨ªa nada global antes, s¨®lo estudios parciales, como la historia del tren o la del tranv¨ªa. Es como el que hace una casa y no encuentra un almac¨¦n de materiales y tiene que conseguir los ladrillos en un sitio, el cemento en otro... Lo que m¨¢s me ha sorprendido es descubrir lo poco que han cambiado nuestras costumbres circulatorias y malformaciones viarias. Lo que pasa hoy ya ocurr¨ªa en el siglo XVI. Yo creo que nuestra indisciplina es incluso gen¨¦tica".El libro es, al cabo, la primera historia del transporte y del tr¨¢fico, de las multas y los impuestos. Una historia del coche: de sus fabricantes y sus modelos, de sus due?os y sus v¨ªctimas, de sus territorios y de los que le est¨¢n vedados. Y un apunte del nivel econ¨®mico y de la moral imperante en cada epoca.
Madrid, villa y coche
Ediciones La Librer¨ªa. 428 p¨¢ginas. 1.490 pesetas.
El recorrido del libro por los sistemas de transporte en los ¨²ltimos cinco siglos recoge c¨®mo el crecimiento y funci¨®n de la ciudad genera las distintas necesidades de transporte. En el siglo XV, Madrid, es un poblach¨®n manchego que apenas superaba los 5.000 vecinos y cab¨ªa en el entorno de la Puerta del Sol. El ¨²nico tr¨¢fico era el de carros y carretas, que se las ingeniaban malamente para circular por sus calles, todas estrechas y tortuosas.
Cuando, a mediados del siglo XVI, la Corte de los Austrias se traslada a Madrid, aparecen los primeros coches y carrozas. Los innumerables veh¨ªculos tirados por mulas constituyeron toda una novedad. La ciudad se transforma y alcanza su esplendor: de 2.500 casas pasa a tener 7.000, y se convierte en una de las ciudades m¨¢s extensas de Europa. En cuanto a pobtaci¨®n, s¨®lo cuatro capitales, entre ellas Par¨ªs y Constantinopla, superan sus 90.000 habitantes.
Las primeras aglomeraciones llegan en el XVII. En aquel Madrid de capa y espada se registran 900 veh¨ªculos y hace furor la silla de manos, que a finales del XVIII, se usar¨¢ s¨®lo dos d¨ªas al a?o, el Jueves y Viernes Santos, fiestas que s¨®lo Madrid considera incompatibles con la circulaci¨®n.En el Siglo de las Luces Madrid tiene un dimensi¨®n de seis kil¨®metros cuadrados, la pueblan 190.000 vecinos y se ha convertido en un emporio comercial que crea un tr¨¢fico incesante: s¨®lo el transporte del carb¨®n moviliza 4.000 carretas, tantas como faroles de cristal iluminan sus calles.
El XVIII trae novedades: la calesa, la silla de postas y los coches de alquiler con parada fija, o sea, los primeros taxis, llamados diligentes.
La guerra de la Independencia inaugura el siglo XIX, plagado de reformas urbanas que transforman la villa en una ciudad moderna y avanzada. La galera, capaz de acarrear 1.400 kilos, es la estrella del transporte; aparecen la tartana y la diligencia y carruajes como los llamados T¨ªlbury, Milord y Clarence. El parque m¨®vil se acerca a los 1.600 coches y aparecen el ¨®mnibus y el tranv¨ªa.
Llega la gasolina
Hay que esperar hasta 1898 para ver circular por Madrid el primer autom¨®vil de gasolina, un venerable cacharro que experimentar¨¢ un desarrollo espectacular. En los a?os veinte hay en Espa?a m¨¢s de 26.000 veh¨ªculos a motor.
El siglo XX en Espa?a ha estado marcado por el "m¨¢s peque?o todav¨ªa". Precedido por el Eucort (un invento nacional, que toma el nombre de su creador, Eugenio Cort¨¦s) y el Biscuter, el Seat 600 fue la aut¨¦ntica revoluci¨®n. Lo dem¨¢s, hasta llegar al mill¨®n y medio de coches de hoy, es una historia bien conocida y padecida.
El primer coche
Aunque hasta hace poco no han pilotado, las mujeres tienen cierto protagonismo en la historia del tr¨¢fico. Hay autores que afirman que el primer coche que circul¨® en Madrid fue la litera de Juana la Loca, hija de los Reyes Cat¨®licos, y que llevaba el cad¨¢ver de su marido. Improbable, porque esto ocurr¨ªa en 1546, 40 a?os despu¨¦s de la muerte de Felipe.El sexismo no es de hoy ni de ayer. Y no siempre ha perjudicado a las mujeres. En 1611 entra en vigor una pragm¨¢tica que proh¨ªbe a los hombres andar en coche, s¨®lo las mujeres pod¨ªan tenerlos, montar en ellos e incluso autorizar a sus varones a acompa?arlas. Para la sociedad barroca, un hombre sobre un carruaje resultaba afeminado. Le cogieron el gusto al privilegio y, durante este siglo y el siguiente, el coche se convirti¨® en un espacio galante. Todo el d¨ªa de paseo de la alameda a El Prado.
Como no pod¨ªa ser menos, tan ex¨®tica medida beneficiaba s¨®lo? las damas. Las prostitutas estaban excluidas y ten¨ªan que ejercer su oficio a pie -haciendo la caHe, como mandan los c¨¢nones-, y transportarse, en el mejor de los, casos, a lomos de una burra, y en el peor, a golpe de calcet¨ªn.
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